Un hombre fue echado de su trabajo como consecuencia de sus repetidas flatulencias
Lunes 05 de
Octubre 2015
El hombre trabajó durante diez años en una empresa cárnica que decidió prescindir de sus servicios al argumentar que no se puede "estar una oficina con esta peste" o "ese tufo pestilente".
El hombre demandó a la compañía de alimentos para la que trabajaba después de ser despedido a raíz de sus flatulencias.
Un hombre que vive en Nueva Jersey ha demandado a una empresa de productos cárnicos para la que trabajaba después de ser despedido a raíz de sus repetidas flatulencias.
Richard Clem, de 70 años, trabajó desde 2004 hasta febrero de 2014 en la compañía Case’s Pork Roll y aseguró que “la modernizó en materia comercial” como auditor financiero de la planta situada en la localidad de Trenton, Nueva Jersey.
Clem pesaba 190 kilos cuando fue contratado. Y en octubre de 2010, viendo que su obesidad se estaba convirtiendo en un problema grave de salud, se sometió a un a un bypass gástrico que le ayudó a perder 54 kilos.
La bajada de peso vino acompañada de unos efectos secundarios inesperados, como episodios repetidos de diarrea y flatulencias incontrolables que dejaban una ambiente nauseabundo en su puesto de trabajo.
La esposa de Clen, Louann, comentó que el presidente de la compañía, Thomas Dolan, le comunicó repetidas veces su malestar por los episodios gástricos con frases como “no podemos recibir gente en una oficina con esta peste” o “dígale a Richard que hubo quejas por su tufo pestilente“.
Clen interpuso una demanda contra Case’s Pork Roll alegando “el abuso y discriminación que sufrió su marido debido a su imposibilidad manifiesta por controlar sus flatulencias y a los síntomas derivados de ellas“, por lo que pide una indemnización millonaria a la empresa porcina por daño moral, según publica un medio local.
Un hombre que vive en Nueva Jersey ha demandado a una empresa de productos cárnicos para la que trabajaba después de ser despedido a raíz de sus repetidas flatulencias.
Richard Clem, de 70 años, trabajó desde 2004 hasta febrero de 2014 en la compañía Case’s Pork Roll y aseguró que “la modernizó en materia comercial” como auditor financiero de la planta situada en la localidad de Trenton, Nueva Jersey.
Clem pesaba 190 kilos cuando fue contratado. Y en octubre de 2010, viendo que su obesidad se estaba convirtiendo en un problema grave de salud, se sometió a un a un bypass gástrico que le ayudó a perder 54 kilos.
La bajada de peso vino acompañada de unos efectos secundarios inesperados, como episodios repetidos de diarrea y flatulencias incontrolables que dejaban una ambiente nauseabundo en su puesto de trabajo.
La esposa de Clen, Louann, comentó que el presidente de la compañía, Thomas Dolan, le comunicó repetidas veces su malestar por los episodios gástricos con frases como “no podemos recibir gente en una oficina con esta peste” o “dígale a Richard que hubo quejas por su tufo pestilente“.
Clen interpuso una demanda contra Case’s Pork Roll alegando “el abuso y discriminación que sufrió su marido debido a su imposibilidad manifiesta por controlar sus flatulencias y a los síntomas derivados de ellas“, por lo que pide una indemnización millonaria a la empresa porcina por daño moral, según publica un medio local.
Con información de
La Capital