La Física no se le resiste a Matías, ganador olímpico
Martes 03 de
Noviembre 2015
Cursa el 5to. año del Industrial y se destacó en la Olimpíada Nacional de Física.
Termodinámica, mecánica, cinemática, magnetismo, algo de física cuántica y relativista. Los problemas a resolver no son fáciles, nada fáciles. Por eso, los estudiantes se preparan mucho, y algunas veces terminan destacándose entre sus pares. Uno de esos casos es el de Matías Francois, estudiante de 5to. año de Electromecánica de la Escuela Industrial Superior (EIS), que ganó medalla de oro en la 25º Olimpíada Nacional de Física realizada en la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (Famaf) de la Universidad Nacional de Córdoba.
Matías debió pasar primero tres pruebas locales para clasificar al certamen nacional, que se llevó a cabo del 19 al 23 de octubre en Carlos Paz, y es auspiciado por el Ministerio de Educación de la Nación. Un poco más de 100 estudiantes secundarios participaron de la competencia final y, entre los cuatro primeros puestos, quedó seleccionado el alumno santafesino.
La ubicación en el ranking tiene que ver con los puntajes obtenidos en las pruebas clasificatorias y, de acuerdo con ese rango, recibieron medalla de oro los primeros cuatro puestos (el estudiante santafesino, otros dos chicos de Rosario y uno de Buenos Aires), y también hubo otros alumnos con medalla de plata.
“Este año tuve que ir a prepararme durante ocho semanas en total a la Famaf. Estuve una semana en casa, otra en Córdoba. Nos quedábamos hasta las 5 de la mañana resolviendo problemas de Física, para levantarnos a la 8, y volver a los laboratorios. Fue muy cansador pero estuvo buenísimo”, dijo Matías.
No es la primera vez que el estudiante obtiene buenos resultados. En 2014 sacó una medalla de plata en la Olimpíada de Física y fue a la instancia Iberoamericana que se hizo a principios de este año en Bolivia, de donde se trajo una mención de honor.
Habilidades
La competencia nacional se realiza en dos días: uno para la prueba experimental en laboratorio (que consistió en medir el período de un péndulo) y otro para la prueba teórica, que tiene tres consignas. “Nos tomaron un problema de hidrodinámica sobre un globo aerostático, y otro que era sobre un autito eléctrico del que te daban un par de características y vos tenías que decir si estaba bien o mal diseñado, a cuántas revoluciones marchaba, etc. El tercer problema era sobre cómo funciona un resonador magnético. Ese último fue recomplicado, súper tedioso; tenía 7 hojas de introducción sólo para entenderlo. Fue muy difícil”, indicó el estudiante.
En su tiempo libre, a Matías le gusta juntarse con amigos, jugar al ping pong y a la play. Rescató no sólo lo que le aportó la Olimpíada a nivel de conocimientos sino también lo que ganó en autonomía, al tener que viajar y desenvolverse solo en distintos lugares, así como en sociabilización al compartir con chicos de su misma edad en la competencia.
“Quiero agradecerle a Aylén Córdoba y a Julián Percivale que me asesoraron sobre la dinámica del certamen en Córdoba, porque al principio tenía un susto bárbaro. Y a Lucas Scalzo, que es compañero del Industrial, porque me pasó todas las carpetas para ponerme al día con las clases”, precisó.
Descubrir talentos en el secundario
Eduardo Castillo, jefe del Departamento de Física de la Escuela Industrial Superior, es el docente que preparó a Matías, junto a Paula Vetcher, Albertina Giannone y Aylén Córdoba, alumnas que también llegaron a la instancia nacional. “Tenemos un equipo de cuatro profesores -Héctor Baldo, Eduardo Lázaro, Manuel Ibáñez y yo- que nos dedicamos desde hace un montón de tiempo a la preparación de nuestros alumnos para distintas olimpíadas (física, matemática), a veces fuera del tiempo escolar”, indicó.
“Siempre convocamos e incentivamos a los chicos a participar de estos certámenes porque nos parece fundamental que desarrollen su potencial. Esta búsqueda de talentos que a veces se hace en la universidad, particularmente estoy convencido que debe iniciarse antes: en la escuela secundaria, porque a partir de los 15 ó 16 años los chicos ya comienzan a perfilarse y hay que motivarlos”, destacó.
“Si bien es una competencia -añadió-, lo más importante es que es un camino de superación de sí mismos. Tratamos de convencerlos de que esforzándose, pueden llegar muy lejos. Puede ser que cada tanto haya un genio pero también pasa mucho por la cuestión del esfuerzo, el estudio y la perseverancia”, indicó el docente.
Con información de
ellitoral
