Boris Johnson defendió su polémica revisión del Brexit para "proteger empleos" británicos
Miércoles 09 de
Septiembre 2020
El primer ministro de Reino Unido defendió su plan que incluye la modificación unilateral de las reglas comerciales para irlanda del Norte, lo que amenaza todo el pacto con la UE.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, defendió este miércoles ante el Parlamento su plan de vulnerar los compromisos del acuerdo de Brexit, con el argumento de "proteger los empleos y el crecimiento" británicos, tensando las relaciones con una Unión Europea (UE) que se declaró "muy preocupada" en un momento crítico de la negociación sobre el futuro comercial.
Esta semana tiene lugar en Londres la octava ronda de negociaciones entre británicos y europeos en busca del célebre tratado de libre comercio que debía regir su futura relación a partir del 1 de enero, cuando termine el periodo de transición posbrexit.
Pero las negociaciones están estancadas desde hace meses y el tiempo apremia: para poder ratificarlo a tiempo debería estar cerrado en octubre.
En este contexto, Boris Johnson pateó el tablero amenazando con retirarse si no hay avances, lo que implicaría un Brexit duro a a final de año, en previsión de lo cual presentó este miércoles un "proyecto de ley del mercado interno" que, entre otras cosas, modifica la aplicación de tarifas y controles aduaneros para la provincia británica de Irlanda del Norte previstos en el acuerdo con la UE.
"Esta ley busca proteger los empleos, el crecimiento y garantizar la fluidez del comercio en todo Reino Unido", defendió el primer ministro conservador ante la Cámara de los Comunes donde el nacionalista escocés Ian Blackford lo acusó de "crear un Estado deshonesto".
Por el Tratado de Retirada, si no hay acuerdo comercial entre Londres y Bruselas los productos que pasasen de Reino Unido a Irlanda del Norte a partir de 2021 podrían ser sometidos a aranceles y las empresas de la provincia tendrían que rellenar declaraciones de aduanas para vender al resto del territorio británico.
Se trata de un acuerdo internacional legalmente vinculante, en vigor desde el 31 de enero, y modificar sus disposiciones "viola el derecho internacional" aunque de "una manera específica y limitada", reconoció el ministro para Irlanda del Norte, Lewis Brandon.
Indignados, los responsables de la UE advirtieron que respetar lo firmado es una condición indispensable para avanzar en la actual negociación.
La presidenta de la Comisión Europea (CE, órgano ejecutivo de la UE), Ursula Von der Leyen, se declaró "muy preocupada por el anuncio del gobierno británico sobre sus intenciones de romper el Tratado de Retirada".
Alemania, que preside este semestre la UE, dijo "esperar" que Reino Unido aplique el acuerdo de Brexit de forma "completa" e Irlanda subrayó que las negociaciones comerciales sólo pueden tener lugar si existe una "confianza mutua", rota por esta acción "unilateral" de Johnson.
Representantes del Partido Demócrata estadounidense, que participa junto al Partido Republicano en la negociación de un acuerdo de libre comercio entre Londres y Washington, advirtieron que este no tendrá lugar si el ejecutivo británico pone en peligro la frágil paz en la isla de Irlanda.
Durante meses de bloqueo el año pasado, el principal escollo en el acuerdo del Brexit fue cómo evitar la reinstauración de una frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la vecina República de Irlanda, país miembro de la UE, que no dinamitara el pacto de paz del Viernes Santo.
La libre circulación de personas y mercancías en la isla fue un factor clave para pacificar la región.
Esta semana tiene lugar en Londres la octava ronda de negociaciones entre británicos y europeos en busca del célebre tratado de libre comercio que debía regir su futura relación a partir del 1 de enero, cuando termine el periodo de transición posbrexit.
Pero las negociaciones están estancadas desde hace meses y el tiempo apremia: para poder ratificarlo a tiempo debería estar cerrado en octubre.
En este contexto, Boris Johnson pateó el tablero amenazando con retirarse si no hay avances, lo que implicaría un Brexit duro a a final de año, en previsión de lo cual presentó este miércoles un "proyecto de ley del mercado interno" que, entre otras cosas, modifica la aplicación de tarifas y controles aduaneros para la provincia británica de Irlanda del Norte previstos en el acuerdo con la UE.
"Esta ley busca proteger los empleos, el crecimiento y garantizar la fluidez del comercio en todo Reino Unido", defendió el primer ministro conservador ante la Cámara de los Comunes donde el nacionalista escocés Ian Blackford lo acusó de "crear un Estado deshonesto".
Por el Tratado de Retirada, si no hay acuerdo comercial entre Londres y Bruselas los productos que pasasen de Reino Unido a Irlanda del Norte a partir de 2021 podrían ser sometidos a aranceles y las empresas de la provincia tendrían que rellenar declaraciones de aduanas para vender al resto del territorio británico.
Se trata de un acuerdo internacional legalmente vinculante, en vigor desde el 31 de enero, y modificar sus disposiciones "viola el derecho internacional" aunque de "una manera específica y limitada", reconoció el ministro para Irlanda del Norte, Lewis Brandon.
Indignados, los responsables de la UE advirtieron que respetar lo firmado es una condición indispensable para avanzar en la actual negociación.
La presidenta de la Comisión Europea (CE, órgano ejecutivo de la UE), Ursula Von der Leyen, se declaró "muy preocupada por el anuncio del gobierno británico sobre sus intenciones de romper el Tratado de Retirada".
Alemania, que preside este semestre la UE, dijo "esperar" que Reino Unido aplique el acuerdo de Brexit de forma "completa" e Irlanda subrayó que las negociaciones comerciales sólo pueden tener lugar si existe una "confianza mutua", rota por esta acción "unilateral" de Johnson.
Representantes del Partido Demócrata estadounidense, que participa junto al Partido Republicano en la negociación de un acuerdo de libre comercio entre Londres y Washington, advirtieron que este no tendrá lugar si el ejecutivo británico pone en peligro la frágil paz en la isla de Irlanda.
Durante meses de bloqueo el año pasado, el principal escollo en el acuerdo del Brexit fue cómo evitar la reinstauración de una frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la vecina República de Irlanda, país miembro de la UE, que no dinamitara el pacto de paz del Viernes Santo.
La libre circulación de personas y mercancías en la isla fue un factor clave para pacificar la región.
Con información de
Ámbito
El gobierno firmó convenios con municipios y comunas para la construcción de 1000 nuevas aulas con mejor tecnología y comodidades para los alumnos.
— 𝗠𝗮𝘅𝗶 𝗥𝗼𝗺𝗲𝗿𝗼 (@MaxiRomero22) April 25, 2024
La inversión se realizará supuestamente en el marco del #PlanAbreEscuelas.
NO HUBO REPRESENTACIÓN DOCENTE INVITADA AL EVENTO. Como… pic.twitter.com/eDR3dKEv3V