Bolsonaro, insiste: "La cuarentena es cosa de débiles"
Sábado 19 de
Septiembre 2020
El mandatario brasileño volvió a minimizar el impacto y los cuidados frente a la pandemia frente a un grupo de productores rurales.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó que es cosa de "débiles" respetar el aislamiento social para evitar el contagio del coronavirus. "Quedarse en casa es cosa de débiles, siempre dije que el virus es una realidad que hay que enfrentar, no hay que acobardarse", aseveró.
Bolsonaro volvió a minimizar el impacto y los cuidados frente a la pandemia, que en Brasil causó desde marzo la infección de más de 4,4 millones de personas y la muerte de más de 135.000.
"Ustedes no pararon durante la pandemia, no entraron en esa pavada de que 'hay que quedarse en casa, que la economía viene después', eso es para débiles; el virus, siempre lo dije, era una realidad y teníamos que enfrentarlo, nada de acobardarse frente a lo que no podemos escapar", dijo el mandatario a productores rurales.
Lo hizo durante un discurso en Sorriso, uno de los polos agropecuarios más ricos del país, centro de producción de la soja brasileña y bastión político en 2018 del bolsonarismo.
Bolsonaro había dicho que la enfermedad llevaba a la muerte a los más "débiles" y en julio pasado, tras superar la Covid-19 él mismo, sostuvo que los periodistas son "cagones" que no soportarían enfrentarla.
El jefe del Estado dijo que gracias a los productores rurales "se evitó que Brasil entrara en un colapso económico y de seguridad alimentaria".
A pesar de la larga lista de ministros y funcionarios contagiados el excapitán y presidente Bolsonaro insiste en subestimar la dolencia a la que meses atrás calificó como una "gripecita".
El mandatario, otrora militar, se opone al aislamiento con un discurso que posiblemente tenga entre sus objetivos polemizar con las autoridades de San Pablo, que son defensoras de algún nivel a distanciamiento.
El gobernador de San Pablo, Joao Doria y el alcalde de la capital de ese estado, Bruno Covas, ambos del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB, centro-derecha) son opositores al jefe de Estado.
El presidente de ultraderecha pondrá en cierta forma a prueba a su popularidad en las elecciones municipales de noviembre, cuando los candidatos que tengan su apoyo enfrentarán al socialdemócrata Covas que buscará su reelección.
El discurso de Bolsonaro, que algunos califican como "negacionista", incorporó desde el mes pasado el cuestionamiento de la obligatoridad de la vacuna contra el SARS-CoV-2.
Una prédica que tiene adhesiones en parte del público, especialmente el vinculado a las iglesias evangélicas, donde hay algunos pastores que cuestionan la vacuna.
En ese contexto, el presidente propuso en la noche del jueves que se reinicien las clases y se permita el ingreso de público a los estadios de fútbol.
Bolsonaro volvió a minimizar el impacto y los cuidados frente a la pandemia, que en Brasil causó desde marzo la infección de más de 4,4 millones de personas y la muerte de más de 135.000.
"Ustedes no pararon durante la pandemia, no entraron en esa pavada de que 'hay que quedarse en casa, que la economía viene después', eso es para débiles; el virus, siempre lo dije, era una realidad y teníamos que enfrentarlo, nada de acobardarse frente a lo que no podemos escapar", dijo el mandatario a productores rurales.
Lo hizo durante un discurso en Sorriso, uno de los polos agropecuarios más ricos del país, centro de producción de la soja brasileña y bastión político en 2018 del bolsonarismo.
Bolsonaro había dicho que la enfermedad llevaba a la muerte a los más "débiles" y en julio pasado, tras superar la Covid-19 él mismo, sostuvo que los periodistas son "cagones" que no soportarían enfrentarla.
El jefe del Estado dijo que gracias a los productores rurales "se evitó que Brasil entrara en un colapso económico y de seguridad alimentaria".
A pesar de la larga lista de ministros y funcionarios contagiados el excapitán y presidente Bolsonaro insiste en subestimar la dolencia a la que meses atrás calificó como una "gripecita".
El mandatario, otrora militar, se opone al aislamiento con un discurso que posiblemente tenga entre sus objetivos polemizar con las autoridades de San Pablo, que son defensoras de algún nivel a distanciamiento.
El gobernador de San Pablo, Joao Doria y el alcalde de la capital de ese estado, Bruno Covas, ambos del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB, centro-derecha) son opositores al jefe de Estado.
El presidente de ultraderecha pondrá en cierta forma a prueba a su popularidad en las elecciones municipales de noviembre, cuando los candidatos que tengan su apoyo enfrentarán al socialdemócrata Covas que buscará su reelección.
El discurso de Bolsonaro, que algunos califican como "negacionista", incorporó desde el mes pasado el cuestionamiento de la obligatoridad de la vacuna contra el SARS-CoV-2.
Una prédica que tiene adhesiones en parte del público, especialmente el vinculado a las iglesias evangélicas, donde hay algunos pastores que cuestionan la vacuna.
En ese contexto, el presidente propuso en la noche del jueves que se reinicien las clases y se permita el ingreso de público a los estadios de fútbol.
Con información de
Ámbito