Biden estudia "seriamente" liberar las patentes de las vacunas contra el coronavirus
Viernes 30 de
Abril 2021
Al cumplirse sus primeros 100 días como presidente de los Estados Unidos, Joe Biden estudia "seriamente" la posibilidad de liberar temporalmente las patentes de propiedad intelectual de las vacunas contra el Covid-19.
"La Casa Blanca está considerando opciones para maximizar la producción y el suministro mundial de vacunas al menor costo, incluyendo el respaldo a una propuesta de exención de los derechos de propiedad intelectual, pero no se ha tomado ninguna decisión", reveló la secretaria de Prensa Jen Psaki.
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"Hay muchas formas diferentes de hacerlo. En este momento, esa es una de las formas, pero tenemos que evaluar lo que tenga más sentido", aseguró la portavoz. Añadió que el gobierno estadounidense evalúa si sería más eficaz impulsar la fabricación de las vacunas fuera de los Estados Unidos, aunque se ocupó de aclarar que "no se ha tomado ninguna decisión sobre el asunto".
Si bien todavía no hay una decisión formal al respecto que, por otra parte, requerirá aprobación en el Congreso estadounidense, Biden dio alguna señal al respecto en el discurso por sus primeros 100 días de gestión.
"Nos convertiremos en un arsenal de vacunas para otros países, igual que EE.UU. fue el arsenal de la democracia durante la Segunda Guerra Mundial", dijo el mandatario.
Así, se comprometió a ayudar a otras naciones a hacer frente a la pandemia, porque "no hay un muro suficientemente alto para dejar fuera al virus".
Y afirmó: "Gracias al pueblo estadounidense, nuestro progreso en estos 100 días contra una de las peores pandemias de la historia es unos de los éxitos logísticos más grandes que nuestro país jamás haya experimentado", afirmó citando que las muertes por coronavirus bajaron un 80% desde enero, en un país donde ya murieron más de 573.000 personas.
Recientemente, la representante de Comercio Exterior, Katherine Tai, aseguró que es "completamente inaceptable" la enorme brecha entre el acceso a las vacunas de los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo. Y llegó a afirmar que "la industria farmacéutica necesita hacer sacrificios en tiempos de crisis". En su conferencia de prensa, Psaki le bajó el tono y aclaró "Tai no ha hecho ninguna recomendación sobre el tema hasta el momento".
Hasta ahora, los Estados Unidos es uno de los países que bloquea las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre una propuesta, liderada por India y Sudáfrica, para activar una exención de los derechos de propiedad intelectual de los laboratorios y permitir a los países en desarrollo producir localmente las vacunas ya aprobadas, para evitar los problemas de suministro y logística que demoran dramáticamente las campañas de inmunización.
El principal argumento contra la medida es que "podría reducir la seguridad de las vacunas", y que el establecimiento de la producción en nuevos lugares mermaría los recursos necesarios para impulsar la fabricación en los países de origen de cada principio activo.
"Las exenciones de propiedad intelectual no son una solución para producir vacunas", planteó categóricamente Ugur Sahin, presidente ejecutivo de BioNTech, que produce y comercializa su inyección basada en ARN mensajero en asociación con la farmacéutica estadounidense Pfizer.
"Estamos considerando formas de otorgar licencias especiales a productores competentes", reveló Sahin. Y agregó que "la cooperación estrecha con socios de producción seleccionados es el enfoque correcto" porque "es difícil de elaborar".
Y planteó que "esto aseguraría que la calidad de las vacunas entregadas a diferentes regiones del mundo sea consistente", para asegurar que quienes reciban las licencias podrían contribuir con la producción cerca de fin de año.
La vacuna BioNTech/Pfizer se aplicó en Israel, los Estados Unidos y Gran Bretaña. Y también es la vacuna principal en la campaña de inoculación de la Unión Europea, región que, según Sahin, podría lograr la inmunidad de rebaño a fines del verano boreal.
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"Hay muchas formas diferentes de hacerlo. En este momento, esa es una de las formas, pero tenemos que evaluar lo que tenga más sentido", aseguró la portavoz. Añadió que el gobierno estadounidense evalúa si sería más eficaz impulsar la fabricación de las vacunas fuera de los Estados Unidos, aunque se ocupó de aclarar que "no se ha tomado ninguna decisión sobre el asunto".
Si bien todavía no hay una decisión formal al respecto que, por otra parte, requerirá aprobación en el Congreso estadounidense, Biden dio alguna señal al respecto en el discurso por sus primeros 100 días de gestión.
"Nos convertiremos en un arsenal de vacunas para otros países, igual que EE.UU. fue el arsenal de la democracia durante la Segunda Guerra Mundial", dijo el mandatario.
Así, se comprometió a ayudar a otras naciones a hacer frente a la pandemia, porque "no hay un muro suficientemente alto para dejar fuera al virus".
Y afirmó: "Gracias al pueblo estadounidense, nuestro progreso en estos 100 días contra una de las peores pandemias de la historia es unos de los éxitos logísticos más grandes que nuestro país jamás haya experimentado", afirmó citando que las muertes por coronavirus bajaron un 80% desde enero, en un país donde ya murieron más de 573.000 personas.
Recientemente, la representante de Comercio Exterior, Katherine Tai, aseguró que es "completamente inaceptable" la enorme brecha entre el acceso a las vacunas de los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo. Y llegó a afirmar que "la industria farmacéutica necesita hacer sacrificios en tiempos de crisis". En su conferencia de prensa, Psaki le bajó el tono y aclaró "Tai no ha hecho ninguna recomendación sobre el tema hasta el momento".
Hasta ahora, los Estados Unidos es uno de los países que bloquea las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre una propuesta, liderada por India y Sudáfrica, para activar una exención de los derechos de propiedad intelectual de los laboratorios y permitir a los países en desarrollo producir localmente las vacunas ya aprobadas, para evitar los problemas de suministro y logística que demoran dramáticamente las campañas de inmunización.
El principal argumento contra la medida es que "podría reducir la seguridad de las vacunas", y que el establecimiento de la producción en nuevos lugares mermaría los recursos necesarios para impulsar la fabricación en los países de origen de cada principio activo.
"Las exenciones de propiedad intelectual no son una solución para producir vacunas", planteó categóricamente Ugur Sahin, presidente ejecutivo de BioNTech, que produce y comercializa su inyección basada en ARN mensajero en asociación con la farmacéutica estadounidense Pfizer.
"Estamos considerando formas de otorgar licencias especiales a productores competentes", reveló Sahin. Y agregó que "la cooperación estrecha con socios de producción seleccionados es el enfoque correcto" porque "es difícil de elaborar".
Y planteó que "esto aseguraría que la calidad de las vacunas entregadas a diferentes regiones del mundo sea consistente", para asegurar que quienes reciban las licencias podrían contribuir con la producción cerca de fin de año.
La vacuna BioNTech/Pfizer se aplicó en Israel, los Estados Unidos y Gran Bretaña. Y también es la vacuna principal en la campaña de inoculación de la Unión Europea, región que, según Sahin, podría lograr la inmunidad de rebaño a fines del verano boreal.
Con información de
Cronista