Francia emite una moratoria sobre la investigación de priones después de que dos trabajadores de laboratorio sufrieran una enfermedad cerebral mortal
Por:
Barbara Casassus
Martes 03 de
Agosto 2021
PARÍS— Cinco instituciones públicas de investigación en Francia han impuesto una moratoria de 3 meses al estudio de los priones, una clase de proteínas infecciosas que se pliegan mal y que causan enfermedades cerebrales fatales, después de que un trabajador de laboratorio jubilado que manejaba priones en el pasado fuera diagnosticado con Creutzfeldt. Enfermedad de Jakob (CJD), la enfermedad priónica más común en humanos.
Se está llevando a cabo una investigación para averiguar si el paciente, que trabajaba en un laboratorio dirigido por el Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente (INRAE), contrajo la enfermedad en el trabajo.
Si es así, sería el segundo caso de este tipo en Francia en los últimos años. En junio de 2019, una trabajadora de laboratorio del INRAE llamada Émilie Jaumain murió a los 33 años, 10 años después de pincharse el pulgar durante un experimento con ratones infectados con priones. Su familia ahora está demandando al INRAE por homicidio involuntario y poner en peligro la vida; su enfermedad ya había dado lugar a medidas de seguridad más estrictas en los laboratorios de priones franceses.
El objetivo de la moratoria, que afecta a nueve laboratorios, es “estudiar la posibilidad de una vinculación con la actividad profesional anterior del [nuevo paciente] y si es necesario adecuar las medidas preventivas vigentes en los laboratorios de investigación”, según un comunicado de prensa conjunto. emitido ayer por las cinco instituciones.
“Este es el camino correcto a seguir en las circunstancias”, dice Ronald Melki, un biólogo estructural en un laboratorio de priones operado conjuntamente por la agencia de investigación nacional francesa CNRS y la Comisión de Energía Atómica y Energías Alternativas de Francia (CEA). "Siempre es aconsejable hacer preguntas sobre todo el proceso de trabajo cuando algo sale mal". "La aparición de estas enfermedades graves en dos de nuestros colegas científicos afecta claramente a toda la comunidad de priones, que es una pequeña comunidad 'familiar' de menos de 1000 personas en todo el mundo", Emmanuel Comoy, subdirector de la Unidad de Trastornos Priónicos e Infecciosos Relacionados de la CEA. Agentes, escribió en un correo electrónico a Science . Aunque la investigación de priones ya cuenta con estrictos protocolos de seguridad, “necesariamente refuerza la conciencia del riesgo vinculado a estos agentes infecciosos”, dice.
En el caso de Jaumain, hay pocas dudas de que se infectó en el trabajo, según un artículo publicado en The New England Journal of Medicine ( NEJM ) en 2020. Tenía una variante de CJD (vCJD), una forma típicamente causada por comer carne de res contaminada con encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o enfermedad de las vacas locas. Pero el brote de EEB en Europa terminó después de 2000 y la vCJD prácticamente desapareció; la posibilidad de que alguien de la edad de Jaumain en Francia contraiga vCJD transmitida por los alimentos es "insignificante o inexistente", según el periódico.
Un científico con conocimiento interno dice que la nueva paciente, una mujer que trabajó en el grupo de Inmunidad e Interacciones Anfitrión-Patógeno del INRAE en Toulouse, todavía está viva. Aparentemente, las autoridades francesas fueron alertadas sobre su diagnóstico a fines de la semana pasada. El comunicado de prensa sugiere que aún no está claro si el nuevo caso es vCJD o CJD "clásico", que no se sabe que sea causado por priones de animales. Se estima que la ECJ clásica afecta a una persona por millón. Alrededor del 80% de los casos son esporádicos, lo que significa que no tienen una causa conocida, pero otros son genéticos o se contraen a partir de tejidos humanos infectados durante los trasplantes. Los dos tipos de ECJ solo se pueden distinguir mediante un examen post mortem del tejido cerebral.
Se sabe que las infecciones de laboratorio ocurren con muchos patógenos, pero la exposición a los priones que causan la ECJ es inusualmente riesgosa porque no existen vacunas ni tratamientos y la afección es universalmente fatal. Y mientras que la mayoría de las infecciones se manifiestan en días o semanas, el período de incubación promedio de la CJD es de unos 10 años.
Para Jaumain, quien trabajaba en la Unidad de Inmunología y Virología Molecular del INRAE en Jouy-en-Josas, en las afueras de París, ese largo período de incertidumbre comenzó el 31 de mayo de 2010, cuando se apuñaló el pulgar izquierdo con una pinza curva mientras limpiaba un criostato, una máquina. que puede cortar tejidos a temperaturas muy bajas, que utilizó para cortar secciones de cerebro de ratones transgénicos infectados con una forma de EEB adaptada a las ovejas. Aguzó dos capas de guantes de látex y sacó sangre. “Émilie empezó a preocuparse por el accidente tan pronto como ocurrió y se lo mencionó a todos los médicos que vio”, dice su viudo, Armel Houel.
En noviembre de 2017, Jaumain desarrolló un dolor ardiente en el hombro derecho y el cuello que empeoró y se extendió a la mitad derecha de su cuerpo durante los siguientes 6 meses, según el artículo de NEJM . En enero de 2019, se deprimió y se puso ansiosa, sufriendo deterioro de la memoria y alucinaciones. “Fue un descenso a los infiernos”, dice Houel. Le diagnosticaron “vCJD probable” a mediados de marzo de ese año y murió 3 meses después. Una autopsia confirmó el diagnóstico.
El INRAE admitió recientemente el posible vínculo entre la enfermedad de Jaumain y el accidente. "Reconocemos, sin ambigüedad, la hipótesis de una correlación entre el accidente de Emilie Jaumain-Houel ... y su infección con vCJD", escribió el presidente y director ejecutivo del INRAE, Philippe Mauguin, en una carta el 24 de junio a una asociación creada por amigos y colegas para dar a conocer el caso de Jaumain. y presionar por mejoras en la seguridad del laboratorio. ( Science ha obtenido una copia de la carta, que no se ha hecho pública).
La familia de Jaumain ha presentado cargos penales y una demanda administrativa contra el INRAE, alegando una serie de problemas en el laboratorio de Jaumain. No había sido entrenada en el manejo de priones peligrosos o en la respuesta a accidentes y no usaba ni malla metálica ni guantes quirúrgicos, como se suponía que debía hacerlo, dice Julien Bensimhon, el abogado de la familia. El pulgar debería haberse empapado en una solución de lejía de inmediato, lo que no sucedió, agrega Bensimhon.
Los informes independientes de una empresa especializada en seguridad ocupacional y de inspectores del gobierno no han encontrado violaciones de seguridad en el laboratorio; uno de ellos dijo que había una “cultura fuerte” de gestión de riesgos. (Bensimhon llama a los informes "sesgados").
Sin embargo, el informe de los inspectores del gobierno concluyó que el accidente de Jaumain no fue el único. Hubo al menos 17 accidentes entre los aproximadamente 100 científicos y técnicos en Francia que trabajaron con priones en la década anterior, cinco de los cuales se apuñalaron o cortaron con jeringas o cuchillas contaminadas. Otro técnico del mismo laboratorio tuvo un accidente por punción digital con priones en 2005, pero hasta ahora no ha desarrollado síntomas de vCJD, dice Bensimhon. “Es impactante que no se hayan tomado medidas de precaución para garantizar que un accidente de este tipo nunca vuelva a ocurrir”, dice.
En Italia, también, la última persona que murió de vCJD, en 2016, fue un trabajador de laboratorio con exposición a tejido cerebral infectado por priones, según el documento NEJM del año pasado , aunque una investigación no encontró evidencia de un accidente de laboratorio. Ese paciente y el laboratorio en el que trabajaban no han sido identificados.
Después del diagnóstico de Jaumain, "Nos pusimos en contacto con todos los laboratorios de investigación de priones en Francia para sugerirles que revisaran sus procedimientos de seguridad y recordar al personal la importancia de respetarlos", dice Stéphane Haïk, neurocientífico del Instituto del Cerebro de París en el Hospital Pitié-Salpêtrière que ayudó diagnosticar Jaumain y es el autor correspondiente del artículo. Muchos laboratorios endurecieron los procedimientos, según el informe de los inspectores del gobierno, por ejemplo, al introducir tijeras y bisturís de plástico, que son desechables y menos afilados, y guantes resistentes a los mordiscos y los cortes. Un equipo de expertos de las cinco agencias de investigación presentará propuestas para una guía de buenas prácticas en la investigación de priones al gobierno francés a finales de este año.
La comunidad científica ha reconocido desde hace mucho tiempo que el manejo de priones es peligroso y un riesgo ocupacional para los neuropatólogos, dice el neuropatólogo Adriano Aguzzi de la Universidad de Zúrich. Aguzzi se negó a comentar sobre los casos de ECJ en Francia, pero dijo a Science que su laboratorio nunca maneja priones humanos o bovinos con fines de investigación, solo para diagnóstico. “Llevamos a cabo investigaciones solo sobre priones de oveja adaptados al ratón, que nunca se ha demostrado que sean infecciosos para los humanos”, dice Aguzzi. En un artículo de 2011, su equipo informó que los priones pueden propagarse a través de aerosoles, al menos en ratones, lo que "puede justificar un replanteamiento de las pautas de bioseguridad de priones en los laboratorios de investigación y diagnóstico", escribieron. Aguzzi dice que estaba "totalmente conmocionado" por el hallazgo e introdujo medidas de seguridad para evitar la propagación de aerosoles en su propio laboratorio, pero el documento atrajo poca atención en otros lugares.
La moratoria "obviamente" causará retrasos en la investigación, pero dados los largos períodos de incubación de las enfermedades priónicas, el impacto de una pausa de 3 meses será limitado, dice Comoy. Su equipo de investigación en CEA también trabaja en otras enfermedades neurodegenerativas, incluidas la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, y centrará algunos de sus esfuerzos en ellas.
Aunque el diagnóstico de Jaumain molestó a muchos en el campo, no ha provocado un éxodo entre los investigadores en Francia, dice Haïk: "Solo conozco a una persona que renunció porque estaba muy preocupada".
Con reportaje de Martin Enserink.
Si es así, sería el segundo caso de este tipo en Francia en los últimos años. En junio de 2019, una trabajadora de laboratorio del INRAE llamada Émilie Jaumain murió a los 33 años, 10 años después de pincharse el pulgar durante un experimento con ratones infectados con priones. Su familia ahora está demandando al INRAE por homicidio involuntario y poner en peligro la vida; su enfermedad ya había dado lugar a medidas de seguridad más estrictas en los laboratorios de priones franceses.
El objetivo de la moratoria, que afecta a nueve laboratorios, es “estudiar la posibilidad de una vinculación con la actividad profesional anterior del [nuevo paciente] y si es necesario adecuar las medidas preventivas vigentes en los laboratorios de investigación”, según un comunicado de prensa conjunto. emitido ayer por las cinco instituciones.
“Este es el camino correcto a seguir en las circunstancias”, dice Ronald Melki, un biólogo estructural en un laboratorio de priones operado conjuntamente por la agencia de investigación nacional francesa CNRS y la Comisión de Energía Atómica y Energías Alternativas de Francia (CEA). "Siempre es aconsejable hacer preguntas sobre todo el proceso de trabajo cuando algo sale mal". "La aparición de estas enfermedades graves en dos de nuestros colegas científicos afecta claramente a toda la comunidad de priones, que es una pequeña comunidad 'familiar' de menos de 1000 personas en todo el mundo", Emmanuel Comoy, subdirector de la Unidad de Trastornos Priónicos e Infecciosos Relacionados de la CEA. Agentes, escribió en un correo electrónico a Science . Aunque la investigación de priones ya cuenta con estrictos protocolos de seguridad, “necesariamente refuerza la conciencia del riesgo vinculado a estos agentes infecciosos”, dice.
En el caso de Jaumain, hay pocas dudas de que se infectó en el trabajo, según un artículo publicado en The New England Journal of Medicine ( NEJM ) en 2020. Tenía una variante de CJD (vCJD), una forma típicamente causada por comer carne de res contaminada con encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o enfermedad de las vacas locas. Pero el brote de EEB en Europa terminó después de 2000 y la vCJD prácticamente desapareció; la posibilidad de que alguien de la edad de Jaumain en Francia contraiga vCJD transmitida por los alimentos es "insignificante o inexistente", según el periódico.
Un científico con conocimiento interno dice que la nueva paciente, una mujer que trabajó en el grupo de Inmunidad e Interacciones Anfitrión-Patógeno del INRAE en Toulouse, todavía está viva. Aparentemente, las autoridades francesas fueron alertadas sobre su diagnóstico a fines de la semana pasada. El comunicado de prensa sugiere que aún no está claro si el nuevo caso es vCJD o CJD "clásico", que no se sabe que sea causado por priones de animales. Se estima que la ECJ clásica afecta a una persona por millón. Alrededor del 80% de los casos son esporádicos, lo que significa que no tienen una causa conocida, pero otros son genéticos o se contraen a partir de tejidos humanos infectados durante los trasplantes. Los dos tipos de ECJ solo se pueden distinguir mediante un examen post mortem del tejido cerebral.
Se sabe que las infecciones de laboratorio ocurren con muchos patógenos, pero la exposición a los priones que causan la ECJ es inusualmente riesgosa porque no existen vacunas ni tratamientos y la afección es universalmente fatal. Y mientras que la mayoría de las infecciones se manifiestan en días o semanas, el período de incubación promedio de la CJD es de unos 10 años.
Para Jaumain, quien trabajaba en la Unidad de Inmunología y Virología Molecular del INRAE en Jouy-en-Josas, en las afueras de París, ese largo período de incertidumbre comenzó el 31 de mayo de 2010, cuando se apuñaló el pulgar izquierdo con una pinza curva mientras limpiaba un criostato, una máquina. que puede cortar tejidos a temperaturas muy bajas, que utilizó para cortar secciones de cerebro de ratones transgénicos infectados con una forma de EEB adaptada a las ovejas. Aguzó dos capas de guantes de látex y sacó sangre. “Émilie empezó a preocuparse por el accidente tan pronto como ocurrió y se lo mencionó a todos los médicos que vio”, dice su viudo, Armel Houel.
En noviembre de 2017, Jaumain desarrolló un dolor ardiente en el hombro derecho y el cuello que empeoró y se extendió a la mitad derecha de su cuerpo durante los siguientes 6 meses, según el artículo de NEJM . En enero de 2019, se deprimió y se puso ansiosa, sufriendo deterioro de la memoria y alucinaciones. “Fue un descenso a los infiernos”, dice Houel. Le diagnosticaron “vCJD probable” a mediados de marzo de ese año y murió 3 meses después. Una autopsia confirmó el diagnóstico.
El INRAE admitió recientemente el posible vínculo entre la enfermedad de Jaumain y el accidente. "Reconocemos, sin ambigüedad, la hipótesis de una correlación entre el accidente de Emilie Jaumain-Houel ... y su infección con vCJD", escribió el presidente y director ejecutivo del INRAE, Philippe Mauguin, en una carta el 24 de junio a una asociación creada por amigos y colegas para dar a conocer el caso de Jaumain. y presionar por mejoras en la seguridad del laboratorio. ( Science ha obtenido una copia de la carta, que no se ha hecho pública).
La familia de Jaumain ha presentado cargos penales y una demanda administrativa contra el INRAE, alegando una serie de problemas en el laboratorio de Jaumain. No había sido entrenada en el manejo de priones peligrosos o en la respuesta a accidentes y no usaba ni malla metálica ni guantes quirúrgicos, como se suponía que debía hacerlo, dice Julien Bensimhon, el abogado de la familia. El pulgar debería haberse empapado en una solución de lejía de inmediato, lo que no sucedió, agrega Bensimhon.
Los informes independientes de una empresa especializada en seguridad ocupacional y de inspectores del gobierno no han encontrado violaciones de seguridad en el laboratorio; uno de ellos dijo que había una “cultura fuerte” de gestión de riesgos. (Bensimhon llama a los informes "sesgados").
Sin embargo, el informe de los inspectores del gobierno concluyó que el accidente de Jaumain no fue el único. Hubo al menos 17 accidentes entre los aproximadamente 100 científicos y técnicos en Francia que trabajaron con priones en la década anterior, cinco de los cuales se apuñalaron o cortaron con jeringas o cuchillas contaminadas. Otro técnico del mismo laboratorio tuvo un accidente por punción digital con priones en 2005, pero hasta ahora no ha desarrollado síntomas de vCJD, dice Bensimhon. “Es impactante que no se hayan tomado medidas de precaución para garantizar que un accidente de este tipo nunca vuelva a ocurrir”, dice.
En Italia, también, la última persona que murió de vCJD, en 2016, fue un trabajador de laboratorio con exposición a tejido cerebral infectado por priones, según el documento NEJM del año pasado , aunque una investigación no encontró evidencia de un accidente de laboratorio. Ese paciente y el laboratorio en el que trabajaban no han sido identificados.
Después del diagnóstico de Jaumain, "Nos pusimos en contacto con todos los laboratorios de investigación de priones en Francia para sugerirles que revisaran sus procedimientos de seguridad y recordar al personal la importancia de respetarlos", dice Stéphane Haïk, neurocientífico del Instituto del Cerebro de París en el Hospital Pitié-Salpêtrière que ayudó diagnosticar Jaumain y es el autor correspondiente del artículo. Muchos laboratorios endurecieron los procedimientos, según el informe de los inspectores del gobierno, por ejemplo, al introducir tijeras y bisturís de plástico, que son desechables y menos afilados, y guantes resistentes a los mordiscos y los cortes. Un equipo de expertos de las cinco agencias de investigación presentará propuestas para una guía de buenas prácticas en la investigación de priones al gobierno francés a finales de este año.
La comunidad científica ha reconocido desde hace mucho tiempo que el manejo de priones es peligroso y un riesgo ocupacional para los neuropatólogos, dice el neuropatólogo Adriano Aguzzi de la Universidad de Zúrich. Aguzzi se negó a comentar sobre los casos de ECJ en Francia, pero dijo a Science que su laboratorio nunca maneja priones humanos o bovinos con fines de investigación, solo para diagnóstico. “Llevamos a cabo investigaciones solo sobre priones de oveja adaptados al ratón, que nunca se ha demostrado que sean infecciosos para los humanos”, dice Aguzzi. En un artículo de 2011, su equipo informó que los priones pueden propagarse a través de aerosoles, al menos en ratones, lo que "puede justificar un replanteamiento de las pautas de bioseguridad de priones en los laboratorios de investigación y diagnóstico", escribieron. Aguzzi dice que estaba "totalmente conmocionado" por el hallazgo e introdujo medidas de seguridad para evitar la propagación de aerosoles en su propio laboratorio, pero el documento atrajo poca atención en otros lugares.
La moratoria "obviamente" causará retrasos en la investigación, pero dados los largos períodos de incubación de las enfermedades priónicas, el impacto de una pausa de 3 meses será limitado, dice Comoy. Su equipo de investigación en CEA también trabaja en otras enfermedades neurodegenerativas, incluidas la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, y centrará algunos de sus esfuerzos en ellas.
Aunque el diagnóstico de Jaumain molestó a muchos en el campo, no ha provocado un éxodo entre los investigadores en Francia, dice Haïk: "Solo conozco a una persona que renunció porque estaba muy preocupada".
Con reportaje de Martin Enserink.
Con información de
sciencemag
