La carrera hipersónica entre Estados Unidos y China: ¿Una nueva Guerra Fría?
Lunes 01 de
Noviembre 2021
Washington teme una superioridad defensiva de Beijing a la vista de sus últimas pruebas con misiles.
China asusta a Estados Unidos. El Pentágono confiesa ya sin rodeos su inquietud ante los últimos avances de Beijing en defensa. Después de meses de silencio gubernamental, el jefe máximo del ejército de EE.UU. como presidente de su Estado Mayor Conjunto, general Mark Milley, tilda de “muy preocupante” la prueba de armamento hipersónico que China supuestamente realizó este verano.
Milley aseguró el miércoles a Bloomberg TV que la prueba en cuestión, desvelada en su momento por el Financial Times entre dudosos desmentidos del Gobierno de Xi Jinping, se sitúa “muy cerca” de lo que en 1957 fue el lanzamiento del satélite Sputnik.
Un paso histórico que situó a Moscú en posición de ventaja en la carrera espacial, empujó al presidente J.F. Kennedy a comprometerse en la conquista de la luna e impulsó la pugna nuclear.
El test en cuestión lo realizó el ejército chino en agosto. En principio, los informes hablaban de una primera prueba, en julio, con un cohete en el que se habría empleado un sistema de “bombardeo orbital fraccional” para lanzar un “vehículo de deslizamiento hipersónico” capaz de transportar armas nucleares. Al mes siguiente se habría ejecutado la segunda parte de los ensayos.
Al final, matizó FT , se habría tratado de una única prueba, en agosto, con “un vehículo hipersónico con capacidad nuclear que orbitó parcialmente el globo antes de lanzarse a la Tierra”. Beijing replicó que se había limitado a lanzar un vehículo espacial reutilizable para medir su capacidad de reciclaje.
Los ensayos
Pero los ensayos se realizaron de forma que resultaran visibles para los satélites estadounidenses. Y, sin hacer ni caso a las negaciones de los portavoces chinos, el general Milley aseguró que lo que habían visto en el Pentágono fue “un acontecimiento tecnológico muy significativo” que había concitado “toda nuestra atención”.
En todo caso, la prueba forma parte de una evolución más amplia de las capacidades defensivas del gigante oriental; una progresión que trae de cabeza a Washington.
“Ellos se están expandiendo rápidamente: en el espacio, en el ciberespacio y en los dominios tradicionales de tierra, mar y aire”, dijo Milley. Y subrayó cómo desde finales de los 70 los chinos han pasado de tener un ejército de infantería de base campesina, enorme, eso sí, a unas fuerzas armadas “muy capaces y con ambiciones globales”.
El general tiene claro que China se perfila como “el mayor desafío geoestratégico para Estados Unidos”.
El empresario del sector Gregory Hayes, director ejecutivo de la Raytheon, una de las principales multinacionales de tecnología aeroespacial y militar, declaró el martes que EE.UU. está “al menos varios años atrás” de China en el desarrollo de capacidades hipersónicas. Y el portavoz de Defensa, John Kirby, admitió: “Necesitamos mejorar nuestros recursos defensivos”.
Estados Unidos
Pero, mientras expresan su preocupación y confiesan su presunta desventaja respecto al competidor asiático, los estadounidenses no están sentados mirando lo que hacen los demás (lo que en este campo incluye también a rusos y norcoreanos).
El Pentágono reveló hace ocho días que acababa de hacer con éxito una última prueba con armamento hipersónico tras las dos que había realizado en mayo y setiembre. “Nuestra propia búsqueda de capacidades hipersónicas es real, estamos trabajando para desarrollar esa capacidad”, señaló el portavoz Kirby.
La clave de los desarrollos hipersónicos está no sólo en la velocidad que de por sí alcanzan estas armas –más de cinco veces la del sonido– sino en la dificultad o imposibilidad de abatirlas.
La nueva carrera armamentista es tal vez el elemento más espectacular de una escalada entre China y EE.UU. con cada vez más focos de tensión, desde la guerra comercial a la ciberseguridad.
Desde los choques en torno a los derechos humanos en Hong Kong o Tíbet hasta la desconfianza sobre el origen de la pandemia, pasando naturalmente por las disputas territoriales en el mar de China Meridional y en particular en Taiwán.
Las perspectivas de acercamiento son limitadas. Las espadas y los misiles están en alto.
Milley aseguró el miércoles a Bloomberg TV que la prueba en cuestión, desvelada en su momento por el Financial Times entre dudosos desmentidos del Gobierno de Xi Jinping, se sitúa “muy cerca” de lo que en 1957 fue el lanzamiento del satélite Sputnik.
Un paso histórico que situó a Moscú en posición de ventaja en la carrera espacial, empujó al presidente J.F. Kennedy a comprometerse en la conquista de la luna e impulsó la pugna nuclear.
El test en cuestión lo realizó el ejército chino en agosto. En principio, los informes hablaban de una primera prueba, en julio, con un cohete en el que se habría empleado un sistema de “bombardeo orbital fraccional” para lanzar un “vehículo de deslizamiento hipersónico” capaz de transportar armas nucleares. Al mes siguiente se habría ejecutado la segunda parte de los ensayos.
Al final, matizó FT , se habría tratado de una única prueba, en agosto, con “un vehículo hipersónico con capacidad nuclear que orbitó parcialmente el globo antes de lanzarse a la Tierra”. Beijing replicó que se había limitado a lanzar un vehículo espacial reutilizable para medir su capacidad de reciclaje.
Los ensayos
Pero los ensayos se realizaron de forma que resultaran visibles para los satélites estadounidenses. Y, sin hacer ni caso a las negaciones de los portavoces chinos, el general Milley aseguró que lo que habían visto en el Pentágono fue “un acontecimiento tecnológico muy significativo” que había concitado “toda nuestra atención”.
En todo caso, la prueba forma parte de una evolución más amplia de las capacidades defensivas del gigante oriental; una progresión que trae de cabeza a Washington.
“Ellos se están expandiendo rápidamente: en el espacio, en el ciberespacio y en los dominios tradicionales de tierra, mar y aire”, dijo Milley. Y subrayó cómo desde finales de los 70 los chinos han pasado de tener un ejército de infantería de base campesina, enorme, eso sí, a unas fuerzas armadas “muy capaces y con ambiciones globales”.
El general tiene claro que China se perfila como “el mayor desafío geoestratégico para Estados Unidos”.
El empresario del sector Gregory Hayes, director ejecutivo de la Raytheon, una de las principales multinacionales de tecnología aeroespacial y militar, declaró el martes que EE.UU. está “al menos varios años atrás” de China en el desarrollo de capacidades hipersónicas. Y el portavoz de Defensa, John Kirby, admitió: “Necesitamos mejorar nuestros recursos defensivos”.
Estados Unidos
Pero, mientras expresan su preocupación y confiesan su presunta desventaja respecto al competidor asiático, los estadounidenses no están sentados mirando lo que hacen los demás (lo que en este campo incluye también a rusos y norcoreanos).
El Pentágono reveló hace ocho días que acababa de hacer con éxito una última prueba con armamento hipersónico tras las dos que había realizado en mayo y setiembre. “Nuestra propia búsqueda de capacidades hipersónicas es real, estamos trabajando para desarrollar esa capacidad”, señaló el portavoz Kirby.
La clave de los desarrollos hipersónicos está no sólo en la velocidad que de por sí alcanzan estas armas –más de cinco veces la del sonido– sino en la dificultad o imposibilidad de abatirlas.
La nueva carrera armamentista es tal vez el elemento más espectacular de una escalada entre China y EE.UU. con cada vez más focos de tensión, desde la guerra comercial a la ciberseguridad.
Desde los choques en torno a los derechos humanos en Hong Kong o Tíbet hasta la desconfianza sobre el origen de la pandemia, pasando naturalmente por las disputas territoriales en el mar de China Meridional y en particular en Taiwán.
Las perspectivas de acercamiento son limitadas. Las espadas y los misiles están en alto.
Con información de
La Vanguardia
