25 DE ABRIL 2024
Daniel Scioli: "Alberto Fernández no fue a Brasil a pedir plata"
Viernes 05 de
Mayo 2023
El embajador argentino en Brasil aclaró los motivos de la importante reunión entre los presidentes de ambos países: "El encuentro se dio a partir de un reclamo del sector industrial brasilero".
Daniel Scioli, candidato presidencial (FdT), afirma que el gobierno brasilero está muy interesado en seguir fortaleciendo las relaciones con Argentina: “Se firmó un plan binacional y ya se concretó el 90% de la agenda en ciencia, tecnología, infraestructura, nuevos puentes, educación y cultura”, detalló el embajador en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (101.9).
¿Qué resultados dejó la visita de la comitiva presidencial a Brasil?
La reunión constó de ocho horas y el presidente Lula estuvo acompañado del vicepresidente, su ministro de Economía y el canciller. Lo primero que quiero aclarar es que Alberto Fernández no vino a pedir plata ni a mendigar nada.
Esto lo aclaro porque, no solo afecta al Gobierno, sino a todo el país. Ayer escuché a varios dirigentes y periodistas diciendo que estábamos pidiendo limosna y lo que se vino a plantear acá, a partir de un reclamo del sector industrial brasilero, es que Brasil encuentre mecanismos para financiar a sus industrias y a sus trabajadores en la relación comercial con Argentina.
Es decir, la idea es dinamizar el comercio bilateral, que no para de crecer. Brasil puede encontrar estos mecanismos a través de sus bancos, con un sistema de pago en monedas locales ampliado, con su Tesoro, etc. Esto nace de la preocupación de la Federación Industrial de San Pablo, porque la institucionalidad brasileña exige, para tomar decisiones de líneas de financiamiento a otro país, adecuarse a alguna legislación vigente.
Lo segundo que quiero aclarar, de acuerdo a mi experiencia de más de tres años como embajador en Brasil, las cosas tienen un proceso. Cuando logré destrabar las controversias comerciales que no permitían ingresar productos de economías regionales en Brasil, no lo hice en mi primera charla con Bolsonaro, tuve que trabajar con distintos ministerios para destrabar estas cuestiones, inclusive algunas que estaban judicializadas, como la exportación de la pesca.
Cuando conseguí la energía eléctrica que necesitaba el país, algo que implicó el ahorro de 600 millones de dólares en importación de gas, tampoco fue de un día para el otro, tuve que reunirme con los ministros de Economía y Energía hasta que logramos el objetivo. Hay una decisión muy clara y contundente de Lula de poder fortalecer la integración con Argentina y la relación estratégica.
Entre muchas acciones que se discutieron en el encuentro, Lula se comunicó con Dilma, flamante presidenta de los BRICS, para facilitar mecanismos útiles para Argentina. El comercio con Brasil tiene que fluir porque nuestras industrias están integradas. Anoche cené con el presidente de Marcopolo, una de las empresas de ómnibus más grandes del mundo, y logramos que triplique la capacidad instalada en Argentina.
Él me vino a plantear las dificultades que tienen para terminar con algunos micros que están en producción y necesitan financiación del gobierno brasilero. Estas cosas las quiero explicar con la mayor claridad posible porque, más allá del gobierno actual, lo que tenemos que defender es el interés argentino.
Argentina es el primer país para las exportaciones brasileras y, al mismo tiempo, tiene problemas para conseguir la cantidad de divisas para su comercio exterior y Brasil nos exporta más de lo que nosotros le exportamos. Esto hace que quede un saldo que a Argentina le cuesta pagar. Al igual que hacen muchos bancos del mundo, se financian las exportaciones de los países para no perder compradores.
Entiendo que esto beneficiaría a Brasil porque podría seguir exportando y también a la Argentina que, en estas circunstancias, no tiene la cantidad de dólares suficiente para abastecer las importaciones. ¿Cuánto es la diferencia de exportaciones entre Brasil y Argentina?
El déficit comercial con Brasil está explicado por la importación de todos los materiales necesarios, tubos chapas de acero, hierro, entre otras cosas, para la construcción del gasoducto.
Por otro lado, también se importó soja por la sequía. Por eso vinieron representantes del ministerio de Economía, cancillería y el jefe de Gabinete a hacer una exposición muy clara de lo que está ocurriendo y de las consecuencias de esta sequía histórica. También se explicitó la voluntad y la decisión política de ambos presidentes de fortalecer e integrarnos en las cadenas de valor.
El presidente Alberto Fernández no vino a pedir plata, eso es mentira. Vino a plantear, a partir de la preocupación de Brasil por las restricciones de divisa para pago inmediato, una posibilidad de financiamiento para empresas brasileras.
También se planteó la forma en la que Argentina va a obtener sus divisas que va a necesitar su aparato productivo a partir del impacto que va a tener la segunda etapa del gasoducto, todo lo que va a ocurrir en el sector minero y lo que está previsto para el año próximo en materia agroindustrial.
Durante el gobierno de Bolsonaro, me llamaron porque estaban interesados en financiar la segunda etapa del gasoducto. Esto es porque Brasil está interesado en tener gas a un precio más competitivo y garantizar la sustentabilidad energética para todos sus sectores productivos. Ahora estamos terminando esta gestión con el gobierno actual, pero no fue de un día para el otro, el Estado tiene sus instituciones, sus tres poderes, sus mecanismos de control.
Quieren instalar que el viaje fue un fracaso y eso no tiene nada que ver. Hoy voy a estar en el Senado para brindar todas las herramientas institucionales para cumplir con esta decisión de Lula de ayudar a sus propios industriales en el comercio bilateral con Argentina.
No tengo ninguna duda que todas estas gestiones van a traer resultados. Hay gestos claros: cuando Lula ganó las elecciones, lo primero que hizo fue recibir a Alberto. Cuando asumió también tuvo su primera reunión con el presidente argentino. Se firmó un plan binacional y ya se concretó el 90% de la agenda en ciencia, tecnología, infraestructura, nuevos puentes, educación y cultura.
El gasoducto va camino a concretarse. Lula también busca que el comercio con Argentina no se reduzca en beneficio de China, porque cuando China le vende a la Argentina, incluye un combo con financiamiento a sus exportadores. Por eso Lula también quiere financiar a sus exportadores y a sus industrias, y por eso le dedicó ocho horas de su agenda a Argentina.
¿Qué resultados dejó la visita de la comitiva presidencial a Brasil?
La reunión constó de ocho horas y el presidente Lula estuvo acompañado del vicepresidente, su ministro de Economía y el canciller. Lo primero que quiero aclarar es que Alberto Fernández no vino a pedir plata ni a mendigar nada.
Esto lo aclaro porque, no solo afecta al Gobierno, sino a todo el país. Ayer escuché a varios dirigentes y periodistas diciendo que estábamos pidiendo limosna y lo que se vino a plantear acá, a partir de un reclamo del sector industrial brasilero, es que Brasil encuentre mecanismos para financiar a sus industrias y a sus trabajadores en la relación comercial con Argentina.
Es decir, la idea es dinamizar el comercio bilateral, que no para de crecer. Brasil puede encontrar estos mecanismos a través de sus bancos, con un sistema de pago en monedas locales ampliado, con su Tesoro, etc. Esto nace de la preocupación de la Federación Industrial de San Pablo, porque la institucionalidad brasileña exige, para tomar decisiones de líneas de financiamiento a otro país, adecuarse a alguna legislación vigente.
Lo segundo que quiero aclarar, de acuerdo a mi experiencia de más de tres años como embajador en Brasil, las cosas tienen un proceso. Cuando logré destrabar las controversias comerciales que no permitían ingresar productos de economías regionales en Brasil, no lo hice en mi primera charla con Bolsonaro, tuve que trabajar con distintos ministerios para destrabar estas cuestiones, inclusive algunas que estaban judicializadas, como la exportación de la pesca.
Cuando conseguí la energía eléctrica que necesitaba el país, algo que implicó el ahorro de 600 millones de dólares en importación de gas, tampoco fue de un día para el otro, tuve que reunirme con los ministros de Economía y Energía hasta que logramos el objetivo. Hay una decisión muy clara y contundente de Lula de poder fortalecer la integración con Argentina y la relación estratégica.
Entre muchas acciones que se discutieron en el encuentro, Lula se comunicó con Dilma, flamante presidenta de los BRICS, para facilitar mecanismos útiles para Argentina. El comercio con Brasil tiene que fluir porque nuestras industrias están integradas. Anoche cené con el presidente de Marcopolo, una de las empresas de ómnibus más grandes del mundo, y logramos que triplique la capacidad instalada en Argentina.
Él me vino a plantear las dificultades que tienen para terminar con algunos micros que están en producción y necesitan financiación del gobierno brasilero. Estas cosas las quiero explicar con la mayor claridad posible porque, más allá del gobierno actual, lo que tenemos que defender es el interés argentino.
Argentina es el primer país para las exportaciones brasileras y, al mismo tiempo, tiene problemas para conseguir la cantidad de divisas para su comercio exterior y Brasil nos exporta más de lo que nosotros le exportamos. Esto hace que quede un saldo que a Argentina le cuesta pagar. Al igual que hacen muchos bancos del mundo, se financian las exportaciones de los países para no perder compradores.
Entiendo que esto beneficiaría a Brasil porque podría seguir exportando y también a la Argentina que, en estas circunstancias, no tiene la cantidad de dólares suficiente para abastecer las importaciones. ¿Cuánto es la diferencia de exportaciones entre Brasil y Argentina?
El déficit comercial con Brasil está explicado por la importación de todos los materiales necesarios, tubos chapas de acero, hierro, entre otras cosas, para la construcción del gasoducto.
Por otro lado, también se importó soja por la sequía. Por eso vinieron representantes del ministerio de Economía, cancillería y el jefe de Gabinete a hacer una exposición muy clara de lo que está ocurriendo y de las consecuencias de esta sequía histórica. También se explicitó la voluntad y la decisión política de ambos presidentes de fortalecer e integrarnos en las cadenas de valor.
El presidente Alberto Fernández no vino a pedir plata, eso es mentira. Vino a plantear, a partir de la preocupación de Brasil por las restricciones de divisa para pago inmediato, una posibilidad de financiamiento para empresas brasileras.
También se planteó la forma en la que Argentina va a obtener sus divisas que va a necesitar su aparato productivo a partir del impacto que va a tener la segunda etapa del gasoducto, todo lo que va a ocurrir en el sector minero y lo que está previsto para el año próximo en materia agroindustrial.
Durante el gobierno de Bolsonaro, me llamaron porque estaban interesados en financiar la segunda etapa del gasoducto. Esto es porque Brasil está interesado en tener gas a un precio más competitivo y garantizar la sustentabilidad energética para todos sus sectores productivos. Ahora estamos terminando esta gestión con el gobierno actual, pero no fue de un día para el otro, el Estado tiene sus instituciones, sus tres poderes, sus mecanismos de control.
Quieren instalar que el viaje fue un fracaso y eso no tiene nada que ver. Hoy voy a estar en el Senado para brindar todas las herramientas institucionales para cumplir con esta decisión de Lula de ayudar a sus propios industriales en el comercio bilateral con Argentina.
No tengo ninguna duda que todas estas gestiones van a traer resultados. Hay gestos claros: cuando Lula ganó las elecciones, lo primero que hizo fue recibir a Alberto. Cuando asumió también tuvo su primera reunión con el presidente argentino. Se firmó un plan binacional y ya se concretó el 90% de la agenda en ciencia, tecnología, infraestructura, nuevos puentes, educación y cultura.
El gasoducto va camino a concretarse. Lula también busca que el comercio con Argentina no se reduzca en beneficio de China, porque cuando China le vende a la Argentina, incluye un combo con financiamiento a sus exportadores. Por eso Lula también quiere financiar a sus exportadores y a sus industrias, y por eso le dedicó ocho horas de su agenda a Argentina.
Con información de
Perfil
