25 DE ABRIL 2024
Otro golpe al bolsillo por la suba de la carne: "Muchos bajaron a la alita de pollo"
Por:
Malena Nazareth Martos
Viernes 04 de
Agosto 2023
En las carnicerías hubo aumentos del 20% en agosto. Y muchos resignan la calidad de lo que compran. "Necesitemos que esto pare, es una locura total", dicen.
A los aumentos de transporte público, colegios privados, medicina prepaga, alquileres y servicios como el gas, internet y electricidad, se sumó también para agosto otro sacudón que complica la situación para llegar a fin de mes: el incremento de un 20% en el precio de la carne, cifra que triplica la inflación mensual informada en julio.
Clarín hizo una recorrida por algunas carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires para analizar cómo se reflejó este aumento en el bolsillo de los clientes.
Los precios estuvieron pisados varios meses, pero ahora dieron un salto luego de la disparada que comenzó en el Mercado de Cañuelas. Por las calles de Mataderos, los carteles ya muestran los nuevos precios desde el pasado lunes. En Chalín, sobre Juan Bautista Alberdi 6499, la cola para comprar es larga: la gente pide los cortes que están en cartel, pero sale con menos bolsas que antes.
Pablo, que es encargado del negocio que también provee a restaurantes y hospitales, afirma que el incremento en los precios llegó al 20 por ciento. Uno de los cortes más caros es el de la nalga, que subió de $2.100 a $2.500 el kilo. En otras carnicerías de la misma zona, como Mama Marta -sobre Lisandro de la Torre 2001- la nalga aumentó de $2.500 a $2.900.
"La milanesa, el asado, vacío, lomo, cuadril, lo que busques. Todo lo que lleva la gente aumentó. Hasta el precio más económico que es paleta. Nosotros no podemos decir 'hoy te aumento y mañana te vuelvo a aumentar'. No podemos hacer eso porque estamos engañando al cliente, vamos a aumentar recién en tres o cuatro meses", comenta el encargado de Chalín.
Marixa, encargada de Mama Marta, relata que tras el aumento del lunes algunos de los precios en los que más se nota el impacto es en productos como la bola de lomo, que antes del 31 de julio estaba $2.200 y ahora está $2.600.
"Hay mucha gente que te das cuenta que entra y pide algo, después le tiene que decir al que corta la carne que le vaya sacando. Mucha gente bajó directamente a la alita de pollo, con la que no hacés nada. Tenemos esa promo de 3 kilos por $500, y al día vienen como 20 o 30 personas por eso. Y no es alimento", comenta Marixa.
En otras zonas como Barracas el aumento cercano al 20% impactó fuerte en todo, pero algunos de los cortes más caros son el lomo, la entraña y el peceto. En la Carnicería Rolando, sobre Av. Regimiento de Patricios 299, esos precios pasaron de $3.000 a $3.500.
En el local La Boutique, a una cuadra de distancia, los mismos cortes aumentaron aproximadamente igual: de $.3000 a $3.400. Desde ahí, enfatizan en que todos los cortes se subieron entre $200 y $400, 200 como el mínimo.
La odisea para encontrar mejores precios
En medio de todos los aumentos que llegaron con el inicio de agosto, la preocupación por la comida no es menor. Nancy, vecina de Mataderos, asegura que comprar carne para ella, hoy en día, es ir hacia "los cortes más baratos".
Ella y su marido suelen hacer una compra grande mensual para llevar todo lo que necesitarán. "Por eso sé que la diferencia se nota mucho de un mes a otro", comenta.
"Necesitamos que esto pare porque es una locura total. El corte ahora aumentó hasta casi $500, un corte estaba 2000 y ahora te sale 2500. Antes llevábamos peceto, lomo, asado. Ahora nada, de vez en cuando llevamos falda cuando está en promoción. Acá aumenta todo, menos los sueldos", añade la mujer.
Oscar, su marido, que es jubilado, agrega que las bolsas con las que salen de la carnicería son cada vez menos: "La última vez que vinimos acá llevamos $18.000, hoy llevamos 11.000. Y sí, llevamos menos cantidad de cosas, y otros cortes que no son los que antes comprábamos".
La misma situación vive David, quien tiene cinco hijos y cuenta que se las rebusca por la calle para "encontrar precios". Él dice que "vive con lo justo" y que es por eso que no puede permitirse hacer compras mensuales y en cantidad.
"Yo busco paleta, pollo, osobuco, comida de olla como se dice muchas veces. El gustito que uno se daba los fines de semana con un asado, hoy ya no puede ser porque no alcanza. Aumenta todo: los impuestos, el boleto, el alquiler. Y tenés que ir dejando los lujitos para un lado y seguir comiendo, no queda otra", destaca.
Julián, que vive en San Cristóbal pero también recorre otras zonas buscando precios más accesibles, se lleva 5 kilos de paleta a su casa. Vino hasta Mataderos para comprar porque dice que le sale más barato que en su barrio.
"Esto me salió $9.000 más o menos, en donde vivo sale entre 2.200 y 2.300. Este corte es más barato acá en esta carnicería, pero otros cortes son más baratos en otras, entonces es como que tenés que ir buscando por todos lados", remarca.
Clarín hizo una recorrida por algunas carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires para analizar cómo se reflejó este aumento en el bolsillo de los clientes.
Los precios estuvieron pisados varios meses, pero ahora dieron un salto luego de la disparada que comenzó en el Mercado de Cañuelas. Por las calles de Mataderos, los carteles ya muestran los nuevos precios desde el pasado lunes. En Chalín, sobre Juan Bautista Alberdi 6499, la cola para comprar es larga: la gente pide los cortes que están en cartel, pero sale con menos bolsas que antes.
Pablo, que es encargado del negocio que también provee a restaurantes y hospitales, afirma que el incremento en los precios llegó al 20 por ciento. Uno de los cortes más caros es el de la nalga, que subió de $2.100 a $2.500 el kilo. En otras carnicerías de la misma zona, como Mama Marta -sobre Lisandro de la Torre 2001- la nalga aumentó de $2.500 a $2.900.
"La milanesa, el asado, vacío, lomo, cuadril, lo que busques. Todo lo que lleva la gente aumentó. Hasta el precio más económico que es paleta. Nosotros no podemos decir 'hoy te aumento y mañana te vuelvo a aumentar'. No podemos hacer eso porque estamos engañando al cliente, vamos a aumentar recién en tres o cuatro meses", comenta el encargado de Chalín.
Marixa, encargada de Mama Marta, relata que tras el aumento del lunes algunos de los precios en los que más se nota el impacto es en productos como la bola de lomo, que antes del 31 de julio estaba $2.200 y ahora está $2.600.
"Hay mucha gente que te das cuenta que entra y pide algo, después le tiene que decir al que corta la carne que le vaya sacando. Mucha gente bajó directamente a la alita de pollo, con la que no hacés nada. Tenemos esa promo de 3 kilos por $500, y al día vienen como 20 o 30 personas por eso. Y no es alimento", comenta Marixa.
En otras zonas como Barracas el aumento cercano al 20% impactó fuerte en todo, pero algunos de los cortes más caros son el lomo, la entraña y el peceto. En la Carnicería Rolando, sobre Av. Regimiento de Patricios 299, esos precios pasaron de $3.000 a $3.500.
En el local La Boutique, a una cuadra de distancia, los mismos cortes aumentaron aproximadamente igual: de $.3000 a $3.400. Desde ahí, enfatizan en que todos los cortes se subieron entre $200 y $400, 200 como el mínimo.
La odisea para encontrar mejores precios
En medio de todos los aumentos que llegaron con el inicio de agosto, la preocupación por la comida no es menor. Nancy, vecina de Mataderos, asegura que comprar carne para ella, hoy en día, es ir hacia "los cortes más baratos".
Ella y su marido suelen hacer una compra grande mensual para llevar todo lo que necesitarán. "Por eso sé que la diferencia se nota mucho de un mes a otro", comenta.
"Necesitamos que esto pare porque es una locura total. El corte ahora aumentó hasta casi $500, un corte estaba 2000 y ahora te sale 2500. Antes llevábamos peceto, lomo, asado. Ahora nada, de vez en cuando llevamos falda cuando está en promoción. Acá aumenta todo, menos los sueldos", añade la mujer.
Oscar, su marido, que es jubilado, agrega que las bolsas con las que salen de la carnicería son cada vez menos: "La última vez que vinimos acá llevamos $18.000, hoy llevamos 11.000. Y sí, llevamos menos cantidad de cosas, y otros cortes que no son los que antes comprábamos".
La misma situación vive David, quien tiene cinco hijos y cuenta que se las rebusca por la calle para "encontrar precios". Él dice que "vive con lo justo" y que es por eso que no puede permitirse hacer compras mensuales y en cantidad.
"Yo busco paleta, pollo, osobuco, comida de olla como se dice muchas veces. El gustito que uno se daba los fines de semana con un asado, hoy ya no puede ser porque no alcanza. Aumenta todo: los impuestos, el boleto, el alquiler. Y tenés que ir dejando los lujitos para un lado y seguir comiendo, no queda otra", destaca.
Julián, que vive en San Cristóbal pero también recorre otras zonas buscando precios más accesibles, se lleva 5 kilos de paleta a su casa. Vino hasta Mataderos para comprar porque dice que le sale más barato que en su barrio.
"Esto me salió $9.000 más o menos, en donde vivo sale entre 2.200 y 2.300. Este corte es más barato acá en esta carnicería, pero otros cortes son más baratos en otras, entonces es como que tenés que ir buscando por todos lados", remarca.
