El papa Francisco confirmó que no tiene problemas de visión y está bien de salud
Lunes 07 de
Agosto 2023
Al regresar de la JMJ de Lisboa, el Pontífice contó en la conferencia de prensa que brindó arriba del avión que su salud es buena y descartó problemas de visión. También se refirió a los homosexuales y a la "tolerancia cero" de los abusos en la Iglesia.
El Papa Francisco regresó anoche a Roma (aterrizó a las 22:00 hora local) tras cinco días con más de 1,5 millones de jóvenes de todo el mundo que participaron de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el evento más importante que realiza la Iglesia católica y que lo consolidó como líder mundial marcando los principales temas de la agenda internacional como el pedido de paz ante la guerra en Ucrania y los focos de conflicto en el mundo y el cambio climático que confió a las nuevas generaciones su lucha para detenerlo. También condenó la terrible plaga de los abusos a menores dentro del seno eclesiástico.
En el avión, un Airbus A321 de TAP Portugal que lo llevó de regreso a Italia cumpliendo así su 42 Viaje Apostólico, el Pontífice en conferencia de prensa con los periodistas habló de su salud, de los homosexuales, de la “tolerancia cero” en los abusos a menores y de la inmigración.
También explicó que irá próximamente a Marsella porque le preocupa el tema de los migrantes, sobre todo en los campos de concentración del norte de África, a los que definió como un cementerio aún más grande que el Mediterráneo.
Al preguntarle por su salud no dudó en responder: “Mi salud está bien. Los puntos me los han quitado, hago vida normal. Llevo faja, tengo que llevarla durante dos meses, hasta que los músculos estén listos", refiriéndose a cómo está atravesando el post operatorio de la cirugía de hernia intestinal que tuvo hace pocos meses.
La polémica al no leer los discursos
En medio de los numerosos eventos en agenda a los cuales Francisco participaba a diario en su visita a Portugal, en reiteradas ocasiones decidió -a último minuto- no leer el discurso que tenía preparado, despertando dudas sobre su salud y un posible problema en la vista.
Es por esto que en cuanto a su visión confirmó que “está bien” y contó refiriéndose a la visita a la iglesia del barrio marginal de Serafina, en la periferia de Lisboa “en la parroquia de Serafina el viernes había una luz que me molestaba” explicando porqué interrumpió la lectura.
Y en general sobre los discursos que interrumpió en estos días en Portugal dijo que “Cuando hablo, excepto en homilías académicas, trato de hacer esto, busco la comunicación. Incluso en las homilías académicas hago bromas para controlar la comunicación. Con los jóvenes las charlas fueron largas y resumí los puntos esenciales del mensaje, la idea fundamental. Hice preguntas y el eco me ayudó. Los jóvenes no tienen mucha capacidad de atención. Una idea, una imagen y un sentimiento, ocho minutos te pueden seguir” dejando en claro de esta manera que con los jóvenes es mejor dialogar que leer los mensajes.
Misas cortas, claras y afectuosas
Y al explicar el porqué no leyó en varias ocasiones sus discursos en la JMJ también mandó un mensaje para los curas y párrocos: “En Evangelii gaudium -haciendo referencia a la exhortación apostólica sobre el anuncio del evangelio en el mundo actual- escribí un largo capítulo sobre la homilía. Las homilías son a veces una tortura. La Iglesia debe convertirse en este aspecto de la homilía, breve, clara, con un mensaje claro y afectuoso” refiriéndose a cómo tienen que ser las misas en la actualidad.
“Todos”, también las homosexuales
Por otro lado, preguntado por si no es una incongruencia decir que la Iglesia está abierta a todos, cuando por ejemplo los homosexuales no pueden recibir todos los sacramentos, el Papa aclaró que "la Iglesia está abierta a todos" pero "luego hay leyes que regulan la vida dentro de la Iglesia".
"El que está dentro está según la legislación... Lo que dices es una simplificación de decir: 'No puede realizar los sacramentos'. Esto no significa que la Iglesia esté cerrada. Cada uno encuentra a Dios a su manera dentro de la Iglesia", precisó.
De todas maneras, puntualizó que las personas homosexuales también están dentro de ese "todos" que integran la iglesia de Francisco. "Para esto háganse una pregunta: ¿por qué los homosexuales no? ¡Todos! Y el Señor es claro: enfermos, sanos, viejos y jóvenes, feos y hermosos, buenos y malos. Hay como una mirada que no entiende esta inserción de la Iglesia como madre y la piensa como una especie de compañía que para entrar hay que hacer esto, hacerlo de esta manera y no de otra", ha explicado.
La terrible peste de los abusos y tolerancia cero
Respecto a los abusos, el Papa señaló que, durante su visita a Lisboa, recibió en privado a un grupo de víctimas y hablaron "de esta terrible peste".
En la Iglesia -según reconocido- "se siguió más o menos el mismo comportamiento que se sigue actualmente en algunas familias y en los barrios: uno los tapa", pero añadió que en la Iglesia han tomado conciencia, sobre todo "desde el escándalo de Boston", aunque aún tienen que "madurar".
"Todavía tenemos que madurar y ayudar a descubrir estas cosas. Desde el escándalo de Boston, la Iglesia tomó conciencia que no era posible ir por caminos aleatorios, sino que había que tomar el toro por las astas", subrayó, insistiendo en la "tolerancia cero" contra los abusos y en la asunción de "responsabilidades" por parte de los curas.
En concreto, acerca del caso de Portugal con 4.800 denuncias en los últimos 70 años, aseguró que el proceso "va bien, con serenidad" y ha precisado que "los números a veces acaban siendo exagerados, en parte por los comentarios" que se hacen.
En esta línea, el Papa también aprovechó para alertar del abuso sexual infantil al que se puede acceder desde cualquier teléfono. "Esto entra a nuestras casas y se filma en vivo el abuso sexual infantil. ¿Dónde está filmando? ¿Quiénes son los responsables? Esta es una de las plagas más graves", dijo, al tiempo que alertó asimismo de otros tipos de abusos como el trabajo infantil o la ablación del clítoris a las niñas, que ha tachado de "crueldad".
En el avión, un Airbus A321 de TAP Portugal que lo llevó de regreso a Italia cumpliendo así su 42 Viaje Apostólico, el Pontífice en conferencia de prensa con los periodistas habló de su salud, de los homosexuales, de la “tolerancia cero” en los abusos a menores y de la inmigración.
También explicó que irá próximamente a Marsella porque le preocupa el tema de los migrantes, sobre todo en los campos de concentración del norte de África, a los que definió como un cementerio aún más grande que el Mediterráneo.
Al preguntarle por su salud no dudó en responder: “Mi salud está bien. Los puntos me los han quitado, hago vida normal. Llevo faja, tengo que llevarla durante dos meses, hasta que los músculos estén listos", refiriéndose a cómo está atravesando el post operatorio de la cirugía de hernia intestinal que tuvo hace pocos meses.
La polémica al no leer los discursos
En medio de los numerosos eventos en agenda a los cuales Francisco participaba a diario en su visita a Portugal, en reiteradas ocasiones decidió -a último minuto- no leer el discurso que tenía preparado, despertando dudas sobre su salud y un posible problema en la vista.
Es por esto que en cuanto a su visión confirmó que “está bien” y contó refiriéndose a la visita a la iglesia del barrio marginal de Serafina, en la periferia de Lisboa “en la parroquia de Serafina el viernes había una luz que me molestaba” explicando porqué interrumpió la lectura.
Y en general sobre los discursos que interrumpió en estos días en Portugal dijo que “Cuando hablo, excepto en homilías académicas, trato de hacer esto, busco la comunicación. Incluso en las homilías académicas hago bromas para controlar la comunicación. Con los jóvenes las charlas fueron largas y resumí los puntos esenciales del mensaje, la idea fundamental. Hice preguntas y el eco me ayudó. Los jóvenes no tienen mucha capacidad de atención. Una idea, una imagen y un sentimiento, ocho minutos te pueden seguir” dejando en claro de esta manera que con los jóvenes es mejor dialogar que leer los mensajes.
Misas cortas, claras y afectuosas
Y al explicar el porqué no leyó en varias ocasiones sus discursos en la JMJ también mandó un mensaje para los curas y párrocos: “En Evangelii gaudium -haciendo referencia a la exhortación apostólica sobre el anuncio del evangelio en el mundo actual- escribí un largo capítulo sobre la homilía. Las homilías son a veces una tortura. La Iglesia debe convertirse en este aspecto de la homilía, breve, clara, con un mensaje claro y afectuoso” refiriéndose a cómo tienen que ser las misas en la actualidad.
“Todos”, también las homosexuales
Por otro lado, preguntado por si no es una incongruencia decir que la Iglesia está abierta a todos, cuando por ejemplo los homosexuales no pueden recibir todos los sacramentos, el Papa aclaró que "la Iglesia está abierta a todos" pero "luego hay leyes que regulan la vida dentro de la Iglesia".
"El que está dentro está según la legislación... Lo que dices es una simplificación de decir: 'No puede realizar los sacramentos'. Esto no significa que la Iglesia esté cerrada. Cada uno encuentra a Dios a su manera dentro de la Iglesia", precisó.
De todas maneras, puntualizó que las personas homosexuales también están dentro de ese "todos" que integran la iglesia de Francisco. "Para esto háganse una pregunta: ¿por qué los homosexuales no? ¡Todos! Y el Señor es claro: enfermos, sanos, viejos y jóvenes, feos y hermosos, buenos y malos. Hay como una mirada que no entiende esta inserción de la Iglesia como madre y la piensa como una especie de compañía que para entrar hay que hacer esto, hacerlo de esta manera y no de otra", ha explicado.
La terrible peste de los abusos y tolerancia cero
Respecto a los abusos, el Papa señaló que, durante su visita a Lisboa, recibió en privado a un grupo de víctimas y hablaron "de esta terrible peste".
En la Iglesia -según reconocido- "se siguió más o menos el mismo comportamiento que se sigue actualmente en algunas familias y en los barrios: uno los tapa", pero añadió que en la Iglesia han tomado conciencia, sobre todo "desde el escándalo de Boston", aunque aún tienen que "madurar".
"Todavía tenemos que madurar y ayudar a descubrir estas cosas. Desde el escándalo de Boston, la Iglesia tomó conciencia que no era posible ir por caminos aleatorios, sino que había que tomar el toro por las astas", subrayó, insistiendo en la "tolerancia cero" contra los abusos y en la asunción de "responsabilidades" por parte de los curas.
En concreto, acerca del caso de Portugal con 4.800 denuncias en los últimos 70 años, aseguró que el proceso "va bien, con serenidad" y ha precisado que "los números a veces acaban siendo exagerados, en parte por los comentarios" que se hacen.
En esta línea, el Papa también aprovechó para alertar del abuso sexual infantil al que se puede acceder desde cualquier teléfono. "Esto entra a nuestras casas y se filma en vivo el abuso sexual infantil. ¿Dónde está filmando? ¿Quiénes son los responsables? Esta es una de las plagas más graves", dijo, al tiempo que alertó asimismo de otros tipos de abusos como el trabajo infantil o la ablación del clítoris a las niñas, que ha tachado de "crueldad".
Con información de
Ámbito