25 DE ABRIL 2024
La Cancillería profundiza su giro en política exterior: Mondino viajó por sorpresa a París y la Argentina cambió su postura sobre Nicaragua
Por:
Jaime Rosemberg
Martes 19 de
Diciembre 2023
La canciller tendrá reuniones vinculadas con el retorno a la OCDE; Argentina vuelve al grupo de países que promueve resoluciones contra el sandinismo en el Consejo de Derechos Humanos
Luego de una jornada intensa como parte del nuevo gobierno de Javier Milei, la canciller Diana Mondino viajó anoche, de modo sorpresivo, a París. Reuniones con inversores y encuentros vinculados a la reincorporación de Argentina a la Organización Mundial de Comercio (OCDE), con sede central en la capital francesa, fueron los motivos centrales del viaje, según comentaron fuentes de la Cancillería a LA NACION.
Horas antes de su viaje, Mondino dio la orden de promover el retorno de la delegación argentina en el Consejo de Derechos Humanos al grupo de países que promueven una resolución de condena a la política de derechos humanos en Nicaragua, luego de cuatro años de ausencia de ese ámbito durante la gestión del Frente de Todos. Los dos gestos escenifican el giro de la política exterior del nuevo gobierno, a diferencia de la estrategia de la gestión de Alberto Fernández.
El retorno de Argentina a la OCDE, que nuclea a 38 países de los más industrializados del mundo, se dará de modo paulatino. El entonces presidente Mauricio Macri había pedido la incorporación de la Argentina en marzo de 2016, pero ese proceso quedó trunco durante el mandato de Alberto Fernández. Ahora, según Marcelo Scaglione, quien inició el proceso en el gobierno de Cambiemos, harán falta unos seis años hasta cumplir con los requerimientos solicitados, solventar gastos y abonar unos 200.000 euros por mes una vez ingresado.
En Ginebra, el representante argentino ante el Consejo y expresidente de ese organismo, Federico Villegas, respaldó las declaraciones de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Nada Nashif, para quien “cada día Nicaragua se desvía aún más de los derechos humanos”, en referencia crítica a la política del régimen sandinista de Daniel Ortega. En su discurso, Villegas-que a diferencia de los representantes en la OEA mostró siempre una posición crítica del régimen sandinista-afirmó que el nuevo gobierno de Milei “no aceptará que se invoquen la soberanía ni las sanciones económicas como justificación para no garantizar la plena vigencia de los derechos humanos”, en referencia no sólo a Nicaragua, sino a argumentos que suelen utilizar Cuba, Venezuela y otros países ante las denuncias que reciben de organismos internacionales.
El representante argentino también instó a las autoridades nicaragüenses “a liberar de inmediato a todas las personas detenidas arbitrariamente y a restablecer los derechos de las personas privadas de su nacionalidad”, en abierta crítica a las políticas de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, contra la oposición política y señalados como disidentes al régimen.
Desde la Cancillería confirmaron a este diario que Argentina ya inició los trámites formales para ser admitido en el grupo de “proponentes” de resoluciones contra Nicaragua, que se inició durante el gobierno de Cambiemos y que el gobierno kirchnerismo abandonó a poco de andar. “En 2019 promovimos una resolución que terminó instalando una comisión investigadora sobre los derechos humanos en Venezuela, y con Nicaragua hicimos algo parecido. Este es un golpe de timón en la dirección correcta”, afirmó a este diario el ex vicecanciller Carlos Foradori, en referencia al cambio de política argentina luego de años de cercanía, matizada con algunas condenas esporádicas, con los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua. No habrá, por el momento, embajadores designados en esos países, luego del fin de los mandatos de Oscar Laborde (Venezuela), Luis Ilarregui (Cuba) y Daniel Capitanich (Nicaragua).
En este último caso, la distancia se había venido ampliando luego de la presencia en Managua del funcionario iraní, Mohsen Rezai, uno de los dirigentes de Teherán reclamados por Interpol por su participación en el atentado a la AMIA. El escándalo, ocurrido en enero de 2022, terminó con el traslado a Buenos Aires del embajador Capitanich, aunque éste regresó meses después a su destino diplomático, y mantuvo el bajo perfil hasta el fin de su mandato, el pasado sábado 9.
Desde Nicaragua, y enojado con los resultados del balotaje, Ortega ordenó el retiro de su embajador en Buenos Aires, Carlos Midence, luego del triunfo electoral de Milei.
Horas antes de su viaje, Mondino dio la orden de promover el retorno de la delegación argentina en el Consejo de Derechos Humanos al grupo de países que promueven una resolución de condena a la política de derechos humanos en Nicaragua, luego de cuatro años de ausencia de ese ámbito durante la gestión del Frente de Todos. Los dos gestos escenifican el giro de la política exterior del nuevo gobierno, a diferencia de la estrategia de la gestión de Alberto Fernández.
El retorno de Argentina a la OCDE, que nuclea a 38 países de los más industrializados del mundo, se dará de modo paulatino. El entonces presidente Mauricio Macri había pedido la incorporación de la Argentina en marzo de 2016, pero ese proceso quedó trunco durante el mandato de Alberto Fernández. Ahora, según Marcelo Scaglione, quien inició el proceso en el gobierno de Cambiemos, harán falta unos seis años hasta cumplir con los requerimientos solicitados, solventar gastos y abonar unos 200.000 euros por mes una vez ingresado.
En Ginebra, el representante argentino ante el Consejo y expresidente de ese organismo, Federico Villegas, respaldó las declaraciones de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Nada Nashif, para quien “cada día Nicaragua se desvía aún más de los derechos humanos”, en referencia crítica a la política del régimen sandinista de Daniel Ortega. En su discurso, Villegas-que a diferencia de los representantes en la OEA mostró siempre una posición crítica del régimen sandinista-afirmó que el nuevo gobierno de Milei “no aceptará que se invoquen la soberanía ni las sanciones económicas como justificación para no garantizar la plena vigencia de los derechos humanos”, en referencia no sólo a Nicaragua, sino a argumentos que suelen utilizar Cuba, Venezuela y otros países ante las denuncias que reciben de organismos internacionales.
El representante argentino también instó a las autoridades nicaragüenses “a liberar de inmediato a todas las personas detenidas arbitrariamente y a restablecer los derechos de las personas privadas de su nacionalidad”, en abierta crítica a las políticas de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, contra la oposición política y señalados como disidentes al régimen.
Desde la Cancillería confirmaron a este diario que Argentina ya inició los trámites formales para ser admitido en el grupo de “proponentes” de resoluciones contra Nicaragua, que se inició durante el gobierno de Cambiemos y que el gobierno kirchnerismo abandonó a poco de andar. “En 2019 promovimos una resolución que terminó instalando una comisión investigadora sobre los derechos humanos en Venezuela, y con Nicaragua hicimos algo parecido. Este es un golpe de timón en la dirección correcta”, afirmó a este diario el ex vicecanciller Carlos Foradori, en referencia al cambio de política argentina luego de años de cercanía, matizada con algunas condenas esporádicas, con los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua. No habrá, por el momento, embajadores designados en esos países, luego del fin de los mandatos de Oscar Laborde (Venezuela), Luis Ilarregui (Cuba) y Daniel Capitanich (Nicaragua).
En este último caso, la distancia se había venido ampliando luego de la presencia en Managua del funcionario iraní, Mohsen Rezai, uno de los dirigentes de Teherán reclamados por Interpol por su participación en el atentado a la AMIA. El escándalo, ocurrido en enero de 2022, terminó con el traslado a Buenos Aires del embajador Capitanich, aunque éste regresó meses después a su destino diplomático, y mantuvo el bajo perfil hasta el fin de su mandato, el pasado sábado 9.
Desde Nicaragua, y enojado con los resultados del balotaje, Ortega ordenó el retiro de su embajador en Buenos Aires, Carlos Midence, luego del triunfo electoral de Milei.