Villarruel enfrenta una sesión clave para retener el control del Senado
Por:
Gustavo Ybarra
Viernes 23 de
Febrero 2024
Como todos los fines de febrero la Cámara alta debe elegir autoridades; la vicepresidenta aspira a imponerse de nuevo al kirchnerismo y ratificar la mesa de conducción elegida en diciembre
En un escenario marcado por la tirantez política entre el Poder Ejecutivo y gran parte de la oposición, Victoria Villarruel intentará este viernes volver a reunir la mayoría que le permita retener el control de áreas claves en el manejo del Senado durante una sesión preparatoria que promete convertirse en una pulseada directa entre la vicepresidenta y el bloque kirchnerista que conduce José Mayans (Formosa).
La sesión está convocada para las 10 y el bloque del Frente de Todos promete dar una dura pelea dialéctica en el recinto que tendrá como blanco a Villarruel que les negó en tres oportunidades los pedidos de sesión especial impulsados por el kirchnerismo para rechazar el DNU en la Cámara alta. El último fue presentado la semana pasada con fecha para este mismo viernes a las 14 y, al igual que los anteriores, quedó sin respuesta por parte de la vicepresidenta.
A pesar de los rumores sobre una andanada de cuestiones de privilegio contra la vicepresidenta que se encargaron de agitar voceros de Unión por la Patria, el kirchnerismo no quiso adelantar la estrategia que adoptarán mañana durante la reunión de labor que se celebró esta tarde con jefes de todos los bloques para definir el esquema de la sesión preparatoria.
La intención de Villarruel y sus bloques aliados es retener el control del Senado mediante la ratificación de la mesa de conducción que la cámara votó el 13 de diciembre pasado. Según confiaron fuentes legislativas, la vicepresidenta estaría en condiciones de replicar la mayoría que la apoyó en aquella sesión y que le sirvió para infringirle al kirchnerismo una dura derrota legislativa a pocos días de haber asumido la conducción de la Cámara alta.
En aquella oportunidad, 32 senadores de un mosaico integrado por la UCR, Pro, fuerzas provinciales y otros bloques menores se aliaron a los 7 legisladores oficialistas de la Libertad Avanza y se impusieron al bloque de Mayans, que pretendía postergar la elección de autoridades para el 24 de febrero, fecha fijada para la sesión preparatoria en el primer artículo del Reglamento del Senado.
Con esa mayoría, Villarruel pudo imponer a María Laura Izzo y a Agustín Giustinian en las estratégicas secretarías Administrativa y Parlamentaria, respectivamente. Con estos nombramientos, la vicepresidenta se aseguró el control del Senado.
Además, se votaron el resto de los cargos de conducción de la Cámara alta. El libertario Bartolomé Adbala (San Luis) fue elegido presidente provisional y, por lo tanto, segundo en la línea sucesoria presidencial detrás de Villarruel. El resto de la mesa se completó con Carolina Losada (UCR-Santa Fe) y Alejandra Vigo (Unidad Federal-Córdoba) en las vicepresidencias primera y segunda, respectivamente.
En una decisión que le costó cuestionamientos internos que todavía perduran, la tríada de conducción del bloque del Frente de Todos, que además de Mayans integran Anabel Fernández Sagasti (Mendoza) y Juliana Di Tullio (Buenos Aires), decidieron mantener su posición y rechazaron participar en la elección de autoridades.
Esto se tradujo en que la vicepresidencia del Senado se encuentre hoy vacante y que el peronismo perdiera la posibilidad de designar gente propia en las prosecretarías de la Cámara, cargos que sirven para ejercer un contralor del oficialismo y del presidente del cuerpo y que, ante la negativa kirchnerista, Villarruel utilizó para conformar y contener al resto de los bloques de la oposición.
La sesión de diciembre también le permitió a Villarruel y a los exsocios de Juntos por el Cambio imponer un nuevo formato de integración de las comisiones del Senado que dejó al Frente de Todos sin la mayoría que supo ostentar durante los últimos cuatro años.
En la reunión de jefes de bloque los representantes kirchneristas prometieron dar la batalla hasta recuperar la proporción que, sostienen, les corresponde en cada comisión. Si no tienen el número, no lo podrán hacer en esta sesión preparatoria.
La sesión está convocada para las 10 y el bloque del Frente de Todos promete dar una dura pelea dialéctica en el recinto que tendrá como blanco a Villarruel que les negó en tres oportunidades los pedidos de sesión especial impulsados por el kirchnerismo para rechazar el DNU en la Cámara alta. El último fue presentado la semana pasada con fecha para este mismo viernes a las 14 y, al igual que los anteriores, quedó sin respuesta por parte de la vicepresidenta.
A pesar de los rumores sobre una andanada de cuestiones de privilegio contra la vicepresidenta que se encargaron de agitar voceros de Unión por la Patria, el kirchnerismo no quiso adelantar la estrategia que adoptarán mañana durante la reunión de labor que se celebró esta tarde con jefes de todos los bloques para definir el esquema de la sesión preparatoria.
La intención de Villarruel y sus bloques aliados es retener el control del Senado mediante la ratificación de la mesa de conducción que la cámara votó el 13 de diciembre pasado. Según confiaron fuentes legislativas, la vicepresidenta estaría en condiciones de replicar la mayoría que la apoyó en aquella sesión y que le sirvió para infringirle al kirchnerismo una dura derrota legislativa a pocos días de haber asumido la conducción de la Cámara alta.
En aquella oportunidad, 32 senadores de un mosaico integrado por la UCR, Pro, fuerzas provinciales y otros bloques menores se aliaron a los 7 legisladores oficialistas de la Libertad Avanza y se impusieron al bloque de Mayans, que pretendía postergar la elección de autoridades para el 24 de febrero, fecha fijada para la sesión preparatoria en el primer artículo del Reglamento del Senado.
Con esa mayoría, Villarruel pudo imponer a María Laura Izzo y a Agustín Giustinian en las estratégicas secretarías Administrativa y Parlamentaria, respectivamente. Con estos nombramientos, la vicepresidenta se aseguró el control del Senado.
Además, se votaron el resto de los cargos de conducción de la Cámara alta. El libertario Bartolomé Adbala (San Luis) fue elegido presidente provisional y, por lo tanto, segundo en la línea sucesoria presidencial detrás de Villarruel. El resto de la mesa se completó con Carolina Losada (UCR-Santa Fe) y Alejandra Vigo (Unidad Federal-Córdoba) en las vicepresidencias primera y segunda, respectivamente.
En una decisión que le costó cuestionamientos internos que todavía perduran, la tríada de conducción del bloque del Frente de Todos, que además de Mayans integran Anabel Fernández Sagasti (Mendoza) y Juliana Di Tullio (Buenos Aires), decidieron mantener su posición y rechazaron participar en la elección de autoridades.
Esto se tradujo en que la vicepresidencia del Senado se encuentre hoy vacante y que el peronismo perdiera la posibilidad de designar gente propia en las prosecretarías de la Cámara, cargos que sirven para ejercer un contralor del oficialismo y del presidente del cuerpo y que, ante la negativa kirchnerista, Villarruel utilizó para conformar y contener al resto de los bloques de la oposición.
La sesión de diciembre también le permitió a Villarruel y a los exsocios de Juntos por el Cambio imponer un nuevo formato de integración de las comisiones del Senado que dejó al Frente de Todos sin la mayoría que supo ostentar durante los últimos cuatro años.
En la reunión de jefes de bloque los representantes kirchneristas prometieron dar la batalla hasta recuperar la proporción que, sostienen, les corresponde en cada comisión. Si no tienen el número, no lo podrán hacer en esta sesión preparatoria.
