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Congreso y las vallas que llegaron para quedarse: las usan para las marchas pero juntan suciedad y basura
Viernes 25 de
Julio 2025
Están desde el año pasado y las puso el Gobierno nacional. Los vecinos se quejan porque también alteran el paisaje urbano. Los operativos de limpieza y el recuerdo de las vallas de la Plaza de Mayo.
Apiladas entre paradas de colectivos, otras a pie formando una hilera imbatible. En cualquiera de sus formas, las vallas que están frente al Congreso de la Nación se mantienen firmes, atornilladas a las baldosas, obstruyendo la vía pública y recogiendo la basura que vuela por las calles.
La gente de la zona sigue de largo, esquivando o evitando la plazoleta de Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen. Algunos dicen que por el olor, otros que por lo complicado que es avanzar con sus mascotas. Todos coinciden en algo: como pasó hace años en la Plaza de Mayo, se acostumbraron a convivir con ellas, que ya forman parte del paisaje urbano.
Envases de cartón, botellas y bandejas de plástico vacías y paquetes de cigarrillos son elementos repetidos. Quedan tirados en el suelo, a veces amontonados en las partes bajas de las vallas, o aplastados debajo de alguna pila de las más oxidadas que se desparraman en diferentes puntos, como en avenida Rivadavia cerca de las bocas de subte de la línea A.
“Están desde el año pasado, me parece, en alguna marcha las quisieron poner y desde ahí nunca más volvieron a sacarlas. Juntan un montón de mugre, de suciedad, de orina. No se puede pasar directamente por ahí; antes era un espacio muy grande que podías caminar, pero ahora yo por lo menos lo evito si puedo”, cuenta Carla Ruiz, que vive a pocas cuadras del lugar y pasea a su perro por la zona. Para ella, más allá de la mugre que traen, la sola presencia de estas vallas genera una contaminación visual.
La vecina comenta que los días posteriores a las marchas de jubilados, que se hacen los miércoles, se puede notar más desprolijidad en la plazoleta frente al Congreso, con estos vallados que despliega la Policía Federal Argentina, que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich.
Con respecto a este tema, Clarín consultó con fuentes del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad, que señalaron que el Gobierno porteño realiza operativos especiales antes y después de las movilizaciones en la zona del Congreso.
Estimaron el retiro y reposición de unos 100 contenedores y aclararon que una vez finalizada la manifestación de los miércoles se realizan tareas de limpieza: “Estos operativos incluyen barrido (80 barrenderos), recolección de residuos y acondicionamiento general del entorno con cuadrillas de barrenderos, 7 camiones recolectores, 6 hidrolavadoras y 7 brigadas de acción inmediata”. Pero como las vallas son del ministerio nacional, no pueden sacarlas.
Pero vecinos como Carla remarcan que, en la diaria, la suciedad está muy presente. “Yo veo todo el tiempo a los turistas que andan dando vueltas por acá y pienso que es horrible, porque a uno le gusta que vengan a visitar su ciudad, su país, lo que fuera, y que esté lindo y se vea bien. A veces ese sector está muy dejado en el sentido de limpieza, pero siento que en general en todas partes está todo muy descuidado”, dice.
En las calles vecinas al Congreso de la Nación es común encontrar gente en situación de calle que se agrupa mientras continúa la temporada de invierno. Otros vecinos que conversan con Clarín apuntan a que muchas veces “las personas que vienen a comer por la zona tiran en la calle la comida que les dan, vienen perros y desparraman todo”.
Desde Espacio Público e Higiene Urbana añadieron que hay acciones puntuales para reforzar la cobertura habitual de limpieza, a través de recorridos diarios de barrido y recolección. Por esto, destacaron, esta zona integra el “cronograma de Operativos de Limpieza Intensiva”.
No es el único lugar histórico que se vio atravesado por la presencia de vallados de seguridad. En Plaza de Mayo, por ejemplo, aparecieron a fines de 2001 y a comienzos de 2002, como una contención metálica inicialmente improvisada para protección de la sede gubernamental durante las manifestaciones populares por la crisis de 2001. Las vallas policiales se colocaron atravesando la plaza, de Rivadavia a Hipólito Yrigoyen, a la altura de la Pirámide de Mayo.
En los años posteriores aquellas vallas no solo siguieron, sino que se ampliaron y sufrieron una serie de intervenciones. Incluso, en 2005 se colocaron rejas en el perímetro de la Casa Rosada, integrando además a la plaza Colón, en la fachada este, hacia Puerto Madero.
Unos años después la Jefatura de Gobierno inauguró remodelaciones en la plaza y, entre ellas, realizó la colocación de una reja permanente que reemplazó a las vallas, de mejor calidad estructural que buscó “la armonía con el paisaje urbano”. Después, volvieron a instalarse siempre en contextos de manifestaciones o protestas durante las diferentes gestiones.
La gente de la zona sigue de largo, esquivando o evitando la plazoleta de Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen. Algunos dicen que por el olor, otros que por lo complicado que es avanzar con sus mascotas. Todos coinciden en algo: como pasó hace años en la Plaza de Mayo, se acostumbraron a convivir con ellas, que ya forman parte del paisaje urbano.
Envases de cartón, botellas y bandejas de plástico vacías y paquetes de cigarrillos son elementos repetidos. Quedan tirados en el suelo, a veces amontonados en las partes bajas de las vallas, o aplastados debajo de alguna pila de las más oxidadas que se desparraman en diferentes puntos, como en avenida Rivadavia cerca de las bocas de subte de la línea A.
“Están desde el año pasado, me parece, en alguna marcha las quisieron poner y desde ahí nunca más volvieron a sacarlas. Juntan un montón de mugre, de suciedad, de orina. No se puede pasar directamente por ahí; antes era un espacio muy grande que podías caminar, pero ahora yo por lo menos lo evito si puedo”, cuenta Carla Ruiz, que vive a pocas cuadras del lugar y pasea a su perro por la zona. Para ella, más allá de la mugre que traen, la sola presencia de estas vallas genera una contaminación visual.
La vecina comenta que los días posteriores a las marchas de jubilados, que se hacen los miércoles, se puede notar más desprolijidad en la plazoleta frente al Congreso, con estos vallados que despliega la Policía Federal Argentina, que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich.
Con respecto a este tema, Clarín consultó con fuentes del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad, que señalaron que el Gobierno porteño realiza operativos especiales antes y después de las movilizaciones en la zona del Congreso.
Estimaron el retiro y reposición de unos 100 contenedores y aclararon que una vez finalizada la manifestación de los miércoles se realizan tareas de limpieza: “Estos operativos incluyen barrido (80 barrenderos), recolección de residuos y acondicionamiento general del entorno con cuadrillas de barrenderos, 7 camiones recolectores, 6 hidrolavadoras y 7 brigadas de acción inmediata”. Pero como las vallas son del ministerio nacional, no pueden sacarlas.
Pero vecinos como Carla remarcan que, en la diaria, la suciedad está muy presente. “Yo veo todo el tiempo a los turistas que andan dando vueltas por acá y pienso que es horrible, porque a uno le gusta que vengan a visitar su ciudad, su país, lo que fuera, y que esté lindo y se vea bien. A veces ese sector está muy dejado en el sentido de limpieza, pero siento que en general en todas partes está todo muy descuidado”, dice.
En las calles vecinas al Congreso de la Nación es común encontrar gente en situación de calle que se agrupa mientras continúa la temporada de invierno. Otros vecinos que conversan con Clarín apuntan a que muchas veces “las personas que vienen a comer por la zona tiran en la calle la comida que les dan, vienen perros y desparraman todo”.
Desde Espacio Público e Higiene Urbana añadieron que hay acciones puntuales para reforzar la cobertura habitual de limpieza, a través de recorridos diarios de barrido y recolección. Por esto, destacaron, esta zona integra el “cronograma de Operativos de Limpieza Intensiva”.
El antecedente de la Plaza de Mayo
No es el único lugar histórico que se vio atravesado por la presencia de vallados de seguridad. En Plaza de Mayo, por ejemplo, aparecieron a fines de 2001 y a comienzos de 2002, como una contención metálica inicialmente improvisada para protección de la sede gubernamental durante las manifestaciones populares por la crisis de 2001. Las vallas policiales se colocaron atravesando la plaza, de Rivadavia a Hipólito Yrigoyen, a la altura de la Pirámide de Mayo.
En los años posteriores aquellas vallas no solo siguieron, sino que se ampliaron y sufrieron una serie de intervenciones. Incluso, en 2005 se colocaron rejas en el perímetro de la Casa Rosada, integrando además a la plaza Colón, en la fachada este, hacia Puerto Madero.
Unos años después la Jefatura de Gobierno inauguró remodelaciones en la plaza y, entre ellas, realizó la colocación de una reja permanente que reemplazó a las vallas, de mejor calidad estructural que buscó “la armonía con el paisaje urbano”. Después, volvieron a instalarse siempre en contextos de manifestaciones o protestas durante las diferentes gestiones.
Con información de
Clarín
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