SANTA FE | CIUDAD
Robo y vandalismo en el Centro de Salud de barrio San Martín
Lunes 11 de
Abril 2016
Delincuentes ingresaron al dispensario ubicado en Alberti y Aguado. Se llevaron dos computadoras; un tensiómetro; dos impresoras, un teléfono y una garrafa.
Por cuarta vez en su historia y segunda vez en el mes, el Centro de Salud de barrio San Martín fue víctima de robo y vandalismo.
Del hecho se supo esta mañana, cuando una de las empleadas del lugar llegó para iniciar la jornada laboral y advirtió que los “amigos de lo ajeno” habían hecho de las suyas.
Para ingresar el o los delincuentes, valiéndose de un pesado caño -el que dejaron abandonado en un patio-, violentaron el enrejado de unas ventanas que están ubicadas en uno de los laterales del dispensario, ubicado en la intersección de Alberti y Aguado.
Consultado al respecto, el doctor Alejandro Aramayo (director del Centro) explicó que “en el transcurso de esta mañana personal que se hizo presente en el lugar para iniciar sus tareas descubrió que, una vez más, un tejido de rejas que protege una ventana que da a un patio, había sido violentado. En esta oportunidad, utilizaron un elemento más contundente para romper.
La vez anterior se llevaron un tubo de oxígeno y cosas menores. Pero ahora sustrajeron elementos de computación, además de otros materiales específicos que utilizamos para desarrollar nuestro trabajo”.
Señaló, asimismo que “por el día de hoy debimos suspender la atención al público ya que con esta situación es imposible realizar nuestra tarea debido a que está trabajando gente de Mantenimiento en las reparaciones, también vino personal del Nodo y del Ministerio para tomar cartas en el asunto”.
Hechos reincidentes
Más adelante, el profesional sostuvo que “éste es el cuarto robo que sufrimos, y el segundo que ocurre en un mes. Ya hicimos las notas correspondientes y siempre hemos tenido soluciones parciales, no totales. Es por eso que estos hechos son reincidentes”.
“La gravedad del tema es que la parte lateral de este Centro de Salud linda con un patio de una vecinal que, durante la noche, es ‘tierra de nadie’. Ayuda para esto que dicho patio está lejos de las casas de familia, entonces es imposible que alguien escuche si hay actividad o ruidos extraños.
Además hay tapiales que impiden ver si hay intrusos”, agregó.
“Es decir que los delincuentes tienen todo el tiempo de mundo como para ‘trabajar’ con limas o sierras, o como ocurrió este fin semana, que rompieron las ventanas utilizando un caño de enormes dimensiones, sin que nadie los haya escuchado”, culminó.
Con información de
ellitoral