#Lifschitz lanza una reforma constitucional ¿para quedarse?
Los cruces entre el ex gobernadir Antonio Bonfatti y su sucesor, Miguel Lifschitz, por las políticas en seguridad dejaron al descubierto la trama que se está tejiendo hacia el interior del Partido Socialista (PS) por la sucesión a la gobernación de cara al 2019.
Es que la tensión, que se manifiesta particularmente en las políticas en seguridad donde hay críticas públicas entre una gestión y otra, anticipó la disputa de poder hacia adentro del socialismo.
Claro que Lifschitz tiene la parada más difícil ya que para lograr la reelección tiene que llevar adelante una reforma constitucional, una meta sumamente difícil -sino imposible-, por como se presenta el tablero político en la provincia.
"¿Quién de la UCR y del PJ le van a votar a Lifschitz la reforma?", se preguntó un importante dirigente socialista, advirtiendo además que la iniciativa tampoco cuenta con el aval del propio socialismo.
Lifschitz lanzó la reforma de la Constitución de Santa Fe con la idea de quedarse otro mandato, pero hasta ahora en el socialismo son mayoría los que quieren que lo suceda Bonfatti.
En estricto off, reconoció que el actual gobernador promueve la reforma buscando consensos por fuera del socialismo: "Mucha gente de otros partidos me ha comentado que Lifschitz ha consultado sobre el tema, pero acá en nuestro partido eso no se discutió".
De hecho, según el dirigente, "el sentido común indica que el próximo candidato va a ser nuevamente Bonfatti, no creo que haya disputa en ese sentido, hay amplios consensos para que ello ocurra".
"Tengo muchos años en esto, algo aprendí, no creo que sea una buena estrategia buscar alianzas afuera del partido primero, no es una estrategia que pueda dar buen resultado", reflexionó el mismo dirigente conocedor de la dinámica socialista.
A su vez, desde el partido de la flor también consideraron la necesidad de contar nuevamente con una proyección nacional y recuperar la banca del senado que ocupó Giustiniani durante doce años.
Desde uno de los sectores que apoya a Bonfatti para la gobernación, señalan a Lifschitz como posible candidato para ocupar ese lugar, teniendo en cuenta la proyección pública que está teniendo a nivel nacional como gobernador santafesino.
"Tenemos una necesidad partidaria de volver a contar con presencia nacional como en el 2011 -cuando Binner se ubicó segundo debajo de Cristina Kirchner- porque nuestro proyecto político así lo amerita y Lifschitz puede ocupar ese lugar", afirmaron elegantemente desde el PS, aunque se sabe que el ingeniero es bastante reticente a las legislaturas.
Roces por la seguridad
En los primeros meses del mandato, Lifschitz se mostró dispuesto a llevar adelante una contrarreforma en materia de seguridad, lo cual molestó al ex gobernador Antonio Bonfatti quien sigue sosteniendo el proyecto iniciado por Hermes Binner y continuado en su gestión.
Sin embargo, el actual gobernador decidió dar un giro de timón y desandar los principales lineamientos de sus pares socialistas y como primera medida anunció una reestructuración policial a partir de la organización territorial basada en las antiguas Unidades Regionales, eliminando los Nodos ensayado por los sus predecesores.
"Es que los Nodos obstruían el sentido de verticalidad que debe primar en un cuerpo como la policía y duplicaba los cargos jerárquicos cuando la realidad nos solicita que la mayor cantidad de efectivos estén activos en las calles y no en los escritorios", argumentaron desde el Ministerio de Seguridad.
Luego, una serie de cruces públicos entre Lifschitz y Bonfatti tensionó la arena socialista y el actual gobernador cuestionó algunas adquisiciones realizadas por la gestión anterior como los helicópteros y el camión hidrante que presentaron dificultades técnicas para su utilización.
El gobierno de Lifschitz lanzó una contrarreforma en materia de Seguridad que desarticuló las políticas que venían aplicándose desde las gobernaciones de Binner y Bonfatti.
"Son opiniones diferentes sobre algunos temas", trató de minimizar un dirigente socialista que agregó: "Veníamos con un proyecto de largo aliento y eso se ha cambiado, obviamente que pudo generar algunas molestias".
La misma fuente comentó que entre los dos dirigentes, a pesar de las diferencias "tienen buen diálogo y las críticas se hacen en las reuniones que tenemos. Además es natural que haya cierta tensión por la sucesión entre un ex gobernador, que está en carrera y el actual".
Consultado por las diferencias entre los dos dirigentes, un militante que responde al sector de Giustiniani, quien se le enfrentó a Hermes Binner en una feroz interna que pagó caro el ex senador, reconoció las peleas internas en el socialismo aunque le quitó dramatismo.
"Se sacan chispas públicamente pero para adentro arreglan todo", sostuvo el socialista. "En la Cámara de Diputados están todos juntos", agregó el militante de Igualdad y Participación, el espacio que nuclea lo que quedó del sector de Giustiniani reconociendo que "las internas son despiadadas en nuestro partido", concluyó.