SANTA FE | CIUDAD
Engañan a una monja por teléfono y le roban $ 140 mil
Miércoles 26 de
Octubre 2016
"Todavía no puedo creer que ésto me haya pasado a mí. Yo vivía advirtiendo a la gente que no se dejara engañar por quienes manipulan la cabeza de los demás".
Elsa Angela Pereyra es monja y vive desde hace tres años en Lainez al 800 (Laprida al 5800), en la zona sur, donde regresó tras la muerte de un hermano para cuidar de otra hermana mayor. El viernes pasado cayó en una trampa que le costó 140 mil pesos.
Con la excusa de que el gobierno nacional estaba por implementar una devaluación análoga al "corralito" de 2001, falsos funcionarios bancarios le dijeron que tenía que entregarles el dinero que tenía para ponerlo a resguardo. Minutos después, aturdida por la situación, le entregó una caja de helados con el efectivo a un contador trucho que lo retiró en la puerta de su casa.
Ayer la hermana Angela aún no podía entender cómo los timadores se salieron con la suya. Pudo ser que alguien la escuchara, la mañana del viernes, saludar a su primo Pocho cuando se lo encontró en la puerta de una dependencia del Pami de zona sur. El hombre vive en San Luis, pero estaba de visita en la ciudad.
Lo cierto es que alrededor de las 15 del viernes un hombre llamó a su casa y le dijo ser su primo Pocho. "Fue casualidad o no sé", pensó sobre el inicio de una conversación apurada en la que paso a paso fue dándole datos a los estafadores. "Pocho me dijo que estaba en el banco, que se enteró de la devaluación y me pasó con un contador. Me dijeron que estaban en el Banco Nación de San Martín y 27 de Febrero y me pasaron con el gerente".
El falso gerente le dijo a Angela que había una devaluación en ciernes por la cual por cada 100 pesos perdería 30. "Le pregunté por qué no nos enteramos antes. Me dijo que hubo una demora del correo para que llegaran las notificaciones. Entonces, como el banco estaba por cerrar, ofreció mandarme un contador para que le entregara el dinero".
Minutos después el falso contador tocaba timbre en la casa. "Me dijo que tenía el auto en la esquina y que se tenía que ir rápido porque tenía un montón de plata", contó la monja.
Antes de irse, el falso contador le dijo que no llamara a su primo, que éste la iba a llamar en 10 minutos. Pasado ese tiempo, la monja llamó a Pocho y su sobrina le dijo que el hombre dormía la siesta. "En ese momento me di cuenta de todo, no podía creer cómo había caído en esa trampa", recordó con bronca.
El caso no es el primero que ocurre en la ciudad, a tal punto que el sábado 15 de octubre La Capital publicó un comunicado de la Fiscalía Regional Rosario donde se habían registrado hasta entonces al menos cinco denuncias de hechos similares.
Con información de
La Capital