CÓRDOBA
Para vengarse, mató a un joven desde el techo de una casa: 14 años de cárcel
Sábado 31 de
Diciembre 2016
La víctima, de 25 años, recibió tres tiros. El crimen ocurrió en 2015 en Ampliación San Jorge.
Todo empezó como suelen comenzar muchos de estos asuntos: con un mero cruce de palabras, una frase que suena a apriete y advertencia, un aviso.
–¿Qué te metés, vos?
Jonathan y su amigo discutían en la esquina por algo que ya está en el olvido. De pronto, pasó otro vecino, Míqueas, quien intentó atemperar los ánimos.
Fue entonces que Jonathan se dio vuelta y bramó. Acto seguido, hubo un par de insultos y amenazas hasta que una pistola apareció en escena. Hubo disparos y Míqueas tuvo que salir corriendo.
Como suele ocurrir en muchos de estos episodios, la escalada de violencia nace, crece y no termina hasta que ha llegado muy lejos. Y eso fue lo que terminó pasando.
Míqueas decidió volver a cobrar su revancha. Su plan no pudo ser más brutal: junto a otra persona fue caminando por los techos de casas vecinas hasta que llegó a la vivienda de su contrincante y, desde allí arriba, lo mató a balazos.
Jonathan Morán tenía 25 años cuando murió en aquel enero de 2015, tras haber recibido tres impactos en su casa del barrio Ampliación San Jorge, en la periferia nordeste de la ciudad de Córdoba.
La Justicia dio recientemente su veredicto: a sus 20 años, Míqueas Brandán fue condenado a 14 años de cárcel tras ser hallado culpable de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, en un fallo emitido por la Cámara 5ª del Crimen, con jurados populares.
Nunca hubo dudas de quién había sido el asesino. La duda era la escala penal y la forma en que iba a ser caratulado el caso.
Alevosía sí, alevosía no
Míqueas había llegado a juicio por homicidio agravado por la alevosía, delito que se castiga con la pena de prisión perpetua.
El drama se registró en la madrugada del domingo 25 de enero de 2015 en una vivienda de calle José Arredondo. En esa casa vivía Jonathan Morán. Y aquella madrugada, tal como revelarían los testigos en el juicio, el muchacho estaba más que intranquilo por las discusiones y amenazas sucedidas horas antes.
Mientras estaba en el interior de su casa, Jonathan sintió ruidos desde el exterior y se asomó en el umbral de la vivienda para ver qué pasaba. Su madre salió a acompañarlo.
“Fue entonces que llegó su rival, supuestamente acompañado por otro joven, por los techos de unas casas vecinas. Una vez que estuvo en posición de tiro, con una pistola, le disparó varias veces directo contra el cuerpo”, indicó el fiscal de Cámara, Fernando Amoedo.
Jonathan recibió tres disparos y alcanzó a ser trasladado al Hospital Córdoba, donde falleció.
A los pocos días del homicidio, la Policía detuvo a los hermanos Míqueas y Fernando Brandán en la localidad cordobesa de Saturnino María Laspiur. Sin embargo, Míqueas fue quien llegó a juicio.
La discusión de la alevosía en el crimen era central para la pena. Brandán siempre negó haber matado, aunque reconoció que estuvo en el techo con otra persona.
“Para que exista alevosía en un homicidio, la víctima debe haber sido sorprendida, debe haber estado desprevenida, no se lo esperaba. Y Morán no estaba desprevenido. Él salió a la calle porque sintió ruidos desde los techos y ahí lo mataron. Uno tiene que atenerse a la ley y en ese caso no hubo alevosía”, indicó el fiscal, quien pidió 14 años de cárcel.
El tribunal le dio la razón y ordenó que se profundice la investigación para identificar al cómplice del asesinato.
“Fue lamentablemente un típico caso de violencia urbana y que terminó como, lamentablemente también, concluyen estos episodios: con la muerte”, dijo el fiscal, quien remarcó que las pruebas y testimonios indican que en aquel drama quedó comprobado un alto consumo de alcohol y drogas.
Con información de
lavoz