CÓRDOBA
El reguero de sangre fue la perdición para un joven ladrón
Jueves 02 de
Febrero 2017
Un joven que denunció haber sido apuñalado en un asalto, terminó acusado de haber cometido un robo. Fue en Villa Adela. Permanece internado con custodia policial.
"Mi hijo cayó herido a casa. Me dijo que lo habían asaltado en la calle. Que se resistió y lo apuñalaron. No le llevaron nada, pero lo podrían haber matado. Terminó con tres puñaladas en el brazo, heridas muy graves".
Desesperado, sin conocer del todo la verdad, el hombre dialogaba con la prensa respecto al caso de su hijo, quien acababa de ser trasladado en ambulancia con graves heridas cortantes al Hospital de Urgencias, de Córdoba, donde quedaría internado.
A los pocos minutos, el muchacho quedaría con custodia policial en la puerta de la habitación. ¿Por qué? ¿Qué pasó? Es que el joven iba a dejar de ser una simple víctima para quedar seriamente comprometido con un episodio de robo.
Sucedió que uno de los policías sospechó del reguero de sangre que había dejado el muchacho en la vereda frente su casa, en barrio Villa Adela, de la ciudad de Córdoba. Siguiendo las manchas, el uniformado recorrió varios metros y llegó hasta otro domicilio cercano donde las gotas de sangre se incrementaban en un muro perimetral, que tenía en su parte superior rejas y vidrios rotos colocados como método de seguridad. Luego, se determinaría que allí había sucedido un robo.
El insólito episodio ocurrió el pasado martes a las 5 de la mañana cuando un vecino que reside en calle Uritorco al 4700, en Villa Adela, llamó a la Policía. El motivo: adujo que su hijo de 20 años había sido asaltado y herido en la calle por delincuentes armados con cuchillos.
Cuando los policías arribaron finalmente al lugar, se dieron con el muchacho que perdía sangre, tirado en la vereda. Su padre indicó que el joven le había contado que había sufrido un violento asalto callejero cuando retornaba a casa.
Una ambulancia acudió al domicilio y trasladó al herido hasta el Hospital de Urgencias.
Fue entonces que, mientras algunos móviles montaban un operativo en la zona, uno de los policías –sospechando algo raro– decidió seguir el reguero de sangre en la vereda y que se extendía por unos 200 metros, tras dar vuelta la manzana. Así fue el policía llegó hasta otra casa ubicada en avenida Mira al 2259, del mismo barrio. Allí se había cometido un robo domiciliario sin moradores.
La mancha de sangre se iniciaba precisamente en una reja y vidrios rotos ubicados en un muro perimetral de la casa. Por orden de la Unidad Judicial, el muchacho quedó con custodia policial sospechado de robo, mientras se sustancia la investigación.
Desesperado, sin conocer del todo la verdad, el hombre dialogaba con la prensa respecto al caso de su hijo, quien acababa de ser trasladado en ambulancia con graves heridas cortantes al Hospital de Urgencias, de Córdoba, donde quedaría internado.
A los pocos minutos, el muchacho quedaría con custodia policial en la puerta de la habitación. ¿Por qué? ¿Qué pasó? Es que el joven iba a dejar de ser una simple víctima para quedar seriamente comprometido con un episodio de robo.
Sucedió que uno de los policías sospechó del reguero de sangre que había dejado el muchacho en la vereda frente su casa, en barrio Villa Adela, de la ciudad de Córdoba. Siguiendo las manchas, el uniformado recorrió varios metros y llegó hasta otro domicilio cercano donde las gotas de sangre se incrementaban en un muro perimetral, que tenía en su parte superior rejas y vidrios rotos colocados como método de seguridad. Luego, se determinaría que allí había sucedido un robo.
El insólito episodio ocurrió el pasado martes a las 5 de la mañana cuando un vecino que reside en calle Uritorco al 4700, en Villa Adela, llamó a la Policía. El motivo: adujo que su hijo de 20 años había sido asaltado y herido en la calle por delincuentes armados con cuchillos.
Cuando los policías arribaron finalmente al lugar, se dieron con el muchacho que perdía sangre, tirado en la vereda. Su padre indicó que el joven le había contado que había sufrido un violento asalto callejero cuando retornaba a casa.
Una ambulancia acudió al domicilio y trasladó al herido hasta el Hospital de Urgencias.
Fue entonces que, mientras algunos móviles montaban un operativo en la zona, uno de los policías –sospechando algo raro– decidió seguir el reguero de sangre en la vereda y que se extendía por unos 200 metros, tras dar vuelta la manzana. Así fue el policía llegó hasta otra casa ubicada en avenida Mira al 2259, del mismo barrio. Allí se había cometido un robo domiciliario sin moradores.
La mancha de sangre se iniciaba precisamente en una reja y vidrios rotos ubicados en un muro perimetral de la casa. Por orden de la Unidad Judicial, el muchacho quedó con custodia policial sospechado de robo, mientras se sustancia la investigación.
Con información de
lavoz