Al creador de la Web, Tim Berners Lee, no le gusta la Internet actual: sus tres mayores miedos
Lunes 13 de
Marzo 2017
El 12 de marzo de 1989, Tim Berners Lee, por entonces un ignoto científico británico en computación, envió a la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) una propuesta para establecer lo que luego se convertiría en la Web como hoy la conocemos.
A modo de conmemoración del aniversario número 28 de aquella fecha, Berners Lee -hoy director de la World Wide Web Foundation y reconocido como "el padre" de Internet-, publicó una carta abierta para plantear los tres problemas que que ve con creciente precupación en Internet, y a los que cree que hay que "abordar para que a Web alcance su verdadero potencial como herramienta al servicio de toda la humanidad".
La carta completa puede leerse aquí, y estas son las tres amenazas que el "fundador" de Internet considera urgente atacar.
1. Las noticias falsas
Desde noticias que se utliizan cínicamente para hacer un montón de dinero con avisos que nadie lee, hasta sofisticadas campañas de propaganda política. Las redes sociales "nos muestran contenido en el que piensan que haremos click, lo que implica que la desinformación, las noticias falsas que impactan, soprenden o están pensadas específicamente en nuestro sesgo, se propaguen como la pólvora", die Berners Lee. "Y a través de la utilización de ciencia de datos y ejércitos de robots, los que tengan mala fe pueden engañar al sistema para distribuir información incorrecta para obtener rédito político o financiero".
2. Perder el control de la información personal
Las personas que entregan sus datos personales para registrarse en sitios de manera descontrolada también preocupan a Berners Lee. "Desde el momento que concedemos que nuestra información sea almacenada en 'silos' de propiedad privada, perdemos de vista los beneficios que obtendríamos si tuviéramos el control sobre esto, o pudiéramos elegir con quién compartirla. Más aún: casi nunca tenemos forma de decirle a las compañías qué tipo de información preferiríamos no dar y los términos y condiciones son todo o nada". "La recopilación de información generalizada por parte de las empresas tiene otros impactos. A través de la colaboración -o coacción- con empresas, los gobiernos también observan cada vez más todos nuestros movimientos en línea, y con la aprobación de leyes extremas que atentan contra nuestros derechos a la privacidad. En regímenes represivos, es fácil ver el daño que se puede causar – pueden arrestar a los blogueros o matarlos, y pueden monitorear a opositores políticos".
3. Publicidad política
El padre de la Web sostiene que los métodos modernos de publicidad directamente ponen en riesgo la democracia. Hay indicios de que algunos avisos políticos -en Estados Unidos y en todo el mundo- que se utilizan de manera poco ética para guitar a los votantes hacia sitios de noticias falsas o para dejar afuera a de las encuestas a determinados sectores. La publicidad dirigida permite hacer campaña política de una manera totalmente diferente. "¿Es eso democrático?", se pregunta el autor.
Como se puede inferir, hay un hilo conductor detrás de estos tres puntos: el poder que manejan hoy enormes compañías como Facebook y Google y cómo -de no ser revisado- pueden afectar corrosivamente a nuestra sociedad civil.
¿La solución? Para Berners Lee no es simple, pero devería empezar por alentar a las compañías a explorar micropagos y métodos de suscripción en lugar de convertirse en agencias publicitarias, y así asegurar "más transparencia algorítimca para entender cómo las se toman las decisiones importantes que afectan nuestras vidas, además de -tal vez- establecer un conjunto de principios comunes a respetar".
"Ha hecho falta todo de nosotros para construir la Web que tenemos, y ahora depende de nosotros hacer la Internet que queremos, para todos", cierra la carta.
La carta completa puede leerse aquí, y estas son las tres amenazas que el "fundador" de Internet considera urgente atacar.
1. Las noticias falsas
Desde noticias que se utliizan cínicamente para hacer un montón de dinero con avisos que nadie lee, hasta sofisticadas campañas de propaganda política. Las redes sociales "nos muestran contenido en el que piensan que haremos click, lo que implica que la desinformación, las noticias falsas que impactan, soprenden o están pensadas específicamente en nuestro sesgo, se propaguen como la pólvora", die Berners Lee. "Y a través de la utilización de ciencia de datos y ejércitos de robots, los que tengan mala fe pueden engañar al sistema para distribuir información incorrecta para obtener rédito político o financiero".
2. Perder el control de la información personal
Las personas que entregan sus datos personales para registrarse en sitios de manera descontrolada también preocupan a Berners Lee. "Desde el momento que concedemos que nuestra información sea almacenada en 'silos' de propiedad privada, perdemos de vista los beneficios que obtendríamos si tuviéramos el control sobre esto, o pudiéramos elegir con quién compartirla. Más aún: casi nunca tenemos forma de decirle a las compañías qué tipo de información preferiríamos no dar y los términos y condiciones son todo o nada". "La recopilación de información generalizada por parte de las empresas tiene otros impactos. A través de la colaboración -o coacción- con empresas, los gobiernos también observan cada vez más todos nuestros movimientos en línea, y con la aprobación de leyes extremas que atentan contra nuestros derechos a la privacidad. En regímenes represivos, es fácil ver el daño que se puede causar – pueden arrestar a los blogueros o matarlos, y pueden monitorear a opositores políticos".
3. Publicidad política
El padre de la Web sostiene que los métodos modernos de publicidad directamente ponen en riesgo la democracia. Hay indicios de que algunos avisos políticos -en Estados Unidos y en todo el mundo- que se utilizan de manera poco ética para guitar a los votantes hacia sitios de noticias falsas o para dejar afuera a de las encuestas a determinados sectores. La publicidad dirigida permite hacer campaña política de una manera totalmente diferente. "¿Es eso democrático?", se pregunta el autor.
Como se puede inferir, hay un hilo conductor detrás de estos tres puntos: el poder que manejan hoy enormes compañías como Facebook y Google y cómo -de no ser revisado- pueden afectar corrosivamente a nuestra sociedad civil.
¿La solución? Para Berners Lee no es simple, pero devería empezar por alentar a las compañías a explorar micropagos y métodos de suscripción en lugar de convertirse en agencias publicitarias, y así asegurar "más transparencia algorítimca para entender cómo las se toman las decisiones importantes que afectan nuestras vidas, además de -tal vez- establecer un conjunto de principios comunes a respetar".
"Ha hecho falta todo de nosotros para construir la Web que tenemos, y ahora depende de nosotros hacer la Internet que queremos, para todos", cierra la carta.
Con información de
lavoz
