25 DE ABRIL 2024
CONCORDIA
Inseguridad en Concordia: las calles están tomadas
Domingo 08 de
Abril 2018
La problemática se instaló como uno de los grandes problemas a resolver. Pedidos de más policías, reclamos a la Justicia e indefensión vecinal
La inseguridad se instaló como uno de los grandes problemas a resolver en Concordia; quizá es la gota que derrama el vaso de muchas situaciones que violentan a la sociedad constantemente, la gente se vuelve intolerante, reclamando mano dura, firmeza, más policías en las calles y cárceles mas llenas, como un paliativo penoso para la triste enfermedad social. La sensación de inseguridad dejó de serlo en la charla cotidiana, las redes sociales visibilizan las denuncias que ya no se hacen frente a una comisaría, el enojo se fusiona con el miedo y hace que las palabras escritas se transformen en amenazas.
No hace falta ubicarlas hacia la derecha o la izquierda cuando el dolor las trasciende, son vecinos de la ciudad que les toca luchar luchar contra un realidad cruel, se nutren –entre ellos– de acciones y soluciones que poco tienen de efectivas, justicia por mano propia, mano dura y muerte. Leyendo los grupos de vecinos en alerta el temor fluye y grita.
Esta semana, en un sólo barrio de la ciudad, en un radio menor a 10 cuadras, más de 10 personas sufrieron un robo o arrebato. Los pedidos de más policías en las calles se contraponen al enojo en las redes para con el sistema judicial: entran por una puerta y salen por otra, son menores, la policial sabe quiénes son, vivimos presos en nuestras casas, el sistema judicial falla, los delincuentes tienen más derechos que los ciudadanos que pagan impuestos",etc. Aunque también falla la idiosincrasia de quienes deben controlar y cuidar a la ciudadanía, cuando sienten temblar sus escritorios cuando se les consulta sobre inseguridad, y evaden la realidad sugiriendo que las denuncias de robos son "apócrifas" y que tienen como fin que el seguro les reponga un celular nuevo.
La inseguridad se instaló como uno de los grandes problemas a resolver en Concordia; quizá es la gota que derrama el vaso de muchas situaciones que violentan a la sociedad constantemente, la gente se vuelve intolerante, reclamando mano dura, firmeza, más policías en las calles y cárceles mas llenas, como un paliativo penoso para la triste enfermedad social. La sensación de inseguridad dejó de serlo en la charla cotidiana, las redes sociales visibilizan las denuncias que ya no se hacen frente a una comisaría, el enojo se fusiona con el miedo y hace que las palabras escritas se transformen en amenazas.
No hace falta ubicarlas hacia la derecha o la izquierda cuando el dolor las trasciende, son vecinos de la ciudad que les toca Situación. En una radio menor a 10 cuadras, más de 10 personas sufrieron un robo en la semana. La mayoría de los robos existen, son personas con nombre y apellido que sufrieron el arrebato de "motochorros", casi todos menores que eligen a sus presas por las calles, al azar, buscando elementos que puedan tener un valor y venta rápida en el mercado negro. Los celulares son la mejor opción, y adolescentes desprevenidos son atacados, violentados a riesgo de su propia vida, a la salida de las escuelas o esperando el colectivo. Es necesario detallarlo así, claramente, porque es el sentir y vivir de muchos de los habitantes de la ciudad, el enojo y la reacción que se busca por parte de la gente común debe ser tenida en cuenta, como también el advertir que el crimen no se soluciona con campañas ejemplificadoras ni con funcionarios de escritorios.
Lo importante es aclarar que esta catarsis de soluciones en las redes sociales no tiene que tener más que un valor ciudadano, y que tomar cartas en este asunto tan delicado sobre la inseguridad en Concordia es de quienes gobiernan a través de políticas en territorio. En Concordia la gente reclama seguridad y es lo que cualquier ciudadano debe exigir, es su derecho. Como contrapartida, un Estado presente debe evitar el reclamo de conductas ilegales, como el linchamiento, acompañando las acciones policiales con políticas urbanas, de inclusión social, de cultura, educación y un urbanismo igualitario.
No hace falta ubicarlas hacia la derecha o la izquierda cuando el dolor las trasciende, son vecinos de la ciudad que les toca luchar luchar contra un realidad cruel, se nutren –entre ellos– de acciones y soluciones que poco tienen de efectivas, justicia por mano propia, mano dura y muerte. Leyendo los grupos de vecinos en alerta el temor fluye y grita.
Esta semana, en un sólo barrio de la ciudad, en un radio menor a 10 cuadras, más de 10 personas sufrieron un robo o arrebato. Los pedidos de más policías en las calles se contraponen al enojo en las redes para con el sistema judicial: entran por una puerta y salen por otra, son menores, la policial sabe quiénes son, vivimos presos en nuestras casas, el sistema judicial falla, los delincuentes tienen más derechos que los ciudadanos que pagan impuestos",etc. Aunque también falla la idiosincrasia de quienes deben controlar y cuidar a la ciudadanía, cuando sienten temblar sus escritorios cuando se les consulta sobre inseguridad, y evaden la realidad sugiriendo que las denuncias de robos son "apócrifas" y que tienen como fin que el seguro les reponga un celular nuevo.
La inseguridad se instaló como uno de los grandes problemas a resolver en Concordia; quizá es la gota que derrama el vaso de muchas situaciones que violentan a la sociedad constantemente, la gente se vuelve intolerante, reclamando mano dura, firmeza, más policías en las calles y cárceles mas llenas, como un paliativo penoso para la triste enfermedad social. La sensación de inseguridad dejó de serlo en la charla cotidiana, las redes sociales visibilizan las denuncias que ya no se hacen frente a una comisaría, el enojo se fusiona con el miedo y hace que las palabras escritas se transformen en amenazas.
No hace falta ubicarlas hacia la derecha o la izquierda cuando el dolor las trasciende, son vecinos de la ciudad que les toca Situación. En una radio menor a 10 cuadras, más de 10 personas sufrieron un robo en la semana. La mayoría de los robos existen, son personas con nombre y apellido que sufrieron el arrebato de "motochorros", casi todos menores que eligen a sus presas por las calles, al azar, buscando elementos que puedan tener un valor y venta rápida en el mercado negro. Los celulares son la mejor opción, y adolescentes desprevenidos son atacados, violentados a riesgo de su propia vida, a la salida de las escuelas o esperando el colectivo. Es necesario detallarlo así, claramente, porque es el sentir y vivir de muchos de los habitantes de la ciudad, el enojo y la reacción que se busca por parte de la gente común debe ser tenida en cuenta, como también el advertir que el crimen no se soluciona con campañas ejemplificadoras ni con funcionarios de escritorios.
Lo importante es aclarar que esta catarsis de soluciones en las redes sociales no tiene que tener más que un valor ciudadano, y que tomar cartas en este asunto tan delicado sobre la inseguridad en Concordia es de quienes gobiernan a través de políticas en territorio. En Concordia la gente reclama seguridad y es lo que cualquier ciudadano debe exigir, es su derecho. Como contrapartida, un Estado presente debe evitar el reclamo de conductas ilegales, como el linchamiento, acompañando las acciones policiales con políticas urbanas, de inclusión social, de cultura, educación y un urbanismo igualitario.
Con información de
unoentrerios