Dujovne cruzó a Prat Gay: "A los que hablan de atraso cambiario habría que preguntarles si les preocupa la pobreza"
Viernes 12 de
Julio 2019
En medio de las críticas por el "populismo cambiario" que el Gobierno quiere sostener de cara a las elecciones, el ministro Nicolás Dujovne insinuó que su antecesor Alfonso Prat Gay no se preocupa por la pobreza.
En rigor, el duro mensaje del titular de Hacienda se dirigió "a buena parte de la profesión de economistas en la Argentina", pero está claro que apuntó contra el ex banquero central, quien ha venido cuestionándolo en reiteradas oportunidades.
En esta ocasión, Prat Gay advirtió sobre los riesgos del atraso cambiario, que según su opinión, "fue lo que generó la crisis del 2018". "No creo que el Gobierno esté fomentando la baja del dólar. Puede ser que le convenga por las elecciones, pero tiene que haber aprendido que no es bueno que baje tanto o no siga a la inflación", explicó en declaraciones a radio Mitre.
"Un tipo de cambio real como el de agosto del 2018 generaría una tasa de inflación extremadamente más alta de la que estamos atravesando, salarios más bajos y más pobreza. Entonces habría que preguntarles a los que hablan de atraso cambiario si no les preocupa la inflación o la pobreza", lo cruzó Dujovne.
Sin embargo, son numerosos los economistas que cuestionan la política cambiaria oficial que tiene el claro objetivo de recomponer los salarios en dólares y así empujar de manera artificial el consumo para llegar con un mejor clima social a octubre.
El problema es que esta estrategia electoral de dólar fijo choca con la necesidad de mejorar las cuentas externas para poder conseguir los dólares más allá de la cosecha. Al no acompañar la inflación, el tipo de cambio va perdiendo competitividad y en caso de sostenerse durante el resto del año, podría revertir el superávit comercial al impulsar las importaciones y la compra de divisas, y ocasionar un nuevo boom de los turistas argentinos paseando por el mundo.
Desde Hacienda sostienen que se trata "de un proceso de reconstrucción de la confianza que tiene que ver con la recuperación del superávit y una economía que empieza lentamente a recuperarse" que se termina reflejando en un peso más fuerte.
Al mismo tiempo, aseguran que tiene un efecto neutro en el plano fiscal, ya que una moneda más apreciada reduce los subsidios energéticos, mientras que podría disminuir las cantidades exportadas y aumentar los derechos de importación.
En este sentido, la mayor tensión podría darse en el plano de los gastos de seguridad social que están atados a una inflación extremadamente alta como fue la del primer semestre. Así, el fisco recaudaría en línea con una evolución de precios menor, pero deberá pagar un aumento de jubilaciones que sólo en el tercer trimestre llegará al 12,2%.
En esta ocasión, Prat Gay advirtió sobre los riesgos del atraso cambiario, que según su opinión, "fue lo que generó la crisis del 2018". "No creo que el Gobierno esté fomentando la baja del dólar. Puede ser que le convenga por las elecciones, pero tiene que haber aprendido que no es bueno que baje tanto o no siga a la inflación", explicó en declaraciones a radio Mitre.
"Un tipo de cambio real como el de agosto del 2018 generaría una tasa de inflación extremadamente más alta de la que estamos atravesando, salarios más bajos y más pobreza. Entonces habría que preguntarles a los que hablan de atraso cambiario si no les preocupa la inflación o la pobreza", lo cruzó Dujovne.
Sin embargo, son numerosos los economistas que cuestionan la política cambiaria oficial que tiene el claro objetivo de recomponer los salarios en dólares y así empujar de manera artificial el consumo para llegar con un mejor clima social a octubre.
El problema es que esta estrategia electoral de dólar fijo choca con la necesidad de mejorar las cuentas externas para poder conseguir los dólares más allá de la cosecha. Al no acompañar la inflación, el tipo de cambio va perdiendo competitividad y en caso de sostenerse durante el resto del año, podría revertir el superávit comercial al impulsar las importaciones y la compra de divisas, y ocasionar un nuevo boom de los turistas argentinos paseando por el mundo.
Desde Hacienda sostienen que se trata "de un proceso de reconstrucción de la confianza que tiene que ver con la recuperación del superávit y una economía que empieza lentamente a recuperarse" que se termina reflejando en un peso más fuerte.
Al mismo tiempo, aseguran que tiene un efecto neutro en el plano fiscal, ya que una moneda más apreciada reduce los subsidios energéticos, mientras que podría disminuir las cantidades exportadas y aumentar los derechos de importación.
En este sentido, la mayor tensión podría darse en el plano de los gastos de seguridad social que están atados a una inflación extremadamente alta como fue la del primer semestre. Así, el fisco recaudaría en línea con una evolución de precios menor, pero deberá pagar un aumento de jubilaciones que sólo en el tercer trimestre llegará al 12,2%.
Con información de
La Política Online
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