Caso Valdés: los 3 interrogantes que la fiscalía aún intenta responder
Jueves 26 de
Septiembre 2019
En contacto con El Cuarto Poder, el fiscal Matías Edery, a cargo de la causa contra el ex jefe de la PFA local, dio detalles de la investigación.
Además, informó que la suboficial González que acompañaba esa noche a Valdés, entró en el programa nacional de protección de testigos tras recibir intimidaciones desde la esfera policial.
Mariano Valdés, el jefe de la Policía Federal que venía a hacerse cargo de la delegación Santa Fe intervenida por funcionar como un kiosko de drogas, terminó detenido e imputado de los delitos de encubrimiento y entorpecimiento de la investigación, mal desempeño en sus labores de funcionario público y alteración de la escena por el enfrentamiento a tiros sucedido en la autopista el 9 de septiembre pasado.
Luego del presunto tiroteo, Valdés hizo un relato ante los medios y ante la propia Justicia que involucraba una camioneta, hombres encapuchados y un intercambio de disparos con los malvivientes junto a la oficial ayudante que lo acompañaba, Rosana González. Pero según el fiscal del caso, Matías Edery, la situación fue otra a la relatada por el policía.
A través de El Cuarto Poder, el funcionario judicial sostuvo que, en base a la declaración de la suboficial que lo acompañaba, hubo un encuentro entre Valdés y otras personas. "Lo que se sabe hasta el momento es que sí existió un enfrentamiento pero con personas con las que él (Valdés) paró y tuvo una charla previa. Uno no para en la autopista en el medio de la noche con personas que no conoce... evidentemente, las conocía", indicó.
La declaración de la suboficial González dice que "primero conversaron, luego discutieron y luego empezaron los tiros. Esa circunstancia la tenemos acreditada no sólo por el testimonio sino también por las pericias". Esto, desata para la fiscalía tres interrogantes básicos.
En primer lugar, un video muestra cómo Valdés "se pierde" por alrededor de un minuto y medio detrás de una estación de servicio en Ramallo donde no hay nada, y luego desde ese mismo lugar se ve salir una camioneta igual a la que, él relata, se conducían las personas con las que se tirotea. Qué pasó en ese breve lapso de tiempo es una de las dudas a resolver.
En segundo lugar, resta saber además que es lo que había adentro del bolso que estaba en la parte trasera del auto de Valdés y que su segundo, Higinio Bellaggio, termina llevándose de la escena. "Una persona que tiene más de 17 años en investigación sabe que no puede tocar nada en la escena del delito porque es clave para determinar un hecho delictivo. Sin embargo, se llevó un bolso que después se encontró durante un allanamiento de la sede de la delegación santafesina de la PFA. Entendemos que llevarse el bolso se hizo para encubrir lo que pasó", remarcó Edery.
Y el tercer interrogante que aún no tiene respuesta certera es saber quiénes eran las personas con las que el exjefe de la PFA local se encuentra en esa situación que deriva en enfrentamiento armado.
La pericia de trayectoria balística determinó que la discusión y el tiroteo comenzó atras del auto de Valdés y por esto, el primer impacto de bala ingresa por la luneta trasera del vehículo. "Es un tiro muy claro que Valdés nunca pudo explicar en su relato". Luego, el enfrentamiento se desplazó desde atrás hacia el lateral izquierdo del auto porque el comisario entra corriendo al mismo.
"Mi hipotesis es que el tiro se lo pega Valdés intentando desenfundar su arma o en la desesperación por estar siendo perseguido por gente que le tiraba", confirmó Edery.
Testigo protegida
Por otra parte, el fiscal Edery confirmó que la suboficial González que presenció el hecho, atestiguó en la causa y hoy está incorporada al programa nacional de protección de testigos ya que sufrió una serie importante de intimidaciones por parte de miembros de la Policía Federal.
Personal dependiente de Valdés se presentó en su casa con el argumento de llevarla a un control psicológico. Cuatro móviles, una ambulancia, la llamaron reiteradamente, se metieron en su casa sin orden y la requisaron completamente. Fueron varios procedimientos particulares y ella se sintió muy presionada", informó.
Además, la Fiscalía cuenta con escuchas del personal policial donde se denota la necesidad de estos de evitar que González llegue a declarar a Rosario.
"La conducta se está analizando. Entendemos que no constituyó una amenaza, pero sí un exceso de sus funciones que podría derivar en analizar si incumplieron sus deberes de funcionarios públicos o si se excedieron en sus funciones. Todo está sujeto a análisis", concluyó.
Mariano Valdés, el jefe de la Policía Federal que venía a hacerse cargo de la delegación Santa Fe intervenida por funcionar como un kiosko de drogas, terminó detenido e imputado de los delitos de encubrimiento y entorpecimiento de la investigación, mal desempeño en sus labores de funcionario público y alteración de la escena por el enfrentamiento a tiros sucedido en la autopista el 9 de septiembre pasado.
Luego del presunto tiroteo, Valdés hizo un relato ante los medios y ante la propia Justicia que involucraba una camioneta, hombres encapuchados y un intercambio de disparos con los malvivientes junto a la oficial ayudante que lo acompañaba, Rosana González. Pero según el fiscal del caso, Matías Edery, la situación fue otra a la relatada por el policía.
A través de El Cuarto Poder, el funcionario judicial sostuvo que, en base a la declaración de la suboficial que lo acompañaba, hubo un encuentro entre Valdés y otras personas. "Lo que se sabe hasta el momento es que sí existió un enfrentamiento pero con personas con las que él (Valdés) paró y tuvo una charla previa. Uno no para en la autopista en el medio de la noche con personas que no conoce... evidentemente, las conocía", indicó.
La declaración de la suboficial González dice que "primero conversaron, luego discutieron y luego empezaron los tiros. Esa circunstancia la tenemos acreditada no sólo por el testimonio sino también por las pericias". Esto, desata para la fiscalía tres interrogantes básicos.
En primer lugar, un video muestra cómo Valdés "se pierde" por alrededor de un minuto y medio detrás de una estación de servicio en Ramallo donde no hay nada, y luego desde ese mismo lugar se ve salir una camioneta igual a la que, él relata, se conducían las personas con las que se tirotea. Qué pasó en ese breve lapso de tiempo es una de las dudas a resolver.
En segundo lugar, resta saber además que es lo que había adentro del bolso que estaba en la parte trasera del auto de Valdés y que su segundo, Higinio Bellaggio, termina llevándose de la escena. "Una persona que tiene más de 17 años en investigación sabe que no puede tocar nada en la escena del delito porque es clave para determinar un hecho delictivo. Sin embargo, se llevó un bolso que después se encontró durante un allanamiento de la sede de la delegación santafesina de la PFA. Entendemos que llevarse el bolso se hizo para encubrir lo que pasó", remarcó Edery.
Y el tercer interrogante que aún no tiene respuesta certera es saber quiénes eran las personas con las que el exjefe de la PFA local se encuentra en esa situación que deriva en enfrentamiento armado.
La pericia de trayectoria balística determinó que la discusión y el tiroteo comenzó atras del auto de Valdés y por esto, el primer impacto de bala ingresa por la luneta trasera del vehículo. "Es un tiro muy claro que Valdés nunca pudo explicar en su relato". Luego, el enfrentamiento se desplazó desde atrás hacia el lateral izquierdo del auto porque el comisario entra corriendo al mismo.
"Mi hipotesis es que el tiro se lo pega Valdés intentando desenfundar su arma o en la desesperación por estar siendo perseguido por gente que le tiraba", confirmó Edery.
Testigo protegida
Por otra parte, el fiscal Edery confirmó que la suboficial González que presenció el hecho, atestiguó en la causa y hoy está incorporada al programa nacional de protección de testigos ya que sufrió una serie importante de intimidaciones por parte de miembros de la Policía Federal.
Personal dependiente de Valdés se presentó en su casa con el argumento de llevarla a un control psicológico. Cuatro móviles, una ambulancia, la llamaron reiteradamente, se metieron en su casa sin orden y la requisaron completamente. Fueron varios procedimientos particulares y ella se sintió muy presionada", informó.
Además, la Fiscalía cuenta con escuchas del personal policial donde se denota la necesidad de estos de evitar que González llegue a declarar a Rosario.
"La conducta se está analizando. Entendemos que no constituyó una amenaza, pero sí un exceso de sus funciones que podría derivar en analizar si incumplieron sus deberes de funcionarios públicos o si se excedieron en sus funciones. Todo está sujeto a análisis", concluyó.
Con información de
LT10
