SANTA FE
Asaltaron una casa de dos estudiantes y dejaron el gas abierto para matarlos
Miércoles 13 de
Noviembre 2019
Los detuvieron el martes y hoy los imputaron. El atraco sucedió en septiembre en barrio Siete Jefes. Se cree que los ladrones están vinculados a otro robo ocurrido en barrio Guadalupe.
Un chapista y un changarín, ambos oriundos de Santa Fe, quedaron implicados este miércoles en dos violentas entraderas ocurridas el pasado 28 y 29 de septiembre en los barrios Siete Jefes y Guadalupe residencial. Se trata de Hugo Daniel B. (42) y Emilio Aníbal A. (19) quienes fueron imputados por las fiscales Laura Urquiza y Mariela Jiménez de haber tomado por asalto a estudiantes que residían en una propiedad de Juan del Campillo al 800 y a una familia de Talcahuano al 7800.
La acusación fue formalmente presentada ante el juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), Leandro Lazzarini, en una audiencia que tuvo lugar en la sala 1 del subsuelo de tribunales y que se dio ante los abogados defensores de los acusados, Ignacio Alfonso Garrone y Gisela Alemandri del servicio Público Provincial de la Defensa Penal.
Los dos acusados fueron detenidos el martes, luego de una serie de allanamientos que fueron realizados por agentes de la Policía de Investigaciones y que tuvo como resultado además el secuestro de una serie de armas de fuego largas, municiones y parte de las prendas de vestir que fueron robadas en ambos asaltos que investiga el área de Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación. El próximo miércoles, en una nueva audiencia, se definirá el destino procesal de ambos cuando se discuta si quedan detenidos con prisión preventiva.
Robo sorpresivo
El primero de los robos que las fiscales le achacaron a los dos supuestos asaltantes ocurrió el 28 de septiembre a las 23.30 cuando los dos imputados ingresaron a una vivienda de Juan del Campillo al 800 donde residen dos estudiantes de la ciudad de Reconquista.
El asalto se dio cuando los ladrones aprovecharon que una de las víctimas se encontraba en la vereda y lo ingresaron con golpes al interior de la casa. Allí, uno de los asaltantes lo golpeó con su arma en la cabeza y amenazó al otro joven que reside en dicha propiedad. Seguidamente y bajo amenazas les advirtieron: “No hablen, no griten porque le pegamos un tiro”.
Los ladrones llevaron a las víctimas al interior de una habitación donde los ataron con sogas para luego dejarlos encerrados. Con posterioridad se llevaron ropa, celulares y otros elementos de valor de la propiedad. Concluido el robo, los ladrones abrieron las llaves de gas de la cocina con claras intenciones de asesinar a sus víctimas.
Una familia entera
La otra entradera sucedió un día después, cerca de las 20.04, en Talcahuano al 7800 del barrio Guadalupe. Allí, según la pesquisa de la Fiscalía, los dos acusados saltaron una reja de al menos dos metros de altura e ingresaron al domicilio y con violencia redujeron a las víctimas -un matrimonio y su hija- mientras las apuntaban con armas de fuego.
En ese momento, uno de los ladrones golpeó –al igual que hizo en el robo anterior- al padre de familia y obligó a su esposa e hija a que se tiren al suelo y sean tapadas por un mantel. “Danos la plata, sabemos que tenemos mucho”, gritaron y con posterioridad ataron a la familia entera.
El plan criminal continuó por el resto de la vivienda de donde robaron elementos de valor y sumas de dinero en dólares estadounidenses y en pesos. Cerca de las 20.40, huyeron de la propiedad a bordo de un Chevrolet Corsa color turquesa que los aguardaba en inmediaciones de la casa.
Sin embargo, en pleno escape, los ladrones dejaron un teléfono celular arriba de la mesa por lo que volvieron a ingresar –tras romper una puerta de vidrio- a la vivienda y a exigirles que les entreguen el teléfono.
Detenidos
Dos meses después, Hugo Daniel B. (42) y Emilio Anibal A., terminaron siendo detenidos por agentes de la Policía de Investigaciones tras cuatro allanamientos que tuvieron lugar en Damianovich al 6500, Pedro de Mendoza al 6200, Monseñor Rodríguez al 6400, Pedro de Espinosa al 6400 y Alberdi 7800.
Como resultado de los procedimientos, los investigadores secuestraron: un revólver calibre 22 corto con carga completa; un revólver calibre 22 largo con cuatro cartuchos; un revólver calibre 38 largo marca Colt, un cargador de pistola 9 mm; una escopeta de un caño, una carabina calibre 22 largo, con supresor de sonido, un revólver calibre 32 largo, desarmado, un revólver con faltante de piezas, cartuchos de distinto calibre, un chaleco balístico, un automóvil Chevrolet Corsa y otros elementos como teléfonos celulares, tarjetas de memoria y prendas de vestir, relojes de distintas marcas y valores.
La acusación fue formalmente presentada ante el juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), Leandro Lazzarini, en una audiencia que tuvo lugar en la sala 1 del subsuelo de tribunales y que se dio ante los abogados defensores de los acusados, Ignacio Alfonso Garrone y Gisela Alemandri del servicio Público Provincial de la Defensa Penal.
Los dos acusados fueron detenidos el martes, luego de una serie de allanamientos que fueron realizados por agentes de la Policía de Investigaciones y que tuvo como resultado además el secuestro de una serie de armas de fuego largas, municiones y parte de las prendas de vestir que fueron robadas en ambos asaltos que investiga el área de Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación. El próximo miércoles, en una nueva audiencia, se definirá el destino procesal de ambos cuando se discuta si quedan detenidos con prisión preventiva.
Robo sorpresivo
El primero de los robos que las fiscales le achacaron a los dos supuestos asaltantes ocurrió el 28 de septiembre a las 23.30 cuando los dos imputados ingresaron a una vivienda de Juan del Campillo al 800 donde residen dos estudiantes de la ciudad de Reconquista.
El asalto se dio cuando los ladrones aprovecharon que una de las víctimas se encontraba en la vereda y lo ingresaron con golpes al interior de la casa. Allí, uno de los asaltantes lo golpeó con su arma en la cabeza y amenazó al otro joven que reside en dicha propiedad. Seguidamente y bajo amenazas les advirtieron: “No hablen, no griten porque le pegamos un tiro”.
Los ladrones llevaron a las víctimas al interior de una habitación donde los ataron con sogas para luego dejarlos encerrados. Con posterioridad se llevaron ropa, celulares y otros elementos de valor de la propiedad. Concluido el robo, los ladrones abrieron las llaves de gas de la cocina con claras intenciones de asesinar a sus víctimas.
Una familia entera
La otra entradera sucedió un día después, cerca de las 20.04, en Talcahuano al 7800 del barrio Guadalupe. Allí, según la pesquisa de la Fiscalía, los dos acusados saltaron una reja de al menos dos metros de altura e ingresaron al domicilio y con violencia redujeron a las víctimas -un matrimonio y su hija- mientras las apuntaban con armas de fuego.
En ese momento, uno de los ladrones golpeó –al igual que hizo en el robo anterior- al padre de familia y obligó a su esposa e hija a que se tiren al suelo y sean tapadas por un mantel. “Danos la plata, sabemos que tenemos mucho”, gritaron y con posterioridad ataron a la familia entera.
El plan criminal continuó por el resto de la vivienda de donde robaron elementos de valor y sumas de dinero en dólares estadounidenses y en pesos. Cerca de las 20.40, huyeron de la propiedad a bordo de un Chevrolet Corsa color turquesa que los aguardaba en inmediaciones de la casa.
Sin embargo, en pleno escape, los ladrones dejaron un teléfono celular arriba de la mesa por lo que volvieron a ingresar –tras romper una puerta de vidrio- a la vivienda y a exigirles que les entreguen el teléfono.
Detenidos
Dos meses después, Hugo Daniel B. (42) y Emilio Anibal A., terminaron siendo detenidos por agentes de la Policía de Investigaciones tras cuatro allanamientos que tuvieron lugar en Damianovich al 6500, Pedro de Mendoza al 6200, Monseñor Rodríguez al 6400, Pedro de Espinosa al 6400 y Alberdi 7800.
Como resultado de los procedimientos, los investigadores secuestraron: un revólver calibre 22 corto con carga completa; un revólver calibre 22 largo con cuatro cartuchos; un revólver calibre 38 largo marca Colt, un cargador de pistola 9 mm; una escopeta de un caño, una carabina calibre 22 largo, con supresor de sonido, un revólver calibre 32 largo, desarmado, un revólver con faltante de piezas, cartuchos de distinto calibre, un chaleco balístico, un automóvil Chevrolet Corsa y otros elementos como teléfonos celulares, tarjetas de memoria y prendas de vestir, relojes de distintas marcas y valores.
Con información de
Aire de Santa Fe
