En tres meses
41.773 nuevos pobres en el Gran Santa Fe
Viernes 15 de
Noviembre 2019
Los datos se desprenden de la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el Indec. En Gran Santa Fe el 27,6% de los ocupados son pobres.
La pobreza golpeó al 38,2% de los que viven en la ciudad de Santa Fe y alrededores, según los datos del INDEC del primer semestre de 2019. Pero cuando se desagrega esa cifra, surge que en el primer trimestre la pobreza fue del 34,8% y en el segundo trimestre del 42,7%, procesando la base de datos de la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) del INDEC.
En Rosario y Gran Rosario la pobreza en el semestre fue del 35,5%, con un 34,2% en el primer trimestre y 36,6% en el segundo trimestre.
A nivel nacional la pobreza aumentó del 34,1% al 36,4% entre ambos trimestres.
De aquí se desprende que los cálculos del primer semestre, a su interior, muestran una realidad que se fue agravando, pero con especial énfasis en el aglomerado Gran Santa Fe con un salto de 7.9 puntos porcentuales.
El registro del INDEC dice que en el primer semestre en el Gran Santa Fe vivían 528.758 personas, de las cuales 201.811 eran pobres. Si se desagregan por trimestre, la pobreza subió de 184.007 a 225.780: se sumaron 41.773 pobres.
Este incremento de la pobreza se debió, en gran parte, a que más gente ocupada pasó a tener ingresos inferiores a la “línea de pobreza”. En el Gran Santa Fe el 27,6% de los ocupados son pobres.
Hace tiempo que tener trabajo no evita caer en la pobreza. Pero la recesión iniciada en abril del año pasado profundizó la caída de más ocupados por debajo de la línea de pobreza por la fuerte pérdida del salario real frente a la inflación y los valores de las canastas de indigencia y pobreza; en paralelo, se dio un aumento del empleo no registrado entre los asalariados y cuentapropistas.
Ingresos contra canasta básica
La medición del INDEC de pobreza por ingresos o monetaria toma en cuenta los ingresos de las personas y familias y los contrasta contra el valor de la canasta de alimentos básicos y la canasta básica total que en esos 12 meses, a junio pasado, aumentaron entre un 60,9% y 64,2% frente aumentos salarios y de jubilaciones en torno del 35%. A eso se agregó el deterioro de ingresos de los cuentapropistas informales y monotributistas registrados.
En consecuencia, magros salarios, en un contexto recesivo y de pérdida de empleos formales, dio lugar a un incremento de la precarización laboral, a la búsqueda de “changas”, con un aumento del empleo “no registrado” que, en general, se caracteriza por los bajos salarios.
En este segundo semestre el panorama no luce mejor por cuanto continuó el proceso recesivo y de pérdida de empleos, de lo que se deduce que estos niveles de pobreza volverán a reproducirse y hasta acentuarse. Ahora, la apuesta pasa para 2020, pero eso dependerá de la calidad de la política económica y social que implemente el nuevo gobierno.
En Rosario y Gran Rosario la pobreza en el semestre fue del 35,5%, con un 34,2% en el primer trimestre y 36,6% en el segundo trimestre.
A nivel nacional la pobreza aumentó del 34,1% al 36,4% entre ambos trimestres.
De aquí se desprende que los cálculos del primer semestre, a su interior, muestran una realidad que se fue agravando, pero con especial énfasis en el aglomerado Gran Santa Fe con un salto de 7.9 puntos porcentuales.
El registro del INDEC dice que en el primer semestre en el Gran Santa Fe vivían 528.758 personas, de las cuales 201.811 eran pobres. Si se desagregan por trimestre, la pobreza subió de 184.007 a 225.780: se sumaron 41.773 pobres.
Este incremento de la pobreza se debió, en gran parte, a que más gente ocupada pasó a tener ingresos inferiores a la “línea de pobreza”. En el Gran Santa Fe el 27,6% de los ocupados son pobres.
Hace tiempo que tener trabajo no evita caer en la pobreza. Pero la recesión iniciada en abril del año pasado profundizó la caída de más ocupados por debajo de la línea de pobreza por la fuerte pérdida del salario real frente a la inflación y los valores de las canastas de indigencia y pobreza; en paralelo, se dio un aumento del empleo no registrado entre los asalariados y cuentapropistas.
Ingresos contra canasta básica
La medición del INDEC de pobreza por ingresos o monetaria toma en cuenta los ingresos de las personas y familias y los contrasta contra el valor de la canasta de alimentos básicos y la canasta básica total que en esos 12 meses, a junio pasado, aumentaron entre un 60,9% y 64,2% frente aumentos salarios y de jubilaciones en torno del 35%. A eso se agregó el deterioro de ingresos de los cuentapropistas informales y monotributistas registrados.
En consecuencia, magros salarios, en un contexto recesivo y de pérdida de empleos formales, dio lugar a un incremento de la precarización laboral, a la búsqueda de “changas”, con un aumento del empleo “no registrado” que, en general, se caracteriza por los bajos salarios.
En este segundo semestre el panorama no luce mejor por cuanto continuó el proceso recesivo y de pérdida de empleos, de lo que se deduce que estos niveles de pobreza volverán a reproducirse y hasta acentuarse. Ahora, la apuesta pasa para 2020, pero eso dependerá de la calidad de la política económica y social que implemente el nuevo gobierno.