ROSARIO
Detuvieron a la novia de un personal trainer asesinado
Jueves 19 de
Diciembre 2019
La mujer detenida el miércoles a la noche en Rosario mantenía un conflicto con la víctima por la tenencia de una hija.
La detención de Priscila D., la expareja del personal trainer rosarino Marcos Guenchul y madre de su hija -Tiziana, de tres años-, abre una nueva ventana para avanzar en el esclarecimiento del asesinato de este hombre, un crimen que conmovió a los vecinos de la zona oeste de Rosario, donde el muchacho trabajaba en el gimnasio Progress Fitness.
La principal hipótesis del fiscal Adrián Spelta, quien tiene a su cargo la investigación del homicidio, sostiene que el crimen tuvo como motivación la disputa que la mujer mantenían con la víctima por la tenencia de la hija de ambos. El entrenador presentó una demanda judicial para poder ver a la pequeña.
El homicidio se registró el 23 de julio pasado, cuando Guenchul salía del gimnasio donde trabajaba, ubicado en Mendoza al 5300, y se dirigía a tomar el colectivo en San Juan y Sucre. En medio del trayecto, fue interceptado por un hombre que bajó de un auto -un Peugeot 208 blanco- y lo ejecutó de un tiro en el cabeza.
Priscila D. fue apresada anoche en su domicilio, donde quedó bajo custodia policial porque fue madre pocos días atrás. Está sospechada de ser la instigadora del crimen. En la causa ya están imputados y con prisión preventiva Caio S., actual pareja de la mujer, y Maximiliano Rodrigo R, supuesto autor material del crimen.
Estas son las principales sospechas que rodean a Priscila, de acuerdo a datos que figuran en expediente:
Disputa familiar: Guenchul llevaba ocho meses sin ver a su hija Tiziana, de 3 años. Se había separado de Priscila, la mamá de la nena, y según testimonios tenía una relación conflictiva al punto que había acudido a una abogada para gestionar un régimen de visitas.
Perimetral: La novia de la víctima declaró en Fiscalía que Priscila "puso una prohibición de acercamiento y él sufría mucho por no ver a la nena".
Conflicto: El dueño del gimnasio donde Marcos trabajaba al momento de ser asesinado manifestó que "desde hace un año tenía conflictos con la expareja, con discusiones muy fuertes que Marcos tenía grabadas en la computadora".
Los celulares: En base a ese conflicto, el fiscal Adrián Spelta imputó a Caio S., el actual novio de Priscila, como coautor de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, delito con una pena mínima de 10 años y 8 meses. La jueza María Trinidad Chiabrera le dictó la prisión preventiva por el plazo legal de dos años. Consideró que varios indicios justifican la medida: el auto, la activación del celular de Caio en una antena cercana al lugar del hecho y su posterior conducta evasiva.
Borrar pruebas: Tras el crimen, Priscila también cambió de teléfono. La actividad del iPhone que llevaba cuando se presentó a declarar arrancó el 26 de julio. El único movimiento previo que se detectó en ese teléfono corresponde a un chat grupal del Sindicato de Obras Sanitarias de Rosario que dirige su tío, Oscar Barrionuevo.
Pericia clave: La joven declaró que convivía con Caio S. en su casa de Laprida al 3900 y como él está sin empleo solía ir al sindicato para pelear su reincorporación a Aguas Santafesinas, donde trabaja ella. Dijo que el día del hecho él llegó a su casa a las 20.30, lo que no coincide con el registro de las antenas.
La carta al tío: En esa casa se halló una carta de la madre de Priscila que, según la joven, iba dirigida a su tío Oscar. En esa carta la madre de Priscila contaba que su hija estaba “muy triste” por los conflictos con Guenchul y por lo tanto “haría cualquier cosa para hacerlo desaparecer del mapa”. Al respecto, Priscila sostuvo: “Estábamos tratando de que Caio volviera a trabajar a la empresa porque yo era el único ingreso de la casa y estoy embarazada”.
Testigo encubierto: El fiscal también citó la declaración de un testigo de identidad reservada que luego del crimen se cruzó con dos jóvenes que le dieron el pésame, le contaron que Marcos se había metido con “alguien muy pesado” y le dieron a entender que era la actual pareja de la ex del entrenador.
La principal hipótesis del fiscal Adrián Spelta, quien tiene a su cargo la investigación del homicidio, sostiene que el crimen tuvo como motivación la disputa que la mujer mantenían con la víctima por la tenencia de la hija de ambos. El entrenador presentó una demanda judicial para poder ver a la pequeña.
El homicidio se registró el 23 de julio pasado, cuando Guenchul salía del gimnasio donde trabajaba, ubicado en Mendoza al 5300, y se dirigía a tomar el colectivo en San Juan y Sucre. En medio del trayecto, fue interceptado por un hombre que bajó de un auto -un Peugeot 208 blanco- y lo ejecutó de un tiro en el cabeza.
Priscila D. fue apresada anoche en su domicilio, donde quedó bajo custodia policial porque fue madre pocos días atrás. Está sospechada de ser la instigadora del crimen. En la causa ya están imputados y con prisión preventiva Caio S., actual pareja de la mujer, y Maximiliano Rodrigo R, supuesto autor material del crimen.
Estas son las principales sospechas que rodean a Priscila, de acuerdo a datos que figuran en expediente:
Disputa familiar: Guenchul llevaba ocho meses sin ver a su hija Tiziana, de 3 años. Se había separado de Priscila, la mamá de la nena, y según testimonios tenía una relación conflictiva al punto que había acudido a una abogada para gestionar un régimen de visitas.
Perimetral: La novia de la víctima declaró en Fiscalía que Priscila "puso una prohibición de acercamiento y él sufría mucho por no ver a la nena".
Conflicto: El dueño del gimnasio donde Marcos trabajaba al momento de ser asesinado manifestó que "desde hace un año tenía conflictos con la expareja, con discusiones muy fuertes que Marcos tenía grabadas en la computadora".
Los celulares: En base a ese conflicto, el fiscal Adrián Spelta imputó a Caio S., el actual novio de Priscila, como coautor de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, delito con una pena mínima de 10 años y 8 meses. La jueza María Trinidad Chiabrera le dictó la prisión preventiva por el plazo legal de dos años. Consideró que varios indicios justifican la medida: el auto, la activación del celular de Caio en una antena cercana al lugar del hecho y su posterior conducta evasiva.
Borrar pruebas: Tras el crimen, Priscila también cambió de teléfono. La actividad del iPhone que llevaba cuando se presentó a declarar arrancó el 26 de julio. El único movimiento previo que se detectó en ese teléfono corresponde a un chat grupal del Sindicato de Obras Sanitarias de Rosario que dirige su tío, Oscar Barrionuevo.
Pericia clave: La joven declaró que convivía con Caio S. en su casa de Laprida al 3900 y como él está sin empleo solía ir al sindicato para pelear su reincorporación a Aguas Santafesinas, donde trabaja ella. Dijo que el día del hecho él llegó a su casa a las 20.30, lo que no coincide con el registro de las antenas.
La carta al tío: En esa casa se halló una carta de la madre de Priscila que, según la joven, iba dirigida a su tío Oscar. En esa carta la madre de Priscila contaba que su hija estaba “muy triste” por los conflictos con Guenchul y por lo tanto “haría cualquier cosa para hacerlo desaparecer del mapa”. Al respecto, Priscila sostuvo: “Estábamos tratando de que Caio volviera a trabajar a la empresa porque yo era el único ingreso de la casa y estoy embarazada”.
Testigo encubierto: El fiscal también citó la declaración de un testigo de identidad reservada que luego del crimen se cruzó con dos jóvenes que le dieron el pésame, le contaron que Marcos se había metido con “alguien muy pesado” y le dieron a entender que era la actual pareja de la ex del entrenador.
Con información de
UNO
