El Vaticano aisló a Benedicto XVI por el riesgo del coronavirus
Miércoles 04 de
Marzo 2020
La Gendarmería hace todo lo posible para asegurar la contención de toda entrada en territorio vaticano de personas infectadas, aunque no sea sintomática, informó la prensa local.
Desde hace algunos días, la Santa Sede, en particular la Gendarmería Vaticana dirigida por el Comandante Gianluca Gauzzi Broccoletti, ha estado prestando estricta atención al control del pequeño territorio de la Ciudad del Vaticano y obviamente esta es una de las muchas medidas de precaución tomadas después del aumento de las infecciones de coronavirus en varias áreas de Italia.
La Gendarmería, siguiendo las instrucciones del Sustituto de la Secretaría de Estado, Monseñor Peña Parra, hace todo lo posible para asegurar -en la medida de lo posible en una situación tan líquida y esquiva como la que vive Italia en el caso de esta epidemia- la contención de toda entrada en territorio vaticano de personas infectadas, aunque no sea sintomática.
En este contexto, las cinco puertas habituales del Vaticano funcionan con reglas de control y selección más estrictas que en el pasado. En el interior de la ciudad, algunas zonas son vigiladas con más cuidado y atención como, por ejemplo, la Porta del Perugino, la Domus Santa Marta y el Monasterio Mater Ecclesiae donde reside el obispo emérito de Roma, Benedicto XVI, una persona frágil y enferma, muy anciana (el 16 de abril cumplirá 93 años). En este caso las medidas son estrictas.
En este sentido, un control preciso del territorio ayuda mucho al éxito de la estrategia preventiva que, entre otras cosas, incluye la prohibición de entrar en el Vaticano a algunos empleados ya identificados como de riesgo.
Varios expertos creen que estas medidas son apropiadas y adecuadas, pero en su opinión y análisis hay algunas dudas de que sólo el paso de los días puede ser aclarado: la entrada diaria de un número bastante alto de personas, peregrinos y turistas, a los Museos Vaticanos y a la Basílica de San Pedro. Entre otras cosas, cabe señalar que la mayoría de estos visitantes son personas que han viajado durante muchos días y llegan a Italia desde diferentes países asiáticos, europeos y africanos. En términos concretos, son una gran masa de personas que escapan fácilmente a los controles.
Por el momento se está estudiando la cuestión, pero no se han tomado decisiones concretas, salvo algunos consejos prácticos, como la distancia mínima entre una persona y otra.
La Gendarmería, siguiendo las instrucciones del Sustituto de la Secretaría de Estado, Monseñor Peña Parra, hace todo lo posible para asegurar -en la medida de lo posible en una situación tan líquida y esquiva como la que vive Italia en el caso de esta epidemia- la contención de toda entrada en territorio vaticano de personas infectadas, aunque no sea sintomática.
En este contexto, las cinco puertas habituales del Vaticano funcionan con reglas de control y selección más estrictas que en el pasado. En el interior de la ciudad, algunas zonas son vigiladas con más cuidado y atención como, por ejemplo, la Porta del Perugino, la Domus Santa Marta y el Monasterio Mater Ecclesiae donde reside el obispo emérito de Roma, Benedicto XVI, una persona frágil y enferma, muy anciana (el 16 de abril cumplirá 93 años). En este caso las medidas son estrictas.
En este sentido, un control preciso del territorio ayuda mucho al éxito de la estrategia preventiva que, entre otras cosas, incluye la prohibición de entrar en el Vaticano a algunos empleados ya identificados como de riesgo.
Varios expertos creen que estas medidas son apropiadas y adecuadas, pero en su opinión y análisis hay algunas dudas de que sólo el paso de los días puede ser aclarado: la entrada diaria de un número bastante alto de personas, peregrinos y turistas, a los Museos Vaticanos y a la Basílica de San Pedro. Entre otras cosas, cabe señalar que la mayoría de estos visitantes son personas que han viajado durante muchos días y llegan a Italia desde diferentes países asiáticos, europeos y africanos. En términos concretos, son una gran masa de personas que escapan fácilmente a los controles.
Por el momento se está estudiando la cuestión, pero no se han tomado decisiones concretas, salvo algunos consejos prácticos, como la distancia mínima entre una persona y otra.
Con información de
Aire de Santa Fe