La inflación récord llevó a la desigualdad a niveles del 2010
Martes 07 de
Abril 2020
Durante el 2019 la desigualdad llegó al punto más alto de la gestión Cambiemos. Por la inflación récord y la caída del salario real, junto con un empeoramiento de la calidad del empleo, la distribución de los ingresos potenció su deterioro y eso llevó al Coeficiente de Gini a trepar hasta el pico de 0,439. Desde el 2010 no se observaba semejante nivel para un cuarto trimestre.
Además, la brecha entre el decil más rico y el más pobre volvió a agrandarse: ahora los de más ingresos ganan 21 veces más.
La dinámica de las devaluaciones es clave para analizar la línea histórica del índice Gini, que mide la distribución del ingreso y cuyo dato fue publicado este lunes por el Indec. De hecho, desde el 2003, justo después de la megadevaluación que ocurrió a la salida de la convertibilidad, el Gini venía bajando en forma continua desde su pico anterior de 0,525, hasta que en 2012 marcó el piso de 0,411 y en 2013 subió a 0,413.
La explicación es la dinámica inflacionaria. Durante Cambiemos, a las devaluaciones se les sumaron los tarifazos. El investigador Hernán Herrera analizó: "Un aumento de precios que no es seguido por un aumento del empleo o del salario hace que se pierda el acceso a bienes y servicios para los de menores en ingresos. En este caso tiene que ver con las políticas de Cambiemos, que generaron mucha volatilidad del dólar, lo que genero inflación. Y además hubo tarifazos que obviamente también generaron suba de precios. Y además hubo una apertura indiscriminada que causó pérdida de empleo y aumento de la pobreza".
Y agregó: "Ahí la política de endeudamiento fue la estrella porque estuvo acompañada de apertura financiera, lo que incentivó a la especulación y generó una volatilidad muy grande e inflación. Todavía hoy pagamos el arrastre del salto del dólar desde $10 a $60, una fortísima transferencia de recursos desde sectores populares a sectores concentrados. Como contraparte de la especulación hubo una industria que en 2019 cayó a niveles de 2007, lo que generó un efecto gigante en el salario y el empleo".
Al observar los ingresos per cápita familiar se observó que el decil más pobre tuvo un promedio de $2.531, mientras que el de mayores ingresos fue de $52.774. De esa forma, tal como publicó el Indec, el decil más alto llegó a ganar 21 veces más que el bajo, lo que implicó un deterioro respecto al cuarto trimestre del 2018, cuando la brecha ya era de 20 veces. La cosa viene empeorando: en el 2017 la brecha era de 17 veces.
Además, en el cuarto trimestre del 2019 la mitad de la población ganó menos de $20.000. La dinámica muestra algunas realidades que demuestran lo complejo de la situación económica: con sólo ganar $38.000 una persona logró ubicarse en el estrato social alto.
La crisis sanitaria, y un PBI que caerá con fuerza, implicarán que incluso manteniendo la distribución actual, el ingreso empeore en forma generalizada.
La dinámica de las devaluaciones es clave para analizar la línea histórica del índice Gini, que mide la distribución del ingreso y cuyo dato fue publicado este lunes por el Indec. De hecho, desde el 2003, justo después de la megadevaluación que ocurrió a la salida de la convertibilidad, el Gini venía bajando en forma continua desde su pico anterior de 0,525, hasta que en 2012 marcó el piso de 0,411 y en 2013 subió a 0,413.
La explicación es la dinámica inflacionaria. Durante Cambiemos, a las devaluaciones se les sumaron los tarifazos. El investigador Hernán Herrera analizó: "Un aumento de precios que no es seguido por un aumento del empleo o del salario hace que se pierda el acceso a bienes y servicios para los de menores en ingresos. En este caso tiene que ver con las políticas de Cambiemos, que generaron mucha volatilidad del dólar, lo que genero inflación. Y además hubo tarifazos que obviamente también generaron suba de precios. Y además hubo una apertura indiscriminada que causó pérdida de empleo y aumento de la pobreza".
Y agregó: "Ahí la política de endeudamiento fue la estrella porque estuvo acompañada de apertura financiera, lo que incentivó a la especulación y generó una volatilidad muy grande e inflación. Todavía hoy pagamos el arrastre del salto del dólar desde $10 a $60, una fortísima transferencia de recursos desde sectores populares a sectores concentrados. Como contraparte de la especulación hubo una industria que en 2019 cayó a niveles de 2007, lo que generó un efecto gigante en el salario y el empleo".
Al observar los ingresos per cápita familiar se observó que el decil más pobre tuvo un promedio de $2.531, mientras que el de mayores ingresos fue de $52.774. De esa forma, tal como publicó el Indec, el decil más alto llegó a ganar 21 veces más que el bajo, lo que implicó un deterioro respecto al cuarto trimestre del 2018, cuando la brecha ya era de 20 veces. La cosa viene empeorando: en el 2017 la brecha era de 17 veces.
Además, en el cuarto trimestre del 2019 la mitad de la población ganó menos de $20.000. La dinámica muestra algunas realidades que demuestran lo complejo de la situación económica: con sólo ganar $38.000 una persona logró ubicarse en el estrato social alto.
La crisis sanitaria, y un PBI que caerá con fuerza, implicarán que incluso manteniendo la distribución actual, el ingreso empeore en forma generalizada.
Con información de
Bae Negocios