Gobierno busca ahora 50% de adhesión y nuevo aval del FMI
Por:
Estefanía Pozzo
Martes 07 de
Julio 2020
El ministro Guzmán se mostró confiado en que logrará el aval de más de la mitad de los acreedores en una etapa temprana. Fuentes de Economía confirmaron anoche gestiones para que el FMI avale.
Luego de dar a conocer la cuarta y “definitiva” propuesta a los bonistas extranjeros, el ministro de Economía, Martín Guzmán, volverá a apostar al apoyo de un aliado fundamental en todo el proceso de negociación: el Fondo Monetario Internacional. Como parte de esa estrategia, en declaraciones realizadas a la prensa a última hora de ayer, el funcionario buscó mensurar el primer objetivo que buscará con la enmienda de la oferta, esto es, un 50% de adhesión. Guzmán señaló que “nuestro interés es llegar a un acuerdo con todos los acreedores, porque lo que acá tiene la Argentina es un problema real de deuda insostenible”. Consultado por el “umbral” que ha definido Economía con respecto al canje, sostuvo que “si menos de la mitad de los acreedores no acepta la oferta, entonces la oferta queda caduca; para que podamos avanzar tiene que entrar por lo menos la mitad, esa es la participación mínima que buscamos”.
Según le dijeron fuentes al tanto de las negociaciones a Ámbito, el propio FMI repetirá el aval que ya le brindó al Gobierno de Alberto Fernández, aunque relativizan que pueda haber un comunicado formal de respaldo a la propuesta.
“El FMI ya conoce la propuesta. No es demasiado diferente a lo que ellos marcaron como límite en junio. Esta propuesta contempla el adelantamiento de la fecha de pago y no pone en riesgo la capacidad de la Argentina”, analizaron fuentes oficiales en diálogo con Ámbito y remarcaron que el organismo internacional de crédito comparte con el Gobierno la visión sobre la dinámica de endeudamiento, sobre todo por los niveles de tasas de interés sostenibles a futuro. “Esta es la última oferta. El país no tiene la capacidad de expandir su propuesta sin poner en riesgo la credibilidad de pago. Lo que se viene de ahora en adelante no es una negociación sino la aceptación o rechazo de la oferta. La etapa de las negociaciones ya pasó”, remarcaron.
Desde que comenzó la negociación, la estrategia oficial contempló acercar posiciones con el FMI para ganar fuerza en el tire y afloje con los bonistas extranjeros. La primera reunión de Guzmán con la recién llegada directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, se dio cuatro días antes de asumir como ministro. La cercanía de Guzmán con referentes académicos e institucionales de gran envergadura a nivel internacional garantizó el encuentro en Estados Unidos. A partir de allí, el entendimiento del funcionario con la directora del organismo financiero nunca se alteró.
El primer encuentro formal entre Guzmán y Georgieva se concretó el 5 de febrero en Roma y semanas después, el 19, llegó el primer aval fuerte del organismo, cuando el FMI difundió un análisis de la deuda argentina a la que calificó como “no sostenible”. Días antes del documento del Fondo, el Senado de la Nación había aprobado la “Ley de Restauración de Sostenibilidad de la Deuda Pública emitida bajo Ley Extranjera”. Parecía difícil, pero el Gobierno argentino y el Fondo Monetario hicieron un diagnóstico idéntico de los vencimientos que debía enfrentar el país. La nota técnica con los números se conoció en marzo. Esta coincidencia incomodó a los acreedores externos, interpretaron fuentes oficiales en diálogo con Ámbito. A comienzo de junio llegó el segundo apoyo explícito al país. En ese momento, en plena disputa por las diferencias económicas que persistían entre ambas partes, el Fondo Monetario trazó un límite y dijo que existía “solo un margen limitado para incrementar pagos a los acreedores privados y al mismo tiempo cumplir con los umbrales de deuda y servicio de la deuda estimados por el personal técnico del FMI”. El mercado interpretó a ese límite como un Valor Presente Neto de u$s50, que le permitió a la administración nacional volver a ganar fuerza y así ceder menos terreno frente a las demandas de los acreedores más duros como BlackRock.
Como es habitual en el FMI, las opiniones del organismo sobre los asuntos de los países se conocen a través de comunicados o informes. Fuentes del Fondo consultadas por Ámbito declinaron hacer comentarios sobre una eventual comunicación de aval a la nueva propuesta de la Argentina.
Según le dijeron fuentes al tanto de las negociaciones a Ámbito, el propio FMI repetirá el aval que ya le brindó al Gobierno de Alberto Fernández, aunque relativizan que pueda haber un comunicado formal de respaldo a la propuesta.
“El FMI ya conoce la propuesta. No es demasiado diferente a lo que ellos marcaron como límite en junio. Esta propuesta contempla el adelantamiento de la fecha de pago y no pone en riesgo la capacidad de la Argentina”, analizaron fuentes oficiales en diálogo con Ámbito y remarcaron que el organismo internacional de crédito comparte con el Gobierno la visión sobre la dinámica de endeudamiento, sobre todo por los niveles de tasas de interés sostenibles a futuro. “Esta es la última oferta. El país no tiene la capacidad de expandir su propuesta sin poner en riesgo la credibilidad de pago. Lo que se viene de ahora en adelante no es una negociación sino la aceptación o rechazo de la oferta. La etapa de las negociaciones ya pasó”, remarcaron.
Desde que comenzó la negociación, la estrategia oficial contempló acercar posiciones con el FMI para ganar fuerza en el tire y afloje con los bonistas extranjeros. La primera reunión de Guzmán con la recién llegada directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, se dio cuatro días antes de asumir como ministro. La cercanía de Guzmán con referentes académicos e institucionales de gran envergadura a nivel internacional garantizó el encuentro en Estados Unidos. A partir de allí, el entendimiento del funcionario con la directora del organismo financiero nunca se alteró.
El primer encuentro formal entre Guzmán y Georgieva se concretó el 5 de febrero en Roma y semanas después, el 19, llegó el primer aval fuerte del organismo, cuando el FMI difundió un análisis de la deuda argentina a la que calificó como “no sostenible”. Días antes del documento del Fondo, el Senado de la Nación había aprobado la “Ley de Restauración de Sostenibilidad de la Deuda Pública emitida bajo Ley Extranjera”. Parecía difícil, pero el Gobierno argentino y el Fondo Monetario hicieron un diagnóstico idéntico de los vencimientos que debía enfrentar el país. La nota técnica con los números se conoció en marzo. Esta coincidencia incomodó a los acreedores externos, interpretaron fuentes oficiales en diálogo con Ámbito. A comienzo de junio llegó el segundo apoyo explícito al país. En ese momento, en plena disputa por las diferencias económicas que persistían entre ambas partes, el Fondo Monetario trazó un límite y dijo que existía “solo un margen limitado para incrementar pagos a los acreedores privados y al mismo tiempo cumplir con los umbrales de deuda y servicio de la deuda estimados por el personal técnico del FMI”. El mercado interpretó a ese límite como un Valor Presente Neto de u$s50, que le permitió a la administración nacional volver a ganar fuerza y así ceder menos terreno frente a las demandas de los acreedores más duros como BlackRock.
Como es habitual en el FMI, las opiniones del organismo sobre los asuntos de los países se conocen a través de comunicados o informes. Fuentes del Fondo consultadas por Ámbito declinaron hacer comentarios sobre una eventual comunicación de aval a la nueva propuesta de la Argentina.
Con información de
Ámbito