Jubilaciones: el FMI cuestionó en el pasado la fórmula de movilidad que quiere volver a aplicar el Gobierno
Por:
Martín Kanenguiser
Miércoles 11 de
Noviembre 2020
En un informe de 2016, el staff del organismo multilateral criticó el aumento del gasto en la seguridad social registrado desde 2005 y los problemas generados por el sistema aplicado desde 2008.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) cuestionó en el pasado la fórmula de ajuste a las jubilaciones que se aplicó durante la gestión de Cristina Kirchner y que ahora el Gobierno volvió a promover para su sanción en el Congreso Nacional.
En un informe preparado por el staff en 2016, se advirtió que el régimen en cuestión acelera el gasto público en lugar de desacelerarlo para darle sustentabilidad. El informe sobre la situación argentina fue preparado por Jorge Iván Canales-Kriljenko, Paolo Dudine, Luis Jácome, Lusine Lusinyan, Mariano Ortiz Villafañe, Alex Pienkowski, José Luis Saboin, y Diva Singh. Allí se indica que la fórmula aplicada desde 2008 promovía “el gasto procíclico en la seguridad social”.
Cabe destacar que el Gobierno indicó el lunes que enviaría al Congreso una nueva fórmula de ajuste de las jubilaciones, luego de haber suspendido la que estaba vigente desde 2017.
“La recaudación tributaria durante un auge económico conduce a un mayor aumento de los beneficios. Al revés, la lentitud de los ingresos fiscales durante una contracción económica conduce a un aumento más lento de los beneficios”, explicaron los economistas liderados por Nigel Chalk, subdirector en ese entonces del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo multilateral.
“Los beneficios dependen de la cobertura de la pensión. Todo lo demás, un aumento (o disminución) en la cobertura conduce a un menor (o mayor) aumento en los beneficios”, indicaron.
En aquel momento advirtieron que si ese problema no se solucionaba, “esto podría deshacer el ahorro de cualquier reforma que afecte directa o indirectamente la cobertura” previsional.
“La fórmula hace que los beneficios crezcan por encima de la inflación. Desde 2009, los beneficios crecieron, en promedio, 2,7 puntos porcentuales por año por encima de la inflación y más de 6 puntos porcentuales por encima de la inflación en 3 años”, explicaron.
Esto ocurre porque “en el largo plazo, todos los ingredientes de la fórmula tienden a crecer a una tasa igual a la inflación más la diferencia entre el crecimiento de la productividad laboral y el crecimiento del stock de jubilados”.
“Se puede esperar que los salarios (especialmente los de los trabajadores estables) aumenten por la suma de la inflación y la productividad laboral”, indicaron. “En la medida en que la productividad laboral crezca por encima de la tasa de crecimiento de la población mayor de la edad de jubilación (1,3% a largo plazo), los beneficios (haberes) crecerían por encima de inflación”, expresaron.
Aumento del gasto público
Al describir el estado de situación del sistema de la seguridad social, explicaron que desde 2005, el gasto “ha estado planteando un aumento de la presión sobre las cuentas fiscales. En particular, el gasto en pensiones se duplicó en relación al PBI, durante 2005-15”.
“No solo alcanzó uno de los niveles más altos de la región (7,4% del PBI), sino también se convirtió en el gasto individual más grande en el presupuesto federal (alrededor del 35% del total federal del gasto público en 2015)”.
“El exceso del gasto en seguridad social por encima de las contribuciones alcanzó el 2,8% del PBI en 2015, lo que pesó fuertemente sobre las finanzas públicas”, afirmaron.
Ante esta situación, advirtieron que “el déficit del sistema de pensiones aumentaría a más del 5% del PBI en 2066, y el fondo público de pensiones no es lo suficientemente grande para financiar este déficit. Corregir este desequilibrio requerirá de reformas dentro del sistema, pero también cambios institucionales para separar claramente la seguridad social de la asistencia social, tanto en términos presupuestarios como administrativos”.
El informe menciona las reformas implementadas desde 1993 (entre ellas la que estatizó a las AFJP) y los problemas que atravesó el sistema debido al alto nivel de informalidad de la economía y las sucesivas crisis del país.
En un informe preparado por el staff en 2016, se advirtió que el régimen en cuestión acelera el gasto público en lugar de desacelerarlo para darle sustentabilidad. El informe sobre la situación argentina fue preparado por Jorge Iván Canales-Kriljenko, Paolo Dudine, Luis Jácome, Lusine Lusinyan, Mariano Ortiz Villafañe, Alex Pienkowski, José Luis Saboin, y Diva Singh. Allí se indica que la fórmula aplicada desde 2008 promovía “el gasto procíclico en la seguridad social”.
Cabe destacar que el Gobierno indicó el lunes que enviaría al Congreso una nueva fórmula de ajuste de las jubilaciones, luego de haber suspendido la que estaba vigente desde 2017.
“La recaudación tributaria durante un auge económico conduce a un mayor aumento de los beneficios. Al revés, la lentitud de los ingresos fiscales durante una contracción económica conduce a un aumento más lento de los beneficios”, explicaron los economistas liderados por Nigel Chalk, subdirector en ese entonces del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo multilateral.
“Los beneficios dependen de la cobertura de la pensión. Todo lo demás, un aumento (o disminución) en la cobertura conduce a un menor (o mayor) aumento en los beneficios”, indicaron.
En aquel momento advirtieron que si ese problema no se solucionaba, “esto podría deshacer el ahorro de cualquier reforma que afecte directa o indirectamente la cobertura” previsional.
“La fórmula hace que los beneficios crezcan por encima de la inflación. Desde 2009, los beneficios crecieron, en promedio, 2,7 puntos porcentuales por año por encima de la inflación y más de 6 puntos porcentuales por encima de la inflación en 3 años”, explicaron.
Esto ocurre porque “en el largo plazo, todos los ingredientes de la fórmula tienden a crecer a una tasa igual a la inflación más la diferencia entre el crecimiento de la productividad laboral y el crecimiento del stock de jubilados”.
“Se puede esperar que los salarios (especialmente los de los trabajadores estables) aumenten por la suma de la inflación y la productividad laboral”, indicaron. “En la medida en que la productividad laboral crezca por encima de la tasa de crecimiento de la población mayor de la edad de jubilación (1,3% a largo plazo), los beneficios (haberes) crecerían por encima de inflación”, expresaron.
Aumento del gasto público
Al describir el estado de situación del sistema de la seguridad social, explicaron que desde 2005, el gasto “ha estado planteando un aumento de la presión sobre las cuentas fiscales. En particular, el gasto en pensiones se duplicó en relación al PBI, durante 2005-15”.
“No solo alcanzó uno de los niveles más altos de la región (7,4% del PBI), sino también se convirtió en el gasto individual más grande en el presupuesto federal (alrededor del 35% del total federal del gasto público en 2015)”.
“El exceso del gasto en seguridad social por encima de las contribuciones alcanzó el 2,8% del PBI en 2015, lo que pesó fuertemente sobre las finanzas públicas”, afirmaron.
Ante esta situación, advirtieron que “el déficit del sistema de pensiones aumentaría a más del 5% del PBI en 2066, y el fondo público de pensiones no es lo suficientemente grande para financiar este déficit. Corregir este desequilibrio requerirá de reformas dentro del sistema, pero también cambios institucionales para separar claramente la seguridad social de la asistencia social, tanto en términos presupuestarios como administrativos”.
El informe menciona las reformas implementadas desde 1993 (entre ellas la que estatizó a las AFJP) y los problemas que atravesó el sistema debido al alto nivel de informalidad de la economía y las sucesivas crisis del país.
Con información de
Infobae
