Uno de los médicos que asesoró a Alberto Fernández aseguró que “las escuelas deberían estar abiertas desde hace semanas”
Viernes 20 de
Noviembre 2020
El infectólogo Eduardo López habló de la importancia del regreso de las clases presenciales. Afirma que el impacto epidemiológico “es bajísimo desde el punto de vista de transmisión del virus”. Preocupa la salud emocional de los chicos y la caída en su rendimiento
“¿Es coherente que el Ministerio de Educación mantenga las escuelas cerradas para hacer frente al coronavirus mientras se habilitan otros espacios como los casinos? ¿Qué es más esencial?”, se pregunta Ana, mamá de tres chicos en etapa escolar.
Es más que legítima la gran preocupación de Ana como la de tantas otras familias por los chicos y adolescentes que casi no tuvieron clases este año y que aún no tienen garantizado el inicio escolar en marzo de 2021, ante la indefinición de Nicolás Trotta, máxima autoridad del área educativa a nivel nacional.
El doctor Eduardo López, quien participó del equipo de infectólogos que estuvo asesorando al gobierno nacional en materia sanitaria por la pandemia de coronavirus, reiteró este viernes la necesidad de reabrir las escuelas y aseguró que el impacto de que los chicos vuelvan a las aulas de manera presencial “es bajísimo desde el punto de vista de transmisión del virus”.
“Hace varias semanas venimos sosteniendo que las escuelas deberían estar abiertas, manejando los protocolos, enseñando a los docentes cómo se debe aplicar en cada situación”, aseguró esta mañana en declaraciones a Radio Mitre.
El experto se refirió así a la importancia de retomar la presencialidad en las aulas y agregó que “los chicos tienen más chance de contagiarse de los adultos que ellos contagiar a los adultos o incluso de contagiarse entre los niños mismos”.
“Cuando uno dice: tengo miedo de que los docentes se contagien, la verdad eso no tiene mucho sentido. Si uno fuera un padre de familia muy ecléctico se preguntaría: ¿no me contagiarán al chico, no?”, agregó el médico.
En las últimas semanas se han multiplicado a lo largo de todo el país los reclamos de los padres que piden el regreso a las aulas ante la angustia que viven sus hijos. Cambios de humor, alteración en el ritmo del sueño con algunas de las características que predominan, además de la caída en el rendimiento de los niños.
“Se ha demostrado que el cierre de las escuelas precoz es útil al inicio de la cuarentena, pero cuando uno empieza a reabrir, el impacto de abrir las escuelas es bajísimo desde el punto de vista de transmisión del virus”, afirmó López.
En una encuesta que respondieron adultos de todo el país, se les pidió ordenar los motivos de más a menos importantes a la hora de pensar en la vuelta de los chicos a la escuela. Por amplio margen, la salud emocional resultó la más seleccionada, después de tanto tiempo de encierro y temor al contagio. La segunda va en la misma dirección: que los chicos puedan relacionarse con sus compañeros.
La opción de “recuperar los aprendizajes perdidos” recién aparece en tercer lugar. Le sigue que los alumnos puedan restablecer el vínculo presencial con sus docentes y, en la última ubicación, que los padres tengan tiempo para trabajar.
Los datos surgen de una consulta que recaba las voces de las familias que participaron del Encuentro Nacional de Familias por la Educación, realizado a principio de noviembre, con casi 4000 inscriptos. Participaron padres de las 24 jurisdicciones del país, con hijos en todos los niveles escolares, tanto de escuelas públicas como privadas.
La encuesta coincide con la advertencia de UNICEF sobre una posible “generación perdida” de niños, a medida que la enfermedad de COVID-19 amenaza con causar daños “irreversibles” a la educación, la nutrición y el bienestar de los jóvenes de todo el mundo.
La semana pasada, defendió la necesidad de mantener abiertas las escuelas durante la pandemia de coronavirus, y consideró que pueden evitarse los confinamientos si se aumentan las medidas de protección.
Es más que legítima la gran preocupación de Ana como la de tantas otras familias por los chicos y adolescentes que casi no tuvieron clases este año y que aún no tienen garantizado el inicio escolar en marzo de 2021, ante la indefinición de Nicolás Trotta, máxima autoridad del área educativa a nivel nacional.
El doctor Eduardo López, quien participó del equipo de infectólogos que estuvo asesorando al gobierno nacional en materia sanitaria por la pandemia de coronavirus, reiteró este viernes la necesidad de reabrir las escuelas y aseguró que el impacto de que los chicos vuelvan a las aulas de manera presencial “es bajísimo desde el punto de vista de transmisión del virus”.
“Hace varias semanas venimos sosteniendo que las escuelas deberían estar abiertas, manejando los protocolos, enseñando a los docentes cómo se debe aplicar en cada situación”, aseguró esta mañana en declaraciones a Radio Mitre.
El experto se refirió así a la importancia de retomar la presencialidad en las aulas y agregó que “los chicos tienen más chance de contagiarse de los adultos que ellos contagiar a los adultos o incluso de contagiarse entre los niños mismos”.
“Cuando uno dice: tengo miedo de que los docentes se contagien, la verdad eso no tiene mucho sentido. Si uno fuera un padre de familia muy ecléctico se preguntaría: ¿no me contagiarán al chico, no?”, agregó el médico.
En las últimas semanas se han multiplicado a lo largo de todo el país los reclamos de los padres que piden el regreso a las aulas ante la angustia que viven sus hijos. Cambios de humor, alteración en el ritmo del sueño con algunas de las características que predominan, además de la caída en el rendimiento de los niños.
“Se ha demostrado que el cierre de las escuelas precoz es útil al inicio de la cuarentena, pero cuando uno empieza a reabrir, el impacto de abrir las escuelas es bajísimo desde el punto de vista de transmisión del virus”, afirmó López.
En una encuesta que respondieron adultos de todo el país, se les pidió ordenar los motivos de más a menos importantes a la hora de pensar en la vuelta de los chicos a la escuela. Por amplio margen, la salud emocional resultó la más seleccionada, después de tanto tiempo de encierro y temor al contagio. La segunda va en la misma dirección: que los chicos puedan relacionarse con sus compañeros.
La opción de “recuperar los aprendizajes perdidos” recién aparece en tercer lugar. Le sigue que los alumnos puedan restablecer el vínculo presencial con sus docentes y, en la última ubicación, que los padres tengan tiempo para trabajar.
Los datos surgen de una consulta que recaba las voces de las familias que participaron del Encuentro Nacional de Familias por la Educación, realizado a principio de noviembre, con casi 4000 inscriptos. Participaron padres de las 24 jurisdicciones del país, con hijos en todos los niveles escolares, tanto de escuelas públicas como privadas.
La encuesta coincide con la advertencia de UNICEF sobre una posible “generación perdida” de niños, a medida que la enfermedad de COVID-19 amenaza con causar daños “irreversibles” a la educación, la nutrición y el bienestar de los jóvenes de todo el mundo.
La semana pasada, defendió la necesidad de mantener abiertas las escuelas durante la pandemia de coronavirus, y consideró que pueden evitarse los confinamientos si se aumentan las medidas de protección.
Con información de
Infobae
