Bloomberg: la prohibición de despidos es contraproducente en Argentina
Viernes 11 de
Diciembre 2020
Al inicio de las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) en la Argentina a principio de año, el gobierno nacional estableció también por decreto la prohibición de despedir empleados sin causa justa y por fuerza mayor.
El decreto 329/2020 fue en principio hasta mayo, y luego se extendió hasta fines de julio y nuevamente hasta el 30 de noviembre, para acompañar el período en el que las medidas para combatir la pandemia de COVID-19 impactaban en la economía local. Finalmente se prorrogó hasta 2021.
La agencia de noticias norteamericana Bloomberg reporta que esta medida podría estar generando más problemas que soluciones.
"La tercera mayor economía de América Latina tiene una tasa de inflación cercana a 40%, su banco central está peligrosamente corto de dólares y se habla de forma casi constante de una devaluación de la moneda. El Gobierno está tratando de reestructurar los US$44.000 millones que debe al Fondo Monetario Internacional tras el colapso de un programa de préstamos el año pasado", se lee en el artículo publicado acerca de la prohibición de despidos en la Argentina.
Bloomberg reconoce que para las economías emergentes no es tan sencillo encontrar financiamiento en el mercado para proteger los empleos como a las más adineradas.
Destaca que el gobierno de Alberto Fernández está desplegando amplios programas de estímulo como lo hacen sus pares de otras naciones pero lo ha hecho a base de emisión monetaria: 1,76 billones de pesos (US$21.500 millones).
"El Gobierno está retirando a empresas y trabajadores informales de dos programas de alivio de cheques de pago a medida que las reservas dólares se agotan, una razón por la que depende de los incentivos correctos para proteger los empleos", apunta la agencia internacional de noticias.
"Desde marzo, Argentina ha prohibido a las empresas despedir trabajadores, una prohibición que ningún otro país importante ha mantenido durante tanto tiempo, y recientemente extendió la medida hasta 2021. También exige que las empresas paguen el doble de la indemnización ordinaria si un trabajador es despedido 'sin una causa justa', según un decreto del Gobierno", reclaman. Esto podría ser uno de los temas que deban conversarse en las negociaciones con el FMI.
Pero al no poder despedir a los trabajadores, las compañías han recurrido a las suspensiones, que durante la prohibición de despidos se dispararon hasta 10 veces desde los niveles previos a la pandemia, lo que pospuso efectivamente futuros recortes de empleos.
"Vas a tener mucha destrucción de empleo formal el año que viene", dijo a Bloomberg Eduardo Levy Yeyati, execonomista jefe del Banco Central de Argentina y miembro de Brookings Institution. El Gobierno "van a tener que dejarte reducir dotación porque, si no muchas empresas van a quebrar".
El desempleo en Argentina, como en la mayoría de los países, se ha disparado este año. Pero la tasa oficial de 13% no incluye a 2,5 millones de trabajadores, una quinta parte de la fuerza laboral registrada, que han abandonado el mercado laboral formal por completo.
Si esas personas también se contaran, la tasa de desempleo sería superior a 28%, según un nuevo informe de la Universidad Católica de Argentina. También hay un gran sector informal, como en muchos países de América Latina, y el empleo también está colapsando: cayó 35% en el segundo trimestre de este año, según datos del Gobierno.
"Siempre en estas medidas del encarecimiento o las restricciones a despidos, siempre el argumento es, ¿en qué medida pueden ayudarte hoy, pero pueden generar incentivos negativos para la contratación mañana?", dice la economista laboral argentina Roxana Maurizio, consultora de la Organización Internacional del Trabajo de la ONU.
"De alguna manera, el debate es parte de uno más amplio que ha estado sucediendo durante décadas en Argentina. Los críticos acusan a los Gobiernos populistas de izquierda, como la coalición de Fernández, de implementar políticas, desde controles de precios hasta protecciones comerciales y reglas laborales que otorgan amplios poderes a los sindicatos, que aplacan su base de votantes a expensas de la economía en general", indica la agencia norteamericana.
Claudio Moroni, ministro del Trabajo de Fernández, reconoce que la actual crisis de desempleo del país puede ser la peor de su historia, pero dice que la prohibición no es la culpable: "Atribuirle los problemas de la economía argentina al diseño del mercado trabajo, es un exceso, es una desmesura", dijo Moroni en una entrevista. "Hemos minimizado los efectos de la pandemia", añadió.
Hubo un atisbo de esperanza en los datos de septiembre publicados por el Ministerio la semana pasada, que mostraban que el sector privado agregó 6.500 empleos, el primer aumento mensual en dos años. Aun así, el empleo privado en 2020 sigue registrando una baja de más de 200.000 plazas, y hay otras razones para pensar que el problema podría empeorar, considera Bloomberg.
El número de empresas se había reducido en medio de una recesión de tres años, y Argentina ahora tiene alrededor de 42.000 empleadores menos en el sector privado que a fines de 2017, según datos del Gobierno.
La tasa de argentinos que ingresan a la fuerza laboral está en su nivel más bajo registrado, de acuerdo a Maurizio, la economista de la OIT. El Foro Económico Mundial ubica a Argentina en el puesto 136 entre 141 países en términos de flexibilidad laboral.
La agencia de noticias norteamericana Bloomberg reporta que esta medida podría estar generando más problemas que soluciones.
"La tercera mayor economía de América Latina tiene una tasa de inflación cercana a 40%, su banco central está peligrosamente corto de dólares y se habla de forma casi constante de una devaluación de la moneda. El Gobierno está tratando de reestructurar los US$44.000 millones que debe al Fondo Monetario Internacional tras el colapso de un programa de préstamos el año pasado", se lee en el artículo publicado acerca de la prohibición de despidos en la Argentina.
Bloomberg reconoce que para las economías emergentes no es tan sencillo encontrar financiamiento en el mercado para proteger los empleos como a las más adineradas.
Destaca que el gobierno de Alberto Fernández está desplegando amplios programas de estímulo como lo hacen sus pares de otras naciones pero lo ha hecho a base de emisión monetaria: 1,76 billones de pesos (US$21.500 millones).
"El Gobierno está retirando a empresas y trabajadores informales de dos programas de alivio de cheques de pago a medida que las reservas dólares se agotan, una razón por la que depende de los incentivos correctos para proteger los empleos", apunta la agencia internacional de noticias.
"Desde marzo, Argentina ha prohibido a las empresas despedir trabajadores, una prohibición que ningún otro país importante ha mantenido durante tanto tiempo, y recientemente extendió la medida hasta 2021. También exige que las empresas paguen el doble de la indemnización ordinaria si un trabajador es despedido 'sin una causa justa', según un decreto del Gobierno", reclaman. Esto podría ser uno de los temas que deban conversarse en las negociaciones con el FMI.
Pero al no poder despedir a los trabajadores, las compañías han recurrido a las suspensiones, que durante la prohibición de despidos se dispararon hasta 10 veces desde los niveles previos a la pandemia, lo que pospuso efectivamente futuros recortes de empleos.
"Vas a tener mucha destrucción de empleo formal el año que viene", dijo a Bloomberg Eduardo Levy Yeyati, execonomista jefe del Banco Central de Argentina y miembro de Brookings Institution. El Gobierno "van a tener que dejarte reducir dotación porque, si no muchas empresas van a quebrar".
El desempleo en Argentina, como en la mayoría de los países, se ha disparado este año. Pero la tasa oficial de 13% no incluye a 2,5 millones de trabajadores, una quinta parte de la fuerza laboral registrada, que han abandonado el mercado laboral formal por completo.
Si esas personas también se contaran, la tasa de desempleo sería superior a 28%, según un nuevo informe de la Universidad Católica de Argentina. También hay un gran sector informal, como en muchos países de América Latina, y el empleo también está colapsando: cayó 35% en el segundo trimestre de este año, según datos del Gobierno.
"Siempre en estas medidas del encarecimiento o las restricciones a despidos, siempre el argumento es, ¿en qué medida pueden ayudarte hoy, pero pueden generar incentivos negativos para la contratación mañana?", dice la economista laboral argentina Roxana Maurizio, consultora de la Organización Internacional del Trabajo de la ONU.
"De alguna manera, el debate es parte de uno más amplio que ha estado sucediendo durante décadas en Argentina. Los críticos acusan a los Gobiernos populistas de izquierda, como la coalición de Fernández, de implementar políticas, desde controles de precios hasta protecciones comerciales y reglas laborales que otorgan amplios poderes a los sindicatos, que aplacan su base de votantes a expensas de la economía en general", indica la agencia norteamericana.
Claudio Moroni, ministro del Trabajo de Fernández, reconoce que la actual crisis de desempleo del país puede ser la peor de su historia, pero dice que la prohibición no es la culpable: "Atribuirle los problemas de la economía argentina al diseño del mercado trabajo, es un exceso, es una desmesura", dijo Moroni en una entrevista. "Hemos minimizado los efectos de la pandemia", añadió.
Hubo un atisbo de esperanza en los datos de septiembre publicados por el Ministerio la semana pasada, que mostraban que el sector privado agregó 6.500 empleos, el primer aumento mensual en dos años. Aun así, el empleo privado en 2020 sigue registrando una baja de más de 200.000 plazas, y hay otras razones para pensar que el problema podría empeorar, considera Bloomberg.
El número de empresas se había reducido en medio de una recesión de tres años, y Argentina ahora tiene alrededor de 42.000 empleadores menos en el sector privado que a fines de 2017, según datos del Gobierno.
La tasa de argentinos que ingresan a la fuerza laboral está en su nivel más bajo registrado, de acuerdo a Maurizio, la economista de la OIT. El Foro Económico Mundial ubica a Argentina en el puesto 136 entre 141 países en términos de flexibilidad laboral.
Con información de
Iprofesional