Israel y Palestina: Cuáles son los motivos del conflicto
Miércoles 19 de
Mayo 2021
La última escalada de enfrentamientos entre Israel y Palestina, concentrada desde hace más de una semana en la Franja de Gaza, es consecuencia inmediata del anuncio del gobierno de Benjamín Netanyahu de desalojar a ciento de familias de un barrio en Jerusalén Este, pero en el plano histórico representa un capítulo más de un conflicto que lleva décadas.
A principios de mayo, el gobierno informó de los planes de desahuciar a las familia palestinas que viven en Sheikh Jarrah para entregar esas viviendas a colonos judíos, desencadenando manifestaciones diarias que llegaron a una jornada de particular violencia el domingo 9, cuando las fuerzas de seguridad israelíes reprimieron en la Explanada de la Mezquita, tercer lugar santo para el islam.
Los efectivos, incluso, llegaron a arrojar gases lacrimógenos dentro de la mezquita Al-Aqsa, rompiendo el acuerdo que no ingresar a ese lugar, una medida clave para mantener la frágil estabilidad de la ciudad.
En ese momento, el conflicto centrado en Jerusalén y Cisjordania –territorio bajo ocupación israelí desde 1967- sumó la participación de Hamás, que controla la Franja de Gaza y que comenzó a lanzar cohetes hacia territorio israelí en respuesta a lo que consideró una provocación.
Cabe destacar que los palestinos reclaman Jerusalén Este como capital de su futuro estado, mientras que Israel considera indivisible a Jerusalén como capital de su estado. De allí que cualquier avance sobre la propiedad de la tierra en ese sector sea un detonante para revivir las hostilidades.
Con el lanzamiento de cohetes desde Gaza y la respuesta de una ofensiva aérea israelí, el foco de atención se centra ahora en esos enfrentamientos que ya han causado 219 palestinos muertos y 1.530 heridos, mientras que del lado israelí fallecieron 12 personas.
Esta escalada es la primera de magnitud desde la guerra en Gaza de 2014, donde 50 días de hostilidades se saldaron con más de 2.200 muertos palestinos.
El origen del conflicto
El conflicto entre palestinos e israelíes se remonta a 1948, con la fundación del estado de Israel en Palestina, tierras bajo mandato británico, las cuales debían dividirse entre israelíes –que habían dejado Europa- y palestinos de acuerdo a una decisión de la ONU.
El 15 de mayo de ese año, un día después de la fundación, Egipto, Siria, Jordania e Irak invadieron ese territorio. Dando inicio a la primera guerra árabe-israelí, resignificada después por los judíos como guerra de la independencia.
Al finalizar ese conflicto, las tierras que debían usarse para un estado árabe se habían reducido a la mitad y 750.000 palestinos debieron dejar el lugar, un hito bautizado por ellos como la Nakba (la catástrofe).
Diecinueve años después, tendría la guerra que acabaría de configurar la expansión del estado de Israel y sellaría el histórico reclamo palestino de recuperar la soberanía en su territorio.
En junio de 1967, Israel en apenas seis días capturó la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto (en negociaciones de paz devolvió a El Cairo la península); Cisjordania incluida Jerusalén Este a Jordania; y los Altos del Golán a Siria. Entonces, otros 500.000 palestinos debieron huir de esa región.
La ocupación israelí de Cisjordania se mantuvo hasta la firma en 1993 de los acuerdos de Oslo, bajo patrocinio de Estados Unidos. Por el acuerdo, la Organización de Liberación de Palestina (OLP) de Yaser Arafat –agrupación hoy representada por el presidente Mahmud Abás- abandonó a violencia y reconoció el derecho a existir de Israel, dando paso a la creación de la Autoridad Nacional Palestina.
Hamás, formado en Gaza, no aceptó esas propuestas y mantuvo las hostilidades. Israel, en tanto, ocupó ese enclave hasta 2005, sobre el cual actualmente ejerce un bloqueo marítimo en el Mediterráneo y controla la mayoría de los pasos fronterizos terrestres.
Por qué el conflicto se replicó en las ciudades mixtas en Israel
La nueva escalada tuvo un factor extra: los violentos enfrentamientos entre jóvenes árabes-israelíes y judíos extremistas en ciudades mixtas, con foco en la ciudad de Lod.
En el marco de las manifestaciones de árabes israelíes (descendientes de árabes que permanecieron en el territorio después de 1948) en apoyo a las protestas en Jerusalén Este, un joven árabe fue asesinado en esa ciudad, donde ese grupo representa a la tercera parte de la población local.
Por el crimen, los manifestantes culparon a un judío, mientras que la explicación oficial fue que los vecinos de un barrio judío dispararon al aire ante un inminente intento de agresión por parte de la muchedumbre.
La muerte encendió la furia árabe y las protestas dieron paso a escenas de violencia entre árabes israelíes, las fuerzas de seguridad y grupos de extremistas judíos, con coches, comercios y sinagogas incendiadas.
En el fondo, lo que estalló fue el hartazgo de una minoría que si bien es reconocida como ciudadana de Israel y, en lo formal, tiene los mismos derechos que cualquier otro ciudadano, lleva décadas denunciando una discriminación tácita en lo económico y social.
A ello se suma que los jóvenes árabes israelíes, a diferencia de sus abuelos o padres que tuvieron expectativa en una solución pacífica del conflicto, son hijos o nietos del fracaso de las negociaciones de paz y testigos de un endurecimiento de la postura de Israel, bajo 12 años de gobierno de Benjamín Netanyahu, en lo que refiere la creación de un Estado palestino soberano.
Los efectivos, incluso, llegaron a arrojar gases lacrimógenos dentro de la mezquita Al-Aqsa, rompiendo el acuerdo que no ingresar a ese lugar, una medida clave para mantener la frágil estabilidad de la ciudad.
En ese momento, el conflicto centrado en Jerusalén y Cisjordania –territorio bajo ocupación israelí desde 1967- sumó la participación de Hamás, que controla la Franja de Gaza y que comenzó a lanzar cohetes hacia territorio israelí en respuesta a lo que consideró una provocación.
Cabe destacar que los palestinos reclaman Jerusalén Este como capital de su futuro estado, mientras que Israel considera indivisible a Jerusalén como capital de su estado. De allí que cualquier avance sobre la propiedad de la tierra en ese sector sea un detonante para revivir las hostilidades.
Con el lanzamiento de cohetes desde Gaza y la respuesta de una ofensiva aérea israelí, el foco de atención se centra ahora en esos enfrentamientos que ya han causado 219 palestinos muertos y 1.530 heridos, mientras que del lado israelí fallecieron 12 personas.
Esta escalada es la primera de magnitud desde la guerra en Gaza de 2014, donde 50 días de hostilidades se saldaron con más de 2.200 muertos palestinos.
El origen del conflicto
El conflicto entre palestinos e israelíes se remonta a 1948, con la fundación del estado de Israel en Palestina, tierras bajo mandato británico, las cuales debían dividirse entre israelíes –que habían dejado Europa- y palestinos de acuerdo a una decisión de la ONU.
El 15 de mayo de ese año, un día después de la fundación, Egipto, Siria, Jordania e Irak invadieron ese territorio. Dando inicio a la primera guerra árabe-israelí, resignificada después por los judíos como guerra de la independencia.
Al finalizar ese conflicto, las tierras que debían usarse para un estado árabe se habían reducido a la mitad y 750.000 palestinos debieron dejar el lugar, un hito bautizado por ellos como la Nakba (la catástrofe).
Diecinueve años después, tendría la guerra que acabaría de configurar la expansión del estado de Israel y sellaría el histórico reclamo palestino de recuperar la soberanía en su territorio.
En junio de 1967, Israel en apenas seis días capturó la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto (en negociaciones de paz devolvió a El Cairo la península); Cisjordania incluida Jerusalén Este a Jordania; y los Altos del Golán a Siria. Entonces, otros 500.000 palestinos debieron huir de esa región.
La ocupación israelí de Cisjordania se mantuvo hasta la firma en 1993 de los acuerdos de Oslo, bajo patrocinio de Estados Unidos. Por el acuerdo, la Organización de Liberación de Palestina (OLP) de Yaser Arafat –agrupación hoy representada por el presidente Mahmud Abás- abandonó a violencia y reconoció el derecho a existir de Israel, dando paso a la creación de la Autoridad Nacional Palestina.
Hamás, formado en Gaza, no aceptó esas propuestas y mantuvo las hostilidades. Israel, en tanto, ocupó ese enclave hasta 2005, sobre el cual actualmente ejerce un bloqueo marítimo en el Mediterráneo y controla la mayoría de los pasos fronterizos terrestres.
Por qué el conflicto se replicó en las ciudades mixtas en Israel
La nueva escalada tuvo un factor extra: los violentos enfrentamientos entre jóvenes árabes-israelíes y judíos extremistas en ciudades mixtas, con foco en la ciudad de Lod.
En el marco de las manifestaciones de árabes israelíes (descendientes de árabes que permanecieron en el territorio después de 1948) en apoyo a las protestas en Jerusalén Este, un joven árabe fue asesinado en esa ciudad, donde ese grupo representa a la tercera parte de la población local.
Por el crimen, los manifestantes culparon a un judío, mientras que la explicación oficial fue que los vecinos de un barrio judío dispararon al aire ante un inminente intento de agresión por parte de la muchedumbre.
La muerte encendió la furia árabe y las protestas dieron paso a escenas de violencia entre árabes israelíes, las fuerzas de seguridad y grupos de extremistas judíos, con coches, comercios y sinagogas incendiadas.
En el fondo, lo que estalló fue el hartazgo de una minoría que si bien es reconocida como ciudadana de Israel y, en lo formal, tiene los mismos derechos que cualquier otro ciudadano, lleva décadas denunciando una discriminación tácita en lo económico y social.
A ello se suma que los jóvenes árabes israelíes, a diferencia de sus abuelos o padres que tuvieron expectativa en una solución pacífica del conflicto, son hijos o nietos del fracaso de las negociaciones de paz y testigos de un endurecimiento de la postura de Israel, bajo 12 años de gobierno de Benjamín Netanyahu, en lo que refiere la creación de un Estado palestino soberano.
Con información de
Ámbito
