25 DE ABRIL 2024
Un brote originado entre presos antivacunas en una cárcel de Gran Canaria causa 76 contagios
Miércoles 04 de
Agosto 2021
Las prisiones españolas registran varios focos de coronavirus, el más numeroso en Picassent, en Valencia, con 155 casos. El 95% de los internos está vacunado con la pauta completa
Varias cárceles españolas han registrado diversos brotes de coronavirus en los últimos días. El del centro penitenciario de Las Palmas II, ubicado en Juan Grande, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), ha provocado el contagio de 76 reclusos y se ha originado entre el 10% de internos que no ha querido vacunarse. “El 100% de los funcionarios están vacunados, el 90% de los internos también, los que no lo están ha sido porque se han negado a recibir la vacuna, y ahí ha empezado el brote a través de las personas que no se han vacunado”, ha manifestado el delegado de Gobierno, Anselmo Pastrana. El brote ha obligado a poner en cuarentena las instalaciones, según confirmaron fuentes de la Delegación del Gobierno. Pestana, en todo caso, ha asegurado que no” hay por qué alarmarse, ya que ha afirmado que se encuentra bajo la coordinación de expertos en materia de sanidad que exponen las “pautas que hay que seguir en estos procesos”.
En la actualidad, el brote vivo más numeroso es el localizado en la prisión valenciana de Picassent con 155 contagios, seguido del foco de Las Palmas II, el de Logroño (14), Aranjuez (20) y el de alavesa de Zaballa (16). La semana pasada, el principal brote afloró en la cárcel alicantina de Fontcalent, con 125 casos. Fuentes de Instituciones Penitenciarias aseguran que la inmensa mayoría de los positivos son asintomáticos o presentan síntomas leves o muy leves.
En Picassent, la pasada semana se contabilizaban unos 80 internos afectados por coronavirus, pero, una vez realizadas todas las pruebas PCR a los más de 120 presos del módulo 8 de la Unidad de Cumplimiento, se han confirmado otros 69 casos positivos y nueve no concluyentes, según ha señalado el sindicato Acaip-UGT. Además del segundo brote detectado la semana pasada en el módulo 9, el sindicato ha apuntado que han aparecido otros cuatro casos. Así, en estos momentos, el número total de internos positivos confirmados alcanza los 155. Además, ha advertido de que hay más de 500 internos en cuarentena por diversas circunstancias.
Esta semana también se ha conocido que un trabajador que presta servicio en ese módulo 8, en el que se ha producido uno de los brotes, tras encontrarse mal y presentar síntomas compatibles con la covid-19, ha resultado ser positivo, pese a tener la pauta de vacunación completa desde hace más de un mes. Según Acaip-UGT, esta “enorme” cantidad de nuevos positivos “contribuye a incrementar la presión y a dificultar la adecuada clasificación interior en el centro”.
En País Vasco un brote la pasada semana en la cárcel alavesa de Zaballa registró 16 contagiados, todos ellos vacunados y asintomáticos. No hay positivos detectados ni en la prisión vizcaína de Basauri ni en la guipuzcoana de Martutene, aunque los datos se actualizarán mañana al mediodía.
95% de los presos vacunados
El 95% de los presos ha sido vacunado con la pauta completa (sobre todo, con la monodosis de Janssen), y solo un 3% de la población reclusa (47.373 en toda España, a los que habría que sumar los 7.884 de Cataluña, que tiene transferida las competencias, según datos de 2020) ha rechazado expresamente ser inmunizada. Desde el estallido de la pandemia el pasado año, han fallecido cinco funcionarios y 10 presos. En la actual ola no se ha registrado ningún muerto.
Instituciones Penitenciarias no cuenta con un registro unitario del porcentaje de funcionarios de prisiones que ha recibido la vacunación al tratarse de una competencia de las comunidades autónomas. Algunos gobiernos autonómicos proporcionan los datos globales y otras no. La vacunación no es obligatoria en España. Hay funcionarios que han sido inmunizados en los propios centros penitenciarios, con personal propio o desplazado de los departamentos sanitarios correspondientes, y otros que han recibido las dosis en los centros de salud o puntos de vacunación convencionales.
En aquellas prisiones enclavadas en provincias con una incidencia superior a 500 casos por 100.00 habitantes, se exige a los trabajadores externos y voluntarios el certificado de vacunación. También se toman medias como la restricción de las visitas o la supresión de permisos y salidas programadas, siempre con el visto bueno del juez de vigilancia penitenciaria correspondiente. Hasta el pasado jueves, 56 de los 71 centros penitenciarios dependientes del Ministerio del Interior estaban sometidas a algún tipo de restricciones en las visitas de familiares a los reclusos. Dos de ellas, las de Melilla y Fontcalent (Alicante) estaban totalmente aisladas.
A propósito de la situación del coronavirus en las cárceles, Alberto Infante, profesor emérito de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III: “Instituciones cerradas, con residentes dentro y trabajadores que entran y salen, además de visitas, es el escenario perfecto que ya conocemos para que los contagios proliferen”. “Si son antivacunas, habría que recomendar que, al menos, se pongan la mascarilla. Pero entiendo que manejar a presos que no quieren hacer cosas es muy difícil y no sé cómo los vas a convencer de que usen la mascarilla”, añade, informa Jessica Mouzo.
En la actualidad, el brote vivo más numeroso es el localizado en la prisión valenciana de Picassent con 155 contagios, seguido del foco de Las Palmas II, el de Logroño (14), Aranjuez (20) y el de alavesa de Zaballa (16). La semana pasada, el principal brote afloró en la cárcel alicantina de Fontcalent, con 125 casos. Fuentes de Instituciones Penitenciarias aseguran que la inmensa mayoría de los positivos son asintomáticos o presentan síntomas leves o muy leves.
En Picassent, la pasada semana se contabilizaban unos 80 internos afectados por coronavirus, pero, una vez realizadas todas las pruebas PCR a los más de 120 presos del módulo 8 de la Unidad de Cumplimiento, se han confirmado otros 69 casos positivos y nueve no concluyentes, según ha señalado el sindicato Acaip-UGT. Además del segundo brote detectado la semana pasada en el módulo 9, el sindicato ha apuntado que han aparecido otros cuatro casos. Así, en estos momentos, el número total de internos positivos confirmados alcanza los 155. Además, ha advertido de que hay más de 500 internos en cuarentena por diversas circunstancias.
Esta semana también se ha conocido que un trabajador que presta servicio en ese módulo 8, en el que se ha producido uno de los brotes, tras encontrarse mal y presentar síntomas compatibles con la covid-19, ha resultado ser positivo, pese a tener la pauta de vacunación completa desde hace más de un mes. Según Acaip-UGT, esta “enorme” cantidad de nuevos positivos “contribuye a incrementar la presión y a dificultar la adecuada clasificación interior en el centro”.
En País Vasco un brote la pasada semana en la cárcel alavesa de Zaballa registró 16 contagiados, todos ellos vacunados y asintomáticos. No hay positivos detectados ni en la prisión vizcaína de Basauri ni en la guipuzcoana de Martutene, aunque los datos se actualizarán mañana al mediodía.
95% de los presos vacunados
El 95% de los presos ha sido vacunado con la pauta completa (sobre todo, con la monodosis de Janssen), y solo un 3% de la población reclusa (47.373 en toda España, a los que habría que sumar los 7.884 de Cataluña, que tiene transferida las competencias, según datos de 2020) ha rechazado expresamente ser inmunizada. Desde el estallido de la pandemia el pasado año, han fallecido cinco funcionarios y 10 presos. En la actual ola no se ha registrado ningún muerto.
Instituciones Penitenciarias no cuenta con un registro unitario del porcentaje de funcionarios de prisiones que ha recibido la vacunación al tratarse de una competencia de las comunidades autónomas. Algunos gobiernos autonómicos proporcionan los datos globales y otras no. La vacunación no es obligatoria en España. Hay funcionarios que han sido inmunizados en los propios centros penitenciarios, con personal propio o desplazado de los departamentos sanitarios correspondientes, y otros que han recibido las dosis en los centros de salud o puntos de vacunación convencionales.
En aquellas prisiones enclavadas en provincias con una incidencia superior a 500 casos por 100.00 habitantes, se exige a los trabajadores externos y voluntarios el certificado de vacunación. También se toman medias como la restricción de las visitas o la supresión de permisos y salidas programadas, siempre con el visto bueno del juez de vigilancia penitenciaria correspondiente. Hasta el pasado jueves, 56 de los 71 centros penitenciarios dependientes del Ministerio del Interior estaban sometidas a algún tipo de restricciones en las visitas de familiares a los reclusos. Dos de ellas, las de Melilla y Fontcalent (Alicante) estaban totalmente aisladas.
A propósito de la situación del coronavirus en las cárceles, Alberto Infante, profesor emérito de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III: “Instituciones cerradas, con residentes dentro y trabajadores que entran y salen, además de visitas, es el escenario perfecto que ya conocemos para que los contagios proliferen”. “Si son antivacunas, habría que recomendar que, al menos, se pongan la mascarilla. Pero entiendo que manejar a presos que no quieren hacer cosas es muy difícil y no sé cómo los vas a convencer de que usen la mascarilla”, añade, informa Jessica Mouzo.
Con información de
El País
