Alemania y Holanda suspenden las deportaciones a Afganistán
Jueves 12 de
Agosto 2021
Grecia alerta que la UE no está en condiciones de repetir una crisis como la del 2015
Alemania dio ayer un giro a su política migratoria al anunciar de forma unilateral que había decidido suspender las deportaciones de inmigrantes afganos como consecuencia del conflicto entre talibanes y el ejército en Afganistán. El ministerio del Interior tomó esta decisión hasta nueva orden “por la evolución de la seguridad” en el país, indicó en Twitter. Posteriormente anunció que la paralización de las deportaciones se prolongaría hasta finales del mes de octubre y que respondía con ello a una petición del gobierno de Kabul.
Horas antes, Holanda había anunciado que paralizaba las deportaciones por un periodo de seis meses a la vista de cómo se estaba deteriorando la situación sobre el terreno. En una carta dirigida al Parlamento, la titular de Justicia, Ankie Broekers-Knol señalaba que había resuelto actualizar la política de asilo a la vista de los acontecimientos.
En ambos países, esta política había sido muy contestada por partidos de la oposición como por organizaciones de defensa de los derechos humanos.
La decisión de los dos países contradice una carta remitida hace unos días por Berlín y Amsterdam (junto a Bélgica, Dinamarca, Grecia y Austria) en la que reclamaban a la Comisión Europea el derecho a seguir deportando afganos que habían visto rechazada su demanda de asilo en los tribunales. Esta política había sido muy contestada por partidos de la oposición alemana y holandesa como por organizaciones de atención a los inmigrantes.
Representantes de las Naciones Unidas sobre el terreno han señalado que la negativa de los talibanes a negociar un proceso de paz y la velocidad con la que se desarrollan los acontecimientos, auguran una catástrofe humanitaria de las dimensiones de Siria. Los afganos constituyeron en 2020 un 10% de los demandantes de asilo en la Unión Europea (algo más de 44.000 sobre un total de 416.600 demandantes), según datos de la agencia estadística de la UE, Eurostat.
Ayer, el resto de firmantes de esta carta guardaron silencio sobre la decisión de Alemania y Holanda. Sin embargo, un portavoz del gobierno de Grecia se ratificó en su política. “Acabar con las deportaciones sería enviar la señal equivocada” dijo.
El ministro griego de Migraciones, Notis Mitarachi, fue más allá al señalar que la Unión Europea no está en condiciones de repetir una crisis migratoria como la del 2015. El cese de las deportaciones, razonó el ministro, “no hará más que provocar que más afganos dejen el país y vengan a la Unión Europea”.
Mitarachi añadió que la UE debe ofrecer más ayudas a la vecina Turquía para mitigar la presión de más inmigrantes procedentes de Afganistán. Grecia estuvo en la primera línea de la crisis migratoria que se produjo hace ahora seis años, cuando un millón de sirios abandonaron el país como consecuencia de la guerra.
Horas antes, Holanda había anunciado que paralizaba las deportaciones por un periodo de seis meses a la vista de cómo se estaba deteriorando la situación sobre el terreno. En una carta dirigida al Parlamento, la titular de Justicia, Ankie Broekers-Knol señalaba que había resuelto actualizar la política de asilo a la vista de los acontecimientos.
En ambos países, esta política había sido muy contestada por partidos de la oposición como por organizaciones de defensa de los derechos humanos.
La decisión de los dos países contradice una carta remitida hace unos días por Berlín y Amsterdam (junto a Bélgica, Dinamarca, Grecia y Austria) en la que reclamaban a la Comisión Europea el derecho a seguir deportando afganos que habían visto rechazada su demanda de asilo en los tribunales. Esta política había sido muy contestada por partidos de la oposición alemana y holandesa como por organizaciones de atención a los inmigrantes.
Representantes de las Naciones Unidas sobre el terreno han señalado que la negativa de los talibanes a negociar un proceso de paz y la velocidad con la que se desarrollan los acontecimientos, auguran una catástrofe humanitaria de las dimensiones de Siria. Los afganos constituyeron en 2020 un 10% de los demandantes de asilo en la Unión Europea (algo más de 44.000 sobre un total de 416.600 demandantes), según datos de la agencia estadística de la UE, Eurostat.
Ayer, el resto de firmantes de esta carta guardaron silencio sobre la decisión de Alemania y Holanda. Sin embargo, un portavoz del gobierno de Grecia se ratificó en su política. “Acabar con las deportaciones sería enviar la señal equivocada” dijo.
El ministro griego de Migraciones, Notis Mitarachi, fue más allá al señalar que la Unión Europea no está en condiciones de repetir una crisis migratoria como la del 2015. El cese de las deportaciones, razonó el ministro, “no hará más que provocar que más afganos dejen el país y vengan a la Unión Europea”.
Mitarachi añadió que la UE debe ofrecer más ayudas a la vecina Turquía para mitigar la presión de más inmigrantes procedentes de Afganistán. Grecia estuvo en la primera línea de la crisis migratoria que se produjo hace ahora seis años, cuando un millón de sirios abandonaron el país como consecuencia de la guerra.
Con información de
La Vanguardia
