El congreso de Perú analiza la destitución del presidente Pedro Castillo
Martes 07 de
Diciembre 2021
DEBATE El congreso de Perú analiza la destitución del presidente Pedro Castillo La moción de destitución por “incapacidad moral” cuenta con al menos 57 votos, cinco más de los necesarios para debatirla. Pero la oposición no tendrá los 87 necesarios para remover a Castillo.
El Congreso de Perú, dominado por la oposición, decidirá hoy martes si acepta abrir un debate sobre una moción de destitución contra el presidente izquierdista, Pedro Castillo, similar a las que condujeron a las caídas de los exmandatarios Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020.
La moción de destitución por “incapacidad moral” cuenta con al menos 57 votos en el Congreso, cinco más de los necesarios para debatirla, según medios limeños. Sin embargo, la oposición no conseguiría los 87 votos necesarios para remover a Castillo, quien lleva poco más de 120 días en el gobierno.
“La desaprobación del presidente y del Congreso son altas, ninguno tiene legitimidad, así que parece una pelea entre dos rivales descalificados”, declaró el analista político Hugo Otero.
El nivel de desaprobación del mandatario bordea el 57% y la del Congreso, el 75%, según encuestas.
“La mayoría del Perú siente lejana esta disputa por el poder, no hay participación popular, nadie se está movilizando (en las calles)”, añadió Otero.
La posible destitución de Castillo ronda en el aire desde su elección en junio, cuando los partidos de la oposición denunciaron “fraude” a pesar del aval dado al proceso electoral por observadores de la OEA y la Unión Europea.
El presidente convocó en los últimos días a dialogar a los jefes opositores en busca de salvarse de lo que calificó como una moción “sin ningún sustento y con absoluta irresponsabilidad”. Sin embargo, Keiko Fujimori y otros prominentes líderes de la oposición se negaron a hablar con él.
Castillo es un maestro rural de 52 años que ganó el reñido balotaje de junio a Keiko Fujimori. Desde que asumió, el 28 de julio, ha estado acosado por la oposición, por desaciertos propios y por pugnas en el oficialismo, lo que ha provocado la salida de una docena de ministros.
La incertidumbre política ha levantado nubarrones sobre la economía peruana, que venía superando el azote de la pandemia: el dólar está en alza y la inversión privada en caída.
La moción para destituir a Castillo fue presentada el 26 de noviembre por los partidos Avanza País, Fuerza Popular (fujimorista) y Renovación Popular. Los tres representan un tercio del Congreso y el oficialismo tiene una cifra similar.
Como la oposición no cuenta con los 87 votos para destituirlo, parece que lo que buscan es obligar a Castillo a ir al Congreso a dar explicaciones y que olvide sus promesas electorales, entre ellas una asamblea constituyente.
El partido marxista que llevó a Castillo al gobierno, Perú Libre, adelantó que sus 37 parlamentarios rechazarán la moción, aunque el presidente ya se desvinculó con este fuerza política. “Tener discrepancias serias (...) no justifica ser partícipe de un golpe de Estado a la democracia”, dijo Perú Libre en un comunicado.
Si Castillo fuera destituido, debería asumir la vicepresidenta Dina Boluarte, quien posiblemente enfrentaría un destino similar. En este caso, el sillón presidencial lo ocuparía la jefa del Congreso, la opositora María del Carmen Alva, quien debería convocar a elecciones en seis meses.
Tras reunirse este fin de semana con Castillo, el expresidente Francisco Sagasti exhortó a mantener “posiciones sensatas en el Congreso, (que) no exacerben la incertidumbre y la inestabilidad”.
La presunta “incapacidad moral” también fue invocada por el Congreso para deshacerse de Kuczynski y Vizcarra. Ambos superaron una primera moción de destitución, pero no sobrevivieron a la segunda votación.
La moción de destitución por “incapacidad moral” cuenta con al menos 57 votos en el Congreso, cinco más de los necesarios para debatirla, según medios limeños. Sin embargo, la oposición no conseguiría los 87 votos necesarios para remover a Castillo, quien lleva poco más de 120 días en el gobierno.
“La desaprobación del presidente y del Congreso son altas, ninguno tiene legitimidad, así que parece una pelea entre dos rivales descalificados”, declaró el analista político Hugo Otero.
El nivel de desaprobación del mandatario bordea el 57% y la del Congreso, el 75%, según encuestas.
“La mayoría del Perú siente lejana esta disputa por el poder, no hay participación popular, nadie se está movilizando (en las calles)”, añadió Otero.
La posible destitución de Castillo ronda en el aire desde su elección en junio, cuando los partidos de la oposición denunciaron “fraude” a pesar del aval dado al proceso electoral por observadores de la OEA y la Unión Europea.
El presidente convocó en los últimos días a dialogar a los jefes opositores en busca de salvarse de lo que calificó como una moción “sin ningún sustento y con absoluta irresponsabilidad”. Sin embargo, Keiko Fujimori y otros prominentes líderes de la oposición se negaron a hablar con él.
Castillo es un maestro rural de 52 años que ganó el reñido balotaje de junio a Keiko Fujimori. Desde que asumió, el 28 de julio, ha estado acosado por la oposición, por desaciertos propios y por pugnas en el oficialismo, lo que ha provocado la salida de una docena de ministros.
La incertidumbre política ha levantado nubarrones sobre la economía peruana, que venía superando el azote de la pandemia: el dólar está en alza y la inversión privada en caída.
La moción para destituir a Castillo fue presentada el 26 de noviembre por los partidos Avanza País, Fuerza Popular (fujimorista) y Renovación Popular. Los tres representan un tercio del Congreso y el oficialismo tiene una cifra similar.
Como la oposición no cuenta con los 87 votos para destituirlo, parece que lo que buscan es obligar a Castillo a ir al Congreso a dar explicaciones y que olvide sus promesas electorales, entre ellas una asamblea constituyente.
El partido marxista que llevó a Castillo al gobierno, Perú Libre, adelantó que sus 37 parlamentarios rechazarán la moción, aunque el presidente ya se desvinculó con este fuerza política. “Tener discrepancias serias (...) no justifica ser partícipe de un golpe de Estado a la democracia”, dijo Perú Libre en un comunicado.
Si Castillo fuera destituido, debería asumir la vicepresidenta Dina Boluarte, quien posiblemente enfrentaría un destino similar. En este caso, el sillón presidencial lo ocuparía la jefa del Congreso, la opositora María del Carmen Alva, quien debería convocar a elecciones en seis meses.
Tras reunirse este fin de semana con Castillo, el expresidente Francisco Sagasti exhortó a mantener “posiciones sensatas en el Congreso, (que) no exacerben la incertidumbre y la inestabilidad”.
La presunta “incapacidad moral” también fue invocada por el Congreso para deshacerse de Kuczynski y Vizcarra. Ambos superaron una primera moción de destitución, pero no sobrevivieron a la segunda votación.
Con información de
El País Uy
