Cómo encarar el regreso a las aulas
Miércoles 18 de
Febrero 2015
La vuelta al colegio es el inicio de un ciclo en el año que requiere de una gran colaboración de parte de todo el grupo familiar. Y es muy enriquecedor encararlo en paz y con alegría. Infobae analizó el tema con especialistas para enfrentar de la mejor manera el tiempo de las clases. Consejos para organizar la rutina familar
Las actividades que introducen las vacaciones modifica los hábitos del grupo familiar y también modifican los horarios del descanso. Según los expertos, la mejor manera de reacomodar la agenda es hacerlo con anticipación, durante las últimas semanas del periodo estival.
El psicólogo social Claudio García explica a Infobae: "Es fundamental retomar todo aquello que se había logrado durante el ciclo anterior, pero con naturalidad y diálogo. A ningún chico -y a los adultos tampoco- le gusta que le cambien las reglas del sueño de una semana a la otra. Ni tampoco los favorece".
Agrega García: "Lo más saludable para el desarrollo de los niños es levantarse temprano y dormir la siesta, sin importar la edad, ni la época del año. Con 9 ó 10 horas de sueño nocturno está la mitad del camino recorrido. Para esto no deben acostarse, ni levantarse muy tarde. Además, si durante las vacaciones dejamos que duerman hasta tarde y después queremos que se levanten a las seis de la mañana, estamos en problemas".
Guadalupe Batalla, maestra del ciclo primario plantea a Infobae la necesidad de establecer una organización previa al inicio de las clases: "Al menos una semana antes, dice Batalla. Reflotar los hábitos de comidas y descanso para evitar el cansancio crónico. Ningún chico puede prestar atención o relacionarse libremente si su humor o su estado de ánimo está condicionado por pocas horas de sueño".
Mente ágil mediante el juego
Las vacaciones son sinónimo de descanso total. Durante esos meses, muchos chicos cambian las tareas por el ocio y luego el regreso a los ejercicios se convierte en un trauma tanto para ellos como para sus padres.
Liliana Fonseca, licenciada en psicopedagogía y profesora de la Universidad Nacional de San Martín, relata a Infobae: "Muchas escuelas dan cuadernillos de verano con cierta práctica de lo más significativo que se ha aprendido, pero no es la norma. Debemos amigarnos con la práctica, hacer cuentas, recordar las tablas o proponer juegos de mesa que impliquen lectura y cálculos sencillos.
RESOLVER PEQUEÑOS PROBLEMAS Y PLANTEAR ESTRATEGIAS AYUDA A CALDEAR SABERES PREVIOS AL INICIO DE LA ESCUELA.
"Hay que amigarse con cierto entrenamiento necesario en procesos básicos y sencillos que nos darán velocidad, fluidez y nos permitirán disponer de recursos cognitivos para otros procesos más complejos, como los de comprensión o reflexión".
Fonsega puntualzia sobre la importancia del equilibrio: "No es bueno que abrumemos a los chicos con las obligaciones, el rendimiento y los horarios. Los padres debemos ser mediadores y motivadores y los que tenemos que transmitir la significatividad de los aprendizajes.
APRENDER TIENE QUE VER CON LA CREATIVIDAD Y LA AUTONOMÍA, AQUELLO QUE NOS VA A PERMITIR SER MÁS LIBRES.
Algunos chicos viven la escuela como un lugar de encierro y justamente debería ser todo lo contrario".
Motivar a través de la alegría
Los padres en general viven el regreso a la escuela con un doble sentimiento: con nerviosismo, y a la vez con alivio debido al respiro y organización que significan para el trabajo y el hogar. Para los chicos el sentimiento es otro: volver a la rutina, horarios, exámenes y obligaciones puede ser angustiante y también rozar la frustración. Sobre esto, los especialistas consideran que la mejor manera de abordar esta transición es generando expectativas reales que puedan ser tanto placenteras como desafiantes.
"Lo más importante es que podamos transmitir la alegría de poder aprender y como esto es un privilegio con el cual debemos comprometernos y agradecer. El regreso a la escuela debe estar enmarcado por la alegría del reencuentro con compañeros y docentes después de un tiempo de descanso y distensión," comenta Fonseca.
Pablo Barraza, especialista en estrés, ansiedad y emociones del Instituto Sincronía suma: "El comienzo de las clases no implica la pérdida de la diversión. La vuelta al aula tiene aspectos positivos: el reencuentro con los compañeros, las actividades deportivas y las historias y anécdotas que van a compartir sobre las vacaciones".
Reforzar lo mejor del cole
Por su parte, García considera que antes de la primera campanada la familia debe charlar en la mesa para consolidar los puntos positivos de la escolaridad: "Se debe vigorizar lo que al chico le gusta, de acuerdo a su propia experiencia. Y hay que evitar crear fantasmas que son más propios de los mayores, ya que esto los mal predispone".
Fonseca adhiere: "A veces los padres hacemos comentarios negativos acerca de la futura maestra, que no ayudan para nada al vínculo. Frases como: "Vas a empezar primer grado, se terminó el juego'; 'Ya vas a ver lo que pasa en el secundario', '¡No vas a poder con todo!' o 'Si no mejorás, vas a repetir', deben ser eliminadas de nuestro léxico".
"En el inicio de la escolarización primaria es importante la integración de la familia: generar un espacio y lugar de trabajo para ayudarlos a resolver sus actividades escolares sin apurarlos, ni presionarlos. Y sobre todo propiciar la conversación sobre lo que hicieron en el día," añade Batalla a Infobae.
"Es importante prestar atención a lo que los chicos están viviendo y darles la posibilidad de expresarse sobre sus temores por este nuevo año que comienza. Una buena manera de transmitir calma es haciendo foco en sus virtudes y en cómo fue solucionando las dificultades que se presentaron en años anteriores", dice Barraza, de Sincronía.
Sobre los preparativos, útiles y guardapolvos
"La previa también es parte de ir a la escuela. Todas las actividades que están relacionadas, como preparar la mochila o controlar que lleven los útiles básicos y necesarios. Hay que hacerlo con tiempo y junto a los chicos. En lo posible todo con nombre porque los más pequeños no reconocen con facilidad sus pertenencias," relata Batalla.
Y sostiene: "También los papis deben preparar su ropa y cosas del trabajo la noche anterior. Primero, para evitar situaciones de nerviosismo de último momento que no van a favorecer al chico y también para dar el ejemplo".
Víctor Llorens, dueño de una librería en el barrio porteño de San Telmo, opina que "al contrario de lo que sucede en otras industrias, el precio de los útiles escolares aumenta cuando hay mayor demanda. La mejor manera de ahorrar es siendo previsor y, debido a la inflación, cada vez son más los padres que buscan precios. Lo recomendable es comprar lo que necesitan durante las vacaciones de verano o que se lleven varios kits de cada cosa, como para tener el resto del año o, inclusive, para el próximo ciclo lectivo. Eso sí, siempre y cuando el bolsillo pueda".
El psicólogo social Claudio García explica a Infobae: "Es fundamental retomar todo aquello que se había logrado durante el ciclo anterior, pero con naturalidad y diálogo. A ningún chico -y a los adultos tampoco- le gusta que le cambien las reglas del sueño de una semana a la otra. Ni tampoco los favorece".
Agrega García: "Lo más saludable para el desarrollo de los niños es levantarse temprano y dormir la siesta, sin importar la edad, ni la época del año. Con 9 ó 10 horas de sueño nocturno está la mitad del camino recorrido. Para esto no deben acostarse, ni levantarse muy tarde. Además, si durante las vacaciones dejamos que duerman hasta tarde y después queremos que se levanten a las seis de la mañana, estamos en problemas".
Guadalupe Batalla, maestra del ciclo primario plantea a Infobae la necesidad de establecer una organización previa al inicio de las clases: "Al menos una semana antes, dice Batalla. Reflotar los hábitos de comidas y descanso para evitar el cansancio crónico. Ningún chico puede prestar atención o relacionarse libremente si su humor o su estado de ánimo está condicionado por pocas horas de sueño".
Mente ágil mediante el juego
Las vacaciones son sinónimo de descanso total. Durante esos meses, muchos chicos cambian las tareas por el ocio y luego el regreso a los ejercicios se convierte en un trauma tanto para ellos como para sus padres.
Liliana Fonseca, licenciada en psicopedagogía y profesora de la Universidad Nacional de San Martín, relata a Infobae: "Muchas escuelas dan cuadernillos de verano con cierta práctica de lo más significativo que se ha aprendido, pero no es la norma. Debemos amigarnos con la práctica, hacer cuentas, recordar las tablas o proponer juegos de mesa que impliquen lectura y cálculos sencillos.
RESOLVER PEQUEÑOS PROBLEMAS Y PLANTEAR ESTRATEGIAS AYUDA A CALDEAR SABERES PREVIOS AL INICIO DE LA ESCUELA.
"Hay que amigarse con cierto entrenamiento necesario en procesos básicos y sencillos que nos darán velocidad, fluidez y nos permitirán disponer de recursos cognitivos para otros procesos más complejos, como los de comprensión o reflexión".
Fonsega puntualzia sobre la importancia del equilibrio: "No es bueno que abrumemos a los chicos con las obligaciones, el rendimiento y los horarios. Los padres debemos ser mediadores y motivadores y los que tenemos que transmitir la significatividad de los aprendizajes.
APRENDER TIENE QUE VER CON LA CREATIVIDAD Y LA AUTONOMÍA, AQUELLO QUE NOS VA A PERMITIR SER MÁS LIBRES.
Algunos chicos viven la escuela como un lugar de encierro y justamente debería ser todo lo contrario".
Motivar a través de la alegría
Los padres en general viven el regreso a la escuela con un doble sentimiento: con nerviosismo, y a la vez con alivio debido al respiro y organización que significan para el trabajo y el hogar. Para los chicos el sentimiento es otro: volver a la rutina, horarios, exámenes y obligaciones puede ser angustiante y también rozar la frustración. Sobre esto, los especialistas consideran que la mejor manera de abordar esta transición es generando expectativas reales que puedan ser tanto placenteras como desafiantes.
"Lo más importante es que podamos transmitir la alegría de poder aprender y como esto es un privilegio con el cual debemos comprometernos y agradecer. El regreso a la escuela debe estar enmarcado por la alegría del reencuentro con compañeros y docentes después de un tiempo de descanso y distensión," comenta Fonseca.
Pablo Barraza, especialista en estrés, ansiedad y emociones del Instituto Sincronía suma: "El comienzo de las clases no implica la pérdida de la diversión. La vuelta al aula tiene aspectos positivos: el reencuentro con los compañeros, las actividades deportivas y las historias y anécdotas que van a compartir sobre las vacaciones".
Reforzar lo mejor del cole
Por su parte, García considera que antes de la primera campanada la familia debe charlar en la mesa para consolidar los puntos positivos de la escolaridad: "Se debe vigorizar lo que al chico le gusta, de acuerdo a su propia experiencia. Y hay que evitar crear fantasmas que son más propios de los mayores, ya que esto los mal predispone".
Fonseca adhiere: "A veces los padres hacemos comentarios negativos acerca de la futura maestra, que no ayudan para nada al vínculo. Frases como: "Vas a empezar primer grado, se terminó el juego'; 'Ya vas a ver lo que pasa en el secundario', '¡No vas a poder con todo!' o 'Si no mejorás, vas a repetir', deben ser eliminadas de nuestro léxico".
"En el inicio de la escolarización primaria es importante la integración de la familia: generar un espacio y lugar de trabajo para ayudarlos a resolver sus actividades escolares sin apurarlos, ni presionarlos. Y sobre todo propiciar la conversación sobre lo que hicieron en el día," añade Batalla a Infobae.
"Es importante prestar atención a lo que los chicos están viviendo y darles la posibilidad de expresarse sobre sus temores por este nuevo año que comienza. Una buena manera de transmitir calma es haciendo foco en sus virtudes y en cómo fue solucionando las dificultades que se presentaron en años anteriores", dice Barraza, de Sincronía.
Sobre los preparativos, útiles y guardapolvos
"La previa también es parte de ir a la escuela. Todas las actividades que están relacionadas, como preparar la mochila o controlar que lleven los útiles básicos y necesarios. Hay que hacerlo con tiempo y junto a los chicos. En lo posible todo con nombre porque los más pequeños no reconocen con facilidad sus pertenencias," relata Batalla.
Y sostiene: "También los papis deben preparar su ropa y cosas del trabajo la noche anterior. Primero, para evitar situaciones de nerviosismo de último momento que no van a favorecer al chico y también para dar el ejemplo".
Víctor Llorens, dueño de una librería en el barrio porteño de San Telmo, opina que "al contrario de lo que sucede en otras industrias, el precio de los útiles escolares aumenta cuando hay mayor demanda. La mejor manera de ahorrar es siendo previsor y, debido a la inflación, cada vez son más los padres que buscan precios. Lo recomendable es comprar lo que necesitan durante las vacaciones de verano o que se lleven varios kits de cada cosa, como para tener el resto del año o, inclusive, para el próximo ciclo lectivo. Eso sí, siempre y cuando el bolsillo pueda".
Con información de
INFOBAE
