"Muchos quieren operarse para tener un pene más largo, no han entendido nada"
Lunes 11 de
Mayo 2015
El cirujano que realizó con éxito el primer transplante de pene explicó los riesgos que conlleva este tipo de operaciones. El objetivo es recuperar a varones que han sido mutilados.
El cirujano sudafricano André Van der Merwe realizó con éxito el primer trasplante de pene del mundo y ha recibido centenares de peticiones para incrementar el volumen del miembro viril. Pero él insiste en aclarar que muchas de ellas se equivocan de concepto, ya que la cirugía intenta recuperar la posibilidad de mantener relaciones sexuales.
El especialista remarca que la famosa operación logró devolver a un joven de 21 sus facultades viriles, y la esperanza de ayudar a decenas de varones que pierden su pene durante las circuncisiones tradicionales que en Sudáfrica realizan sanadores tribales. Pero que no se trata de una operación centrada en incrementar el tamaño con la ilusión de que eso va a acarrear una mayor satisfacción sexual.
"Ha respondido magníficamente y no ha mostrado por el momento ningún rechazo al órgano. Ha recuperado todas sus funciones, orina con normalidad, mantiene relaciones sexuales y sobre todo ha ganado muchísima confianza. El otro día le pregunté cuántas veces lo hacía por semana, una, dos, tres veces. Me miró y me contestó: 'Depende'. Es un joven muy tímido. En una intervención postoperatoria, durante la anestesia, pude ver que tenía una erección completa", contó a ABC.
"Este joven había quedado lesionado hace tres años durante una circuncisión tradicional. Es un gran problema en Sudáfrica. Calculamos que unos 250 varones resultan lesionados durante este ritual, pero el número puede ser mayor. Muchos de ellos jamás acudirán al hospital, por miedo a ser señalados en sus comunidades. En el caso de nuestro paciente, ni siquiera sus padres lo sabían, solo sus dos hermanas. En estas comunidades la amputación del pene es una desgracia para la familia. Muchos mienten, o encuentran un buen amigo que mienta por ellos, alguien que diga 'yo lo he visto', para que el resto de los vecinos dejen de hacer preguntas. Muchos se suicidan, caen en depresión, en las drogas", revela.
En tanto se refirió a la evolución del paciente, "Hubo probelmas con un primer trasplante fallido en China. La piel del pene no estaba bien; estaba muriendo, aunque al parecer el interior estaba bien. Cuando la mujer del paciente lo vio, pidió que lo retiraran. En el caso de nuestro joven, su novia no ha tenido ningún problema y ni siquiera ha pedido atención psicológica. Hay que vigilar signos de depresión, porque la medicación puede generar psicosis. Quizá fuimos muy afortunados. Este chico es muy estable. Está feliz, y sobre todo muy agradecido".
Con motivo de los exitosos resultados, André Van der Merwe contó que recibió numerosas peticiones. "Solo en cuatro semanas recibí casi doscientos correos electrónicos de todas partes del mundo: Colombia, Suiza, Reino Unido, de todas partes de Estados Unidos. Algunos preguntan si pueden recibir un trasplante porque tienen el pene pequeño. Muchos solo quieren tenerlo más grande. No han entendido nada de lo que va el asunto. Esto no es cirugía estética, conlleva riesgos y deberán tomar fármacos inmunodepresores para evitar el rechazo del órgano toda su vida.. Pero hay quien lo necesita porque tiene problemas muy importantes. Gente que ha nacido con grandes malformaciones, o el caso de un hombre que me ha contactado y que perdió el órgano por un cáncer".
El especialista remarca que la famosa operación logró devolver a un joven de 21 sus facultades viriles, y la esperanza de ayudar a decenas de varones que pierden su pene durante las circuncisiones tradicionales que en Sudáfrica realizan sanadores tribales. Pero que no se trata de una operación centrada en incrementar el tamaño con la ilusión de que eso va a acarrear una mayor satisfacción sexual.
"Ha respondido magníficamente y no ha mostrado por el momento ningún rechazo al órgano. Ha recuperado todas sus funciones, orina con normalidad, mantiene relaciones sexuales y sobre todo ha ganado muchísima confianza. El otro día le pregunté cuántas veces lo hacía por semana, una, dos, tres veces. Me miró y me contestó: 'Depende'. Es un joven muy tímido. En una intervención postoperatoria, durante la anestesia, pude ver que tenía una erección completa", contó a ABC.
"Este joven había quedado lesionado hace tres años durante una circuncisión tradicional. Es un gran problema en Sudáfrica. Calculamos que unos 250 varones resultan lesionados durante este ritual, pero el número puede ser mayor. Muchos de ellos jamás acudirán al hospital, por miedo a ser señalados en sus comunidades. En el caso de nuestro paciente, ni siquiera sus padres lo sabían, solo sus dos hermanas. En estas comunidades la amputación del pene es una desgracia para la familia. Muchos mienten, o encuentran un buen amigo que mienta por ellos, alguien que diga 'yo lo he visto', para que el resto de los vecinos dejen de hacer preguntas. Muchos se suicidan, caen en depresión, en las drogas", revela.
En tanto se refirió a la evolución del paciente, "Hubo probelmas con un primer trasplante fallido en China. La piel del pene no estaba bien; estaba muriendo, aunque al parecer el interior estaba bien. Cuando la mujer del paciente lo vio, pidió que lo retiraran. En el caso de nuestro joven, su novia no ha tenido ningún problema y ni siquiera ha pedido atención psicológica. Hay que vigilar signos de depresión, porque la medicación puede generar psicosis. Quizá fuimos muy afortunados. Este chico es muy estable. Está feliz, y sobre todo muy agradecido".
Con motivo de los exitosos resultados, André Van der Merwe contó que recibió numerosas peticiones. "Solo en cuatro semanas recibí casi doscientos correos electrónicos de todas partes del mundo: Colombia, Suiza, Reino Unido, de todas partes de Estados Unidos. Algunos preguntan si pueden recibir un trasplante porque tienen el pene pequeño. Muchos solo quieren tenerlo más grande. No han entendido nada de lo que va el asunto. Esto no es cirugía estética, conlleva riesgos y deberán tomar fármacos inmunodepresores para evitar el rechazo del órgano toda su vida.. Pero hay quien lo necesita porque tiene problemas muy importantes. Gente que ha nacido con grandes malformaciones, o el caso de un hombre que me ha contactado y que perdió el órgano por un cáncer".
Con información de
La Capital