Orientación sexual y apariencia, los motivos más comunes en el acoso escolar
Lunes 05 de
Octubre 2015
El “bullying”afecta a tres de cada 10 adolescentes. El 95,6% de los chicos dijo que observa conductas de agresión hacia un compañero.
El acoso escolar afecta a tres de cada 10 adolescentes (35,4 por ciento), que reciben malos tratos y hostigamiento de manera frecuente. Otro 36 por ciento es víctima de expresiones aisladas de maltrato. Y el 95,6 por ciento de los chicos observa conductas de agresión hacia un compañero de manera regular. Más de la mitad de estos hechos (55 por ciento) sucede en el aula.
Estas son algunas de las conclusiones a las que llega una investigación realizada por el Instituto de Género y Promoción de la Igualdad del Defensor del Pueblo de la Provincia de Córdoba, realizada a través de encuestas y entrevistas a 749 alumnos secundarios de 21 colegios públicos y privados de la ciudad de Córdoba.
La muestra permite realizar inferencias generales, es decir que las conclusiones son representativas de la población estudiantil.
Fenómeno “habitual”
El trabajo confirma que el acoso escolar es un fenómeno habitual que incluye violencia verbal o física dentro y fuera de las instituciones. Pero, además, saca a la luz las “razones” por las cuales uno o varios alumnos hostigan a otros.
Consultados sobre los motivos, los encuestados enumeran los siguientes: la orientación sexual, la apariencia y los defectos físicos y el nivel de ingresos; la pertenencia a determinado estrato socioeconómico, el lugar de procedencia o el rendimiento académico.
La orientación sexual es uno de los hechos que más distanciamiento y discriminación provoca. La homosexualidad es vista, en muchos casos, como un fenómeno apartado de lo natural y de lo socialmente aceptado. Los términos que se utilizan, según los entrevistados, son “trolo”, “maricón”, “torta” o “lesbi”.
Si bien manifiestan que la elección sexual es un derecho, se muestran reacios a compartir espacios o a aceptar a aquellos que exteriorizan su preferencia homosexual. Sólo es incluido si reprime su diferencia o si la esconde.
La apariencia o los defectos físicos se utilizan como un insulto cuando las características se alejan de los patrones estéticos o de belleza establecidos: “gordo”, “negro”, “colorado”.
El nivel de ingresos o la pertenencia a determinado estrato socioeconómico. Los adolescentes marcan estereotipos, según la ropa que usan, la música y los gustos. Así aparecen los siguientes rótulos: “cheto” (se viste con ropa de marca, usa accesorios caros, como celulares o mochilas; sus padres tienen una posición económica acomodada), “brasa” (se viste con ropa de segunda marca, pertenece a familias de trabajadores o empleados de los sectores medios) y “macaco” (se viste con ropa deportiva, gorra, zapatillas de colores. Pertenece a los sectores menos pudientes; escucha cuarteto o cumbia, vive en barrios marginales).
El lugar de procedencia tiene relación con el estrato social. Utilizan denominaciones tales como “marginal”, “villa”, “country” o “barrio cerrado”. Pero, también, “peruano”, “paraguayo” o “boliviano” para referirse a algo de mala calidad o ilegal. La investigación muestra que el acoso está motivado, en muchos casos, por las carencias ya que, dice el informe, “gran parte de las escalas y estereotipos construidos por los jóvenes se basan en la posesión, equiparando el ‘ser’ al ‘tener’”.
En cifras
La investigación revela, además, que la mitad de los testigos de un hecho de acoso (49,5 por ciento) reconoce que “observó y no hizo nada”, y sólo el 19 por ciento aseguró que “avisó a una autoridad o a un adulto” o “intervino en defensa de la víctima”. Casi el 11 por ciento de los entrevistados admitió “festejar o arengar al maltratador”.
Los hechos se producen mayoritariamente en las aulas (55 por ciento), en el recreo y a la salida del colegio.
En relación con los destinatarios de acoso escolar, el 35,4 por ciento de los consultados reconoció ser víctima, mientras que otro 36 por ciento manifestó haber recibido expresiones aisladas de maltrato.
El 53,6 por ciento de las víctimas son mujeres y, de ese universo, el 42 por ciento recibió agresiones físicas mayoritariamente ejercidas por un varón.
Cuando se indaga sobre los lugares donde buscan ayuda, el 42,6 por ciento de las víctimas asegura que acude a sus amigos. Sólo dos de cada 10 pide ayuda a sus padres, y el 18,6 por ciento elige no hablar del problema.
Tipo de hostigamiento
Físico. Pegar, empujar, dar patadas, escupir, amenazar o dañar las pertenencias de otro (robar, destruir). El daño de objetos personales afecta a más del 33 por ciento de los agredidos.
Verbal y psicológico. Insultos, sobrenombres humillantes, burlas, amenazas, ridiculización. Se expresa al excluir, ignorar al otro o difundir rumores.
Sexual. Difundir rumores sobre la sexualidad de otro, realizar comentarios con contenido sexual que ofendan a los demás, tocar órganos genitales. El 4,5% de las víctimas de acoso admitieron que recibieron manoseos sin su consentimiento.
“Cyberbullying”. Hostigamiento a través de redes sociales, chat, correo electrónico.
Dónde concurrir. Programa de Convivencia Escolar del Ministerio de Educación de la Provincia, línea de teléfono gratuito 0800-777-3728.
Con información de
lavoz
