BUENOS AIRES
Secuestro, asalto y golpes: las dramáticas horas de una familia en el oeste del conurbano
Miércoles 06 de
Julio 2016
"Se comieron hasta la comida delante de nosotros", relató a Infobae Gladys Valenzuela, una mujer de San Antonio de Padua, para dar cuenta de la impunidad con la que un grupo de delincuentes actuó dentro de su casa mientras la asaltaban a ella y a varios miembros de su familia.
Todo comenzó el sábado pasado hacia las 20 en inmediaciones de la famosa iglesia de esa localidad del oeste del conurbano bonaerense. Allí circulaban en su auto los suegros de Gladys cuando de un momento a otro fueron interceptados pos una banda de al menos seis delincuentes armados.
La pareja fue separada. Mientras mantuvieron cautivo al hombre, la esposa fue trasladada hasta su casa para robarla. Desvalijaron el lugar y se llevaron varios objetos de valor. Pero sin conformarse con esto, decidieron movilizarse en uno de los autos con la mujer y dirigirse hacia la casa de su nuera, ubicada sobre la calle Solís. En el medio y pese a que no mostraron resistencia, el matrimonio fue víctima de violentas golpizas por parte de los delincuentes.
Finalmente llegaron a su segundo destino. Habían pasado pocos minutos después de las 21, cuando el hijo de Gladys les abrió la puerta sin sospechar del otro lado había cinco de los delincuentes con su abuela encañonada y con la intención de ingresar a su casa para continuar con el raid delictivo.
"La trajeron a mi casa armada. Mi hijo abre la puerta y entraron cinco hombres. Nos tuvieron en el comedor de mi casa. Lo agarraron a mi marido y lo llevaron al dormitorio a buscar plata. Les decíamos que no teníamos más, pero nos sacaron hasta lo últimos que teníamos", detalló Gladys a este medio.
Pasaron poco más de 20 minutos. Durante ese tiempo no sabían nada del abuelo que desde un principio estaba secuestrado. Por fortuna, los delincuentes mostraron un poco más de calma y no golpearon a ninguno del resto de los miembros de la familia. "Tengo que agradecer a Dios que no fueron violentos con nosotros. Sólo a mis suegros los golpearon. Dos de ellos tenían entre 18 y 20 años y eran los más loquitos. El resto de ellos intentaba calmarnos y decirnos que no nos iba a pasar nada", añadió.
La mujer se quejó además de la labor de la Policía y por el momento no tienen ningún avance en la investigación. "No tomaron huellas porque decían que usaron guantes. Pero cuando estuvieron acá no usaron ninguno. ¿Cómo no puede haber huellas si se comieron toda mi comida?, cuestionó.
Con información de
Infobae