Los estudiantes chilenos vuelven a mostrar su fuerza

Por Carlos Vergara
SANTIAGO, Chile.- Más de 100.000 personas marcharon ayer por las calles de Santiago para demostrar que el movimiento estudiantil no ha menguado después de dos años de protestas ininterrumpidas por una educación gratuita y de calidad y el fin del lucro en la enseñanza.
Como nunca antes, la protesta tuvo un fuerte mensaje político contra el oficialismo y los candidatos presidenciales, incluida la ex presidenta Michelle Bachelet, que se esmeró en tender lazos con los estudiantes.
"El movimiento estudiantil no va a permitir que sus demandas sean modificadas ni que la discusión sobre la educación sea manoseada", dijo, a modo de arenga, el presidente de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH), Gabriel Boric.
En un trazado que ya es clásico, los jóvenes marcharon desde la plaza Italia, el kilómetro cero de Santiago, por el centro de la ciudad hasta la estación Mapocho, donde culminó la protesta con un acto cultural que selló la vigencia de un movimiento que ya le ha costado al presidente Sebastián Piñera la remoción de dos ministros, la acusación constitucional a un tercero e innumerables dolores de cabeza.
Pese al tono pacífico de la convocatoria, al final de la marcha varios encapuchados lanzaron piedras a carabineros y destruyeron semáforos, carteles y mobiliario público. Los uniformados respondieron con camiones hidrantes y gases.
El balance oficial fue desolador: más de 100 detenidos, nueve carabineros heridos -uno grave, con quemaduras de ácido- y por lo menos dos civiles lastimados por el impacto de balines de pintura en los ojos, lo que fue criticado por organizaciones de derechos humanos.
Los numerosos carteles en favor de las demandas estaban teñidos con un manifiesto de rechazo al oficialismo y la oposición: "Bachelet y Piñera, la misma miseria", "Ya no te creo, Michelle", "Yo soy inocente: no voté por Piñera", "Todo Chile a exigir cárcel para los que lucran con la educación", decían algunos de ellos.
Casi de forma desesperada, el gobierno de Piñera había anunciado el día anterior un paquete de reformas educativas para apoyar la educación pública municipal.
"Ahora que aparecen muchos que quieren adueñarse de nuestras propuestas, hay que decirlo: el movimiento estudiantil no le pertenece a nadie, le pertenece al pueblo. Hoy más que nunca debemos seguir luchando hasta vencer", dijo por su parte la dirigente de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Eloísa González.
La masiva señal del estudiantado chileno se produce durante una nueva crisis político educacional en el país, luego de que la semana pasada la Cámara de Diputados aprobara una acusación constitucional al ministro de Educación, Harald Beyer, por abandono de deberes.
La próxima semana en el Senado, donde la oposición cuenta con mayoría, se zanjará la suerte de Beyer, que podría ser destituido y alejado de todo cargo público por los siguientes cinco años.
En la marcha estuvieron los emblemáticos ex líderes del movimiento y hoy precandidatos a diputados Camila Vallejo (Partido Comunista) y Giorgio Jackson (Independiente), que desmintieron haber autorizado el uso de su imagen en un curioso volante que los asociaba a Bachelet para las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre.
Los estudiantes, representantes de todos los niveles de la educación chilena, fueron secundados por profesores, apoderados y trabajadores. Otras tantas marchas se llevaron a cabo en diversas ciudades del país, como Antofagasta, Valparaíso, Concepción y Punta Arenas. De acuerdo con los organizadores, más de 200.000 personas marcharon en todo el país.
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