25 DE ABRIL 2024
CÓRDOBA
Desplazan a policías y funcionarios judiciales de Villa Allende
Martes 03 de
Enero 2017
No sólo fue removido el comisario, sino toda la brigada del subcomisario hoy preso. Cambiarán a todos los ayudantes fiscales.
¿Cómo se puede encauzar la relación entre una comunidad y su Policía? Cuando una confianza tan sensible como esta se rompe, ¿cuál es el camino para reconstruirla? Los vecinos de Villa Allende se debaten hoy en torno a este dilema.
La detención del subcomisario Víctor Ariel Barrionuevo, en la madrugada del sábado 24 de diciembre de 2016, terminó por dinamitar lo que ya era un débil pacto de confianza. El jefe policial fue capturado junto a cuatro personas con antecedentes penales e involucrado en el asalto a una vivienda de barrio Cofico, en la ciudad de Córdoba.
Hasta ese día, Barrionuevo tenía un rol clave: era el jefe de Investigaciones de la comisaría de Villa Allende, una ciudad de casi 30 mil habitantes a sólo un paso de la capital cordobesa.
El dato de que hoy este jefe policial permanezca preso en la cárcel de Bouwer, acusado por el resonante asalto, no sólo trajo estupor en la sociedad. En Villa Allende, generó especial indignación.
El malestar ciudadano no pasó inadvertido en el Gobierno provincial y tampoco en altos niveles de la Justicia cordobesa.
Un grupo especial para investigar al subcomisario
En los últimos días, no sólo fue removido el comisario de esa ciudad (Raúl Mario Calderón fue reemplazado por Renato Paneta), sino también toda la brigada de Investigaciones que, si bien funciona en la comisaría, trabaja de manera independiente.
En la Jefatura de Policía genera bastante ruido que el subcomisario, que también estaba de licencia cuando fue detenido, haya tenido en su poder un handy policial, radio que los agentes deben dejar en las bases oficiales cuando no están en funciones.
¿Cómo es que nadie se percató de esto? Esta es una de las tantas preguntas aún sin respuesta. El superior de Barrionuevo, un comisario de apellido Aguirre, fue licenciado de manera obligatoria. De manera paralela, también se conoció que los ayudantes fiscales de Villa Allende serán removidos de sus puestos.
No se trata de que todos hayan quedado bajo sospecha de igual manera, pero la sugestión sí es generalizada.
Incluso, en el Ministerio Público Fiscal se analiza unificar todas las causas sobre llamativos asaltos y robos ocurridos en 2016 en esa ciudad, para intentar rastrear algún nexo en común.
En concreto, se sospecha que en Villa Allende existen al menos dos bandas de delincuentes asociadas a uniformados. Algunos integrantes de estas bandas ya estarían identificados, ya que sus nombres y apellidos se repiten tanto en la Municipalidad local como en el Gobierno provincial y, sobre todo, entre los vecinos de esa ciudad.
Ninguno de ellos ha sido imputado hasta hoy.
Al 101, no
La situación de inseguridad en Villa Allende no es nueva. Por ese motivo, el intendente Eduardo “Gato” Romero requirió a mediados de 2016 el auxilio de Gendarmería nacional para ayudar a patrullar la ciudad, situación que generó una intensa polémica en la región y también en el ámbito provincial (el subjefe de Policía Gustavo Folli indicó en aquel momento que los índices delictivos en Villa Allende habían disminuido).
A pesar del compromiso de Gendarmería de patrullar las calles, las medidas concretas se limitaron a la instalación de una unidad de investigaciones administrativas sin tareas operativas y prácticamente sin relación con la Policía local ni con Seguridad Ciudadana.
Para comprender la magnitud de la disconformidad que existe en esa población con la política de seguridad, el secretario de Gobierno de Villa Allende, Nicolás García, reveló un dato contundente: “En las estadísticas de inseguridad está comprobado que la mayor cantidad de llamadas se concentra en el número 103 de la central de Seguridad Ciudadana del municipio, antes que en el 101 de la Policía”, aseveró.
No obstante, García apuntó que la detención de Barrionuevo los tomó de sorpresa, aunque pronto comenzaron las conjeturas.
“Una vez que el dato se difundió no pudimos dejar de relacionar la cantidad de robos que se registraron en 2016 en diferentes sectores de la ciudad, especialmente en los barrios cerrados”, contó.
“Si bien no se puede ligar de manera directa a Barrionuevo con esos hechos, el cargo que ocupaba en el área de Investigaciones de la Policía le permitía manejar información clasificada que no toda la población tiene”, agregó.
En ese punto, García también anotó otro dato que para el municipio no es menor: “En ese operativo (cuando Barrionuevo fue detenido) también estuvo involucrado un remisero de Villa Allende”.
El funcionario municipal recordó que en diciembre último hubo una seguidilla de casos que no dejan de llamar la atención.
El lunes 19 de ese mes, un joven robó una camioneta con una niña adentro en un supermercado y, tras ser detenido, se escapó de la comisaría local. Horas después, fue recapturado.
Al martes siguiente, una banda asaltó a la madre del exintendente Héctor Colombo.
Y el jueves de esa misma semana, la expareja del golfista Ángel “Pato” Cabrera, que vive a menos de 100 metros de la comisaría, también fue asaltada en su casa.
Quienes conocen de sobra los pasillos policiales sostienen que en esta seguidilla también se dirimió una interna policial.
A todo esto se suman más robos en barrios cerrados en los que el subcomisario Barrionuevo habría investigado otros delitos, según indicó García.
En tanto, el secretario de Seguridad Ciudadana de la Provincia, Diego Hak, aseguró que se está apoyando la investigación por la que Barrionuevo está preso.
“Estamos en permanente comunicación con el fiscal Raúl Garzón, y queremos redoblar la apuesta y rastrear las ramificaciones que puedan existir detrás de estos casos”, indicó.
Hoy, agentes de la comisaría de Villa Allende y del Distrito 10 de la Policía, también asentado en el lugar, intentan despegarse del subcomisario.
Aseguran que ellos no trabajaban a la par de la brigada de Investigaciones.
Pero la desconfianza por ahora sobrevuela a todos.
Con información de
lavoz
