25 DE ABRIL 2024
CÓRDOBA
Les robaron y creen que eran policías
Sábado 07 de
Enero 2017
La familia sufrió un asalto en su casa del Cerro de las Rosas. Las víctimas se quejan por la “inacción”.
La desconfianza que reina alrededor de la Policía, fuerza que vive una crisis interna tras la detención del subcomisario Víctor Barrionuevo –sospechado de participar de un asalto en barrio Cofico el 24 de diciembre último–, además de otros episodios delictivos en los que aparecen uniformados entremezclados con ladrones, hoy lleva a que distintas víctimas de robos exterioricen sus sospechas.
Este es el caso de una familia de barrio Cerro de las Rosas, de la ciudad de Córdoba, que a fines de 2016 sufrió un violento asalto en su vivienda.
Sus miembros no sólo creen que eran policías quienes los redujeron en el quincho de su casa de calle Nicanor Carranza, sino que también denuncian inacción para encontrar a los ladrones.
“Tato”, uno de los damnificados, cuenta que estaba junto a su familia cuando fueron asaltados por cuatro ladrones. Tanto este joven de 28 años como su familia pidieron mantener su identidad resguardada. Creen que su denuncia puede traerles represalias.
Las dudas con respecto a quiénes eran sus asaltantes se debe no sólo a las armas que utilizaban –pistolas 9 milímetros similares a las policiales–, sino a la forma en que se organizaban y la posterior falta de acción policial para buscar sus elementos robados.
“Todos tenían las armas que usa la Policía”, dice el joven que aduce no ser un ignorante del tema porque hace prácticas en el polígono.
La técnica del policía malo y el bueno es otra de las menciones de “Tato”, quien explica que a su tío, el dueño de la casa, uno le pegaba y el otro le pedía amablemente que le dijera dónde estaba la plata, para que dejaran de golpearlo.
“Se comunicaban por radio con alguien que estaba afuera, nos ataron con precintos como se usa en la calle para aprehender a ladrones. No se comunicaban como ‘cacos’ comunes, tenían una forma de organizarse”, añade.
La pista del GPS
Tanto “Tato” como su primo tenían teléfonos celulares que permiten su rastreo mediante GPS, y ante cada encendido de los mismos reciben un correo electrónico donde se indica la dirección en la que se encuentran.
Al día siguiente, ambos recibieron el e-mail que precisaba que sus celulares habían sido activados y cada uno daba un punto en el mapa. Uno estaba en una casa de calle Roberto Viola entre el 3100 y el 3200. El otro, en Caseros, entre Vélez y León Pinelo.
“La última dirección registrada se encuentra publicada en un sitio de ventas por internet como un negocio. Y justamente este ‘aguantadero’ se encuentra a la vuelta de una comisaría”, desconfía uno de los asaltados. La víctima se acercó al lugar.
Esta información fue acercada por “Tato” a la comisaría que corresponde para ampliar su denuncia. Una mujer le tomó declaración y le dijeron que le iban a informar sobre el curso de la causa. A los dos días, le respondieron que no habían podido encontrar el lugar y después de eso no tuvo más contacto con la Policía.
“Me da mucha desconfianza. Cuando llamamos al 101, la noche del asalto, llegaron policías que no nos ayudaron para nada. No me quisieron dar el teléfono para llamar al sistema de seguridad del auto, no nos decían dónde denunciar...”, concluyó el vecino.
El antecedente del falso allanamiento
Un comerciante fue asaltado por policías en Residencial América.
Julio Frigole sufrió días atrás un violento asalto en su casa de Residencial América. La víctima denunció que los ladrones usaban chalecos, armas y equipos de comunicación de la Policía.
Con información de
lavoz
