CÓRDOBA
Embriagaron al amigo para robarle y matarlo
Domingo 12 de
Marzo 2017
Esta es la hipótesis con la que concluyó el juicio contra una mujer y su hijo, acusados de un asesinato ocurrido hace dos años. El crimen se produjo en un domicilio de Río Segundo, en medio de una reunión.
La descripción que figura en el expediente judicial tiene una frialdad que nunca dejó de asombrar a los investigadores policiales y de la fiscalía que debieron intervenir en el caso. Y que ahora también asombró a jueces y a los jurados populares.
Aquel 15 de abril de 2015, se lee en la causa, a la madrugada, “los imputados Claudia Marcela Gordillo y Maximiliano Ezequiel Altamirano, en circunstancias en que se encontraban junto a Oscar Pablo Villarruel, consumiendo vino con coca, en el interior de la vivienda de este último, en Río Segundo, y aprovechando que Villarruel se encontraba beodo y probablemente inconsciente, actuando de consuno y con fines de robo, procedieron a trasladarlo hasta el dormitorio de la vivienda, dejándolo en posición decúbito dorsal izquierdo en el piso, le ataron sus manos y pies con trozos de tela y nailon”.
El desenlace de esta historia criminal también tiene pocas líneas.
“Inmediatamente después, procedieron a revisar el contenido del ropero que se encontraba en el dormitorio en busca de dinero y elementos de valor. Es aquí que, cuando Villarruel reaccionó y observó el accionar de los nombrados, Altamirano procedió a clavarle en la región lateral inferior derecha del cuello un elemento con punta cortante perforante. Acto seguido, los imputados se dieron a la fuga, llevándose en su poder una billetera, tres vasos, una cuchilla y una musculosa”.
Sentencia
Esta hipótesis sobre cómo ocurrió el asesinato de Villarruel aquella madrugada ahora tuvo un final judicial.
El viernes último, en la Cámara 7ª del Crimen de la ciudad de Córdoba, tanto Gordillo como Altamirano fueron condenados a 17 años de prisión en un fallo unánime de los jurados populares y los jueces Víctor Vélez, Daniel Cesano y Jorge Montero.
Ella tiene 45 años y él, 28. Son madre e hijo.
Durante la investigación, se comprobó que se reencontraron tras 25 años, y que poco tiempo después terminaron por tramar el asalto a un amigo en común, Villarruel (35), plan delictivo que terminó en un homicidio.
Durante los alegatos, el fiscal Marcelo Altamirano había solicitado la pena con la que finalmente fueron sentenciados.
Relatos y silencios
En el fallo, además, se solicitó ampliar la investigación contra otro hijo de la mujer y su esposa, que también habrían participado de aquella reunión nocturna.
Mientras que, durante la instrucción de causa, Gordillo aseguró que era Altamirano el que había matado en soledad a Villarruel, el joven permaneció siempre en silencio.
Ya en el juicio, la estrategia de Altamirano fue insólita. Aseguró ante el tribunal y los jurados populares que aquella vez había consumido droga, por lo que no recordaba nada.
Y agregó que, a la mañana siguiente, se despertó solo en un hotel alojamiento de Río Segundo vestido con ropa que no era de él.
El relato no fue creído por nadie. El viernes a las 13.55, el joven y su madre terminaron por escuchar una larga sentencia en contra de ellos.
Descubrir lo peor. La pareja de Villarruel encontró el cadáver al otro día, cuando el patrón del joven le avisó que no había ido a trabajar. Ella fue hasta su casa y se topó con la peor imagen.
Aquel 15 de abril de 2015, se lee en la causa, a la madrugada, “los imputados Claudia Marcela Gordillo y Maximiliano Ezequiel Altamirano, en circunstancias en que se encontraban junto a Oscar Pablo Villarruel, consumiendo vino con coca, en el interior de la vivienda de este último, en Río Segundo, y aprovechando que Villarruel se encontraba beodo y probablemente inconsciente, actuando de consuno y con fines de robo, procedieron a trasladarlo hasta el dormitorio de la vivienda, dejándolo en posición decúbito dorsal izquierdo en el piso, le ataron sus manos y pies con trozos de tela y nailon”.
El desenlace de esta historia criminal también tiene pocas líneas.
“Inmediatamente después, procedieron a revisar el contenido del ropero que se encontraba en el dormitorio en busca de dinero y elementos de valor. Es aquí que, cuando Villarruel reaccionó y observó el accionar de los nombrados, Altamirano procedió a clavarle en la región lateral inferior derecha del cuello un elemento con punta cortante perforante. Acto seguido, los imputados se dieron a la fuga, llevándose en su poder una billetera, tres vasos, una cuchilla y una musculosa”.
Sentencia
Esta hipótesis sobre cómo ocurrió el asesinato de Villarruel aquella madrugada ahora tuvo un final judicial.
El viernes último, en la Cámara 7ª del Crimen de la ciudad de Córdoba, tanto Gordillo como Altamirano fueron condenados a 17 años de prisión en un fallo unánime de los jurados populares y los jueces Víctor Vélez, Daniel Cesano y Jorge Montero.
Ella tiene 45 años y él, 28. Son madre e hijo.
Durante la investigación, se comprobó que se reencontraron tras 25 años, y que poco tiempo después terminaron por tramar el asalto a un amigo en común, Villarruel (35), plan delictivo que terminó en un homicidio.
Durante los alegatos, el fiscal Marcelo Altamirano había solicitado la pena con la que finalmente fueron sentenciados.
Relatos y silencios
En el fallo, además, se solicitó ampliar la investigación contra otro hijo de la mujer y su esposa, que también habrían participado de aquella reunión nocturna.
Mientras que, durante la instrucción de causa, Gordillo aseguró que era Altamirano el que había matado en soledad a Villarruel, el joven permaneció siempre en silencio.
Ya en el juicio, la estrategia de Altamirano fue insólita. Aseguró ante el tribunal y los jurados populares que aquella vez había consumido droga, por lo que no recordaba nada.
Y agregó que, a la mañana siguiente, se despertó solo en un hotel alojamiento de Río Segundo vestido con ropa que no era de él.
El relato no fue creído por nadie. El viernes a las 13.55, el joven y su madre terminaron por escuchar una larga sentencia en contra de ellos.
Descubrir lo peor. La pareja de Villarruel encontró el cadáver al otro día, cuando el patrón del joven le avisó que no había ido a trabajar. Ella fue hasta su casa y se topó con la peor imagen.
Con información de
lavoz
