CÓRDOBA
"Hubiera preferido que los ladrones me mataran antes que vivir este infierno"
Viernes 11 de
Agosto 2017
Dramático relato del hombre que va a juicio por matar a un intruso en la casa que alquilaba. Su familia vive amenazada. Lo imputaron por "exceso en legítima defensa". Estuvo preso y ahora espera el juicio oral en su contra.
Luis vive un calvario. Desde que en diciembre de 2016 mató a un delincuente que entró en la vivienda que alquilaba, no dejó de padecer lo que él denomina "un infierno". Fue a prisión y en la actualidad tuvo que mudarse, él y la familia de su padre, por las amenazas recibidas.
Días atrás se conoció la decisión de la Justicia de elevar a juicio la causa que lo tiene a Luis Martín Cariboni López como imputado de homicidio con exceso en la legítima defensa por la muerte de Mariano Leonel Zárate, quien había ingresado a la casa armado con fines "furtivos", junto a un cómplice. El hecho ocurrió en barrio General Bustos.
Qué pasó ese día
"Me había quedado estudiando, tenía que rendir la última materia de la facultad, mi novia se fue a una fiesta. Me tiro un rato y en eso escucho ruidos y el perro. Veo que alumbraban desde el pasillo hacia las escaleras, porque yo vivía en un primer piso. Tres días antes escuchamos a unas personas que querían entrar, llamamos a un móvil y no pasó nada, como tenía miedo, busqué una carabina que heredé de mi abuelo, observo en la oscuridad dos personas que estaban empezando a forzar la puerta de ingreso a mi casa", recordó Luis, en diálogo exclusivo con el programa Aquí Petete de radio Mitre.
Los ladrones (según Luis quedó filmado en una cámara de seguridad) rompieron dos portones, subieron por las escaleras, ingresaron al patio, a una galería "y ya estaban en la puerta empezando a querer forcejear".
"Les pego el grito, automáticamente se abalanzan sobre mí, sobre una ventana grande, dirigen sus movimientos como que estaban armados, a uno le veo un arma, porque se veía más claro en la oscuridad una cosa plateada, tuve miedo, me paralicé y ahí salió el disparo. Yo tenía la carabina a la altura de la cintura", dijo.
"Ellos salen corriendo (también está filmado). Yo ni siquiera me había percatado, a lo sumo pensé que lo había herido en algún lado. Llamé a familiares, llega la policía y me enteró que a la vuelta había habido un intento de robo. En todo momento estuve a disposición de la justicia", agregó.
Por la tarde, tras constatar la muerte del intruso, Luis fue detenido y trasladado a la cárcel de Bouwer durante 10 días, donde padeció un calvario. Contó que un día, cuando era trasladado en un vehículo de la penitenciaría, tuvo que ir con un tío de la víctima.
"Era un infierno, yo no dormía, estuve 4 o 5 días sin dormir, todo el tiempo tensionado. Pasé por todas las emociones juntas. Hoy por hoy estoy con asistencia psiquiátrica, psicológos, estoy medicado, me pusieron en esa situación, yo lo único que traté fue defenderme", indicó.
"Mi familia se tuvo que mudar. Hubo pintadas en la casa donde vivía antes, hubo marchas, tratándome de asesino y yo lo único que hice fue defenderme. Uno con el diario del lunes puede analizar un montón de cosas. Yo creo que me manejé en forma diligente, porque traté de llamar a la policía. Ellos me apuntan a mí, yo esperaba recibir el disparo y en el medio salió el disparo", sostuvo.
"Mi padre tuvo que cerrar el negocio. Una noche había una persona en motocicleta haciendo trompos en la puerta de la casa de ellos. Ellos se tuvieron que mudar. Hay una denuncia por amenazas agravadas que hizo el dueño de la casa. Yo vivo encerrado. Voy al trabajo y vuelvo y ando fijándome por todos lados que no me sigan", dijo.
"Vivo preso en vida", señaló emocionado.
López efectuó el disparo desde el interior de su casa con una carabina calibre 22. El proyectil entró por la espalda y causó la muerte del ladrón.
La defensa del acusado cuestionaba la calificación legal. Sostenía que, en este caso, se configuraba la legítima defensa en carácter privilegiado, prevista en el último párrafo del artículo 34 del Código Penal.
Sobre el final dejó una reflexión: "Hubiera sido más fácil que me mataran y no vivir todo este infierno. No se lo deseo a nadie. Realmente yo le pido perdón a la familia del fallecido, yo nunca quise matar a nadie, quise defenderme. No solo estuvieron en riesgo mis bienes sino mi vida".
Sin embargo, el juez de Control Gustavo Hidalgo explicó que esta causal no se daba, entre otras cosas, porque al momento del hecho, el imputado se encontraba en el interior del inmueble de la planta alta, mientras que los sujetos que ingresaron con fines furtivos, una vez traspasado el portón de entrada, estaban en la terraza del domicilio.
Días atrás se conoció la decisión de la Justicia de elevar a juicio la causa que lo tiene a Luis Martín Cariboni López como imputado de homicidio con exceso en la legítima defensa por la muerte de Mariano Leonel Zárate, quien había ingresado a la casa armado con fines "furtivos", junto a un cómplice. El hecho ocurrió en barrio General Bustos.
Qué pasó ese día
"Me había quedado estudiando, tenía que rendir la última materia de la facultad, mi novia se fue a una fiesta. Me tiro un rato y en eso escucho ruidos y el perro. Veo que alumbraban desde el pasillo hacia las escaleras, porque yo vivía en un primer piso. Tres días antes escuchamos a unas personas que querían entrar, llamamos a un móvil y no pasó nada, como tenía miedo, busqué una carabina que heredé de mi abuelo, observo en la oscuridad dos personas que estaban empezando a forzar la puerta de ingreso a mi casa", recordó Luis, en diálogo exclusivo con el programa Aquí Petete de radio Mitre.
Los ladrones (según Luis quedó filmado en una cámara de seguridad) rompieron dos portones, subieron por las escaleras, ingresaron al patio, a una galería "y ya estaban en la puerta empezando a querer forcejear".
"Les pego el grito, automáticamente se abalanzan sobre mí, sobre una ventana grande, dirigen sus movimientos como que estaban armados, a uno le veo un arma, porque se veía más claro en la oscuridad una cosa plateada, tuve miedo, me paralicé y ahí salió el disparo. Yo tenía la carabina a la altura de la cintura", dijo.
"Ellos salen corriendo (también está filmado). Yo ni siquiera me había percatado, a lo sumo pensé que lo había herido en algún lado. Llamé a familiares, llega la policía y me enteró que a la vuelta había habido un intento de robo. En todo momento estuve a disposición de la justicia", agregó.
Por la tarde, tras constatar la muerte del intruso, Luis fue detenido y trasladado a la cárcel de Bouwer durante 10 días, donde padeció un calvario. Contó que un día, cuando era trasladado en un vehículo de la penitenciaría, tuvo que ir con un tío de la víctima.
"Era un infierno, yo no dormía, estuve 4 o 5 días sin dormir, todo el tiempo tensionado. Pasé por todas las emociones juntas. Hoy por hoy estoy con asistencia psiquiátrica, psicológos, estoy medicado, me pusieron en esa situación, yo lo único que traté fue defenderme", indicó.
"Mi familia se tuvo que mudar. Hubo pintadas en la casa donde vivía antes, hubo marchas, tratándome de asesino y yo lo único que hice fue defenderme. Uno con el diario del lunes puede analizar un montón de cosas. Yo creo que me manejé en forma diligente, porque traté de llamar a la policía. Ellos me apuntan a mí, yo esperaba recibir el disparo y en el medio salió el disparo", sostuvo.
"Mi padre tuvo que cerrar el negocio. Una noche había una persona en motocicleta haciendo trompos en la puerta de la casa de ellos. Ellos se tuvieron que mudar. Hay una denuncia por amenazas agravadas que hizo el dueño de la casa. Yo vivo encerrado. Voy al trabajo y vuelvo y ando fijándome por todos lados que no me sigan", dijo.
"Vivo preso en vida", señaló emocionado.
López efectuó el disparo desde el interior de su casa con una carabina calibre 22. El proyectil entró por la espalda y causó la muerte del ladrón.
La defensa del acusado cuestionaba la calificación legal. Sostenía que, en este caso, se configuraba la legítima defensa en carácter privilegiado, prevista en el último párrafo del artículo 34 del Código Penal.
Sobre el final dejó una reflexión: "Hubiera sido más fácil que me mataran y no vivir todo este infierno. No se lo deseo a nadie. Realmente yo le pido perdón a la familia del fallecido, yo nunca quise matar a nadie, quise defenderme. No solo estuvieron en riesgo mis bienes sino mi vida".
Sin embargo, el juez de Control Gustavo Hidalgo explicó que esta causal no se daba, entre otras cosas, porque al momento del hecho, el imputado se encontraba en el interior del inmueble de la planta alta, mientras que los sujetos que ingresaron con fines furtivos, una vez traspasado el portón de entrada, estaban en la terraza del domicilio.
Con información de
lavoz
