Comienza la reconstrucción de México
Edificios vacíos y comercios a la deriva a un mes de sismo en México
Jueves 19 de
Octubre 2017
El edificio de Génova 33 parece un sobreviviente de la guerra. Las cortinas de plástico del sexto piso se agitan suavemente con la brisa que entra a través de los grandes boquetes que quedaron en las paredes después del devastador terremoto que hoy hace un mes sacudió México.
Los cristales están rotos. Los diez pisos de oficinas, vacíos. El comercio de las calles aledañas en la Zona Rosa de Ciudad de México se encuentra a la deriva.
Por todos lados hay carteles que piden con urgencia que el edificio sea por fin demolido, como se anunció porque sufrió daños irreparables, para que la vida pueda seguir.
"Las ventas bajaron muchísimo, se fueron muchos oficinistas. Nos pegó a todos. Ahora sí que la Zona Rosa está en crisis", dijo a DPA Guadalupe Rostro Nava, encargada de un pequeño comercio de comida en la vecina calle Hamburgo.
Génova, una calle peatonal que desemboca en el elegante Paseo de la Reforma, está cerrada con unas redes plásticas naranjas a la espera de que el edificio sea demolido. Cafeterías y restaurantes no trabajan.
En la misma situación hay más de 150 edificios de oficinas y departamentos de Ciudad de México que sobrevivieron en pie pero quedaron heridos de muerte por el sismo de magnitud 7,1 que el 19 de septiembre dejó 369 muertos en el centro y sur del país y decenas de miles de casas dañadas. De acuerdo con las estimaciones del Gobierno de Ciudad de México, tan sólo para retirar escombros se requieren unos 2.500 millones de pesos (130 millones de dólares). Aunque la vetusta estructura de la calle Génova fue puesta en la lista prioritaria para demolición, el proceso no ha comenzado. Se necesitan estudios para establecer el mejor mecanismo para una demolición controlada, sin uso de explosivos.
Muchas de las víctimas directas del terremoto siguen viviendo en albergues, en casa de amigos o en tiendas de campaña en parques a la espera de que se determine si pueden volver a sus hogares. Miles de niños no han podido regresar a sus escuelas dañadas. La Procuraduría General de la República también salió damnificada. No puede usar su edificio principal ni otras de sus sedes. Las víctimas indirectas también se cuentan por miles.
Mucha gente dice que se siente abandonada a su suerte. "Ya se definieron las primeras 13 demoliciones y nosotros no estamos en la lista. ¿Cuándo nos va a tocar?", dijeron a medios locales familias afectadas en un edificio de la calle Coquimbo de Ciudad de México.
Aunque la mayor parte de la ciudad salió bien librada del terremoto, a diferencia de lo ocurrido el 19 de septiembre de 1985 con un sismo que dejó más de 10.000 muertos, la reconstrucción en Ciudad de México llevará seis o siete años, dijo el alcalde Miguel Ángel Mancera al diario español "El País". "Hay que diseñar una estrategia fiscal y dar un plazo a la gente, de unos seis años, para que los edificios inseguros se vuelvan seguros", afirmó. "El 31 de diciembre debe estar listo el plan, que no haya gente fuera de sus casas en inmuebles con averías menores".
Comienzan la capacitación para la reconstrucción de México
En estados como Oaxaca, Puebla y Morelos, que sufrieron también grandes daños, brigadas de arquitectos e ingenieros voluntarios organizados en iniciativas como ReConstruirMéxico trabajan con la consigna de que no se debe demoler lo que se pueda rescatar. "Apuntalar para que en el futuro tengamos pasado", resumió la arquitecta Tatiana Bilbao.
Por todos lados hay carteles que piden con urgencia que el edificio sea por fin demolido, como se anunció porque sufrió daños irreparables, para que la vida pueda seguir.
"Las ventas bajaron muchísimo, se fueron muchos oficinistas. Nos pegó a todos. Ahora sí que la Zona Rosa está en crisis", dijo a DPA Guadalupe Rostro Nava, encargada de un pequeño comercio de comida en la vecina calle Hamburgo.
Génova, una calle peatonal que desemboca en el elegante Paseo de la Reforma, está cerrada con unas redes plásticas naranjas a la espera de que el edificio sea demolido. Cafeterías y restaurantes no trabajan.
En la misma situación hay más de 150 edificios de oficinas y departamentos de Ciudad de México que sobrevivieron en pie pero quedaron heridos de muerte por el sismo de magnitud 7,1 que el 19 de septiembre dejó 369 muertos en el centro y sur del país y decenas de miles de casas dañadas. De acuerdo con las estimaciones del Gobierno de Ciudad de México, tan sólo para retirar escombros se requieren unos 2.500 millones de pesos (130 millones de dólares). Aunque la vetusta estructura de la calle Génova fue puesta en la lista prioritaria para demolición, el proceso no ha comenzado. Se necesitan estudios para establecer el mejor mecanismo para una demolición controlada, sin uso de explosivos.
Muchas de las víctimas directas del terremoto siguen viviendo en albergues, en casa de amigos o en tiendas de campaña en parques a la espera de que se determine si pueden volver a sus hogares. Miles de niños no han podido regresar a sus escuelas dañadas. La Procuraduría General de la República también salió damnificada. No puede usar su edificio principal ni otras de sus sedes. Las víctimas indirectas también se cuentan por miles.
Mucha gente dice que se siente abandonada a su suerte. "Ya se definieron las primeras 13 demoliciones y nosotros no estamos en la lista. ¿Cuándo nos va a tocar?", dijeron a medios locales familias afectadas en un edificio de la calle Coquimbo de Ciudad de México.
Aunque la mayor parte de la ciudad salió bien librada del terremoto, a diferencia de lo ocurrido el 19 de septiembre de 1985 con un sismo que dejó más de 10.000 muertos, la reconstrucción en Ciudad de México llevará seis o siete años, dijo el alcalde Miguel Ángel Mancera al diario español "El País". "Hay que diseñar una estrategia fiscal y dar un plazo a la gente, de unos seis años, para que los edificios inseguros se vuelvan seguros", afirmó. "El 31 de diciembre debe estar listo el plan, que no haya gente fuera de sus casas en inmuebles con averías menores".
Comienzan la capacitación para la reconstrucción de México
En estados como Oaxaca, Puebla y Morelos, que sufrieron también grandes daños, brigadas de arquitectos e ingenieros voluntarios organizados en iniciativas como ReConstruirMéxico trabajan con la consigna de que no se debe demoler lo que se pueda rescatar. "Apuntalar para que en el futuro tengamos pasado", resumió la arquitecta Tatiana Bilbao.
Con información de
El Litoral