25 DE ABRIL 2024
ITALIA
Fin de una era: murió Sergio Marchionne, el hombre que logró transformar Fiat
Miércoles 25 de
Julio 2018
Murió el emblemático expresidente de Fiat, el ítalocanadiense Sergio Marchionne, que dirigió Fiat Chrysler (FCA) durante 14 años, anunció Exor, el grupo empresarial de la familia Agnelli.
"Con gran tristeza Exor supo de la muerte de Sergio Marchionne", a los 66 años de edad, informó el grupo en un comunicado.
"Lamentablemente, sucedió lo que temíamos. Sergio Marchionne, el hombre, el amigo, se fue. Pienso que la mejor manera de honrar su memoria es seguir construyendo sobre la herencia que nos deja, cultivar sus valores de humanidad, responsabilidad y apertura moral", afirmó el presidente de Exor, John Elkann, nieto de Gianni Agnelli, la figura histórica de Fiat.
Poco después de conocerse la noticia, la cámara de Diputados de Italia celebró un minuto de silencio en homenaje a Marchionne, hospitalizado desde finales de junio en Zúrich tras someterse a una operación en un hombro.
Marchionne sufrió varias complicaciones posoperatorias y el viernes su estado de salud se deterioró bruscamente, por lo cual Fiat reunió de urgencia a sus instancias dirigentes para reemplazarlo en los puestos ejecutivos que cumplía en el grupo. Era considerado un visionario, pero también un duro negociador con los sindicatos. Su muerte es considerada por muchos en Italia como el fin de una era.
"Expreso mi pesar y de todo el gobierno por la desaparición de Sergio Marchionne. Mis sentidas condolencias a su familia y a todos sus seres queridos", afirmó en una nota el premier italiano, Giuseppe Conte.
Nacido en Chieti, hijo de un mariscal de Carabineros, Marchionne había estudiado en Canadá (tenía tres diplomas en Filosofía, Economía y Jurisprudencia y un master en Administración de empresas).
Además fue un empresario que se ubicó en el centro de las relaciones políticas mundiales, desde Barack Obama a Donald Trump. En Italia rechazó la invitación de Silvio Berlusconi para postularse con la centroderecha y tuvo una larga luna de miel con el expremier Matteo Renzi, de quien luego tomó distancia.
Designado en 2004 por la familia fundadora de Fiat, los Agnelli, al frente de la gran empresa de Turín, la saneó cuando estaba al borde de la quiebra.
Eliminó la burocracia y redujo a la mitad los tiempos de desarrollo de modelos nuevos. Luego supervisó también el rescate en 2009 de la estadounidense Chrysler, que sí había entrado en bancarrota. La fusión de Fiat y Chrysler en 2014 para formar el séptimo mayor grupo automotor del mundo se considera uno de los principales servicios prestados por el ítalo-canadiense.
Logró llevar a la Bolsa además a la prestigiosa marca Ferrari, después de suceder en 2014 a Luca di Montezemolo como presidente de la misma.
Durante sus 14 años al frente de FCA redujo las deudas, maximizó las ganancias y supervisó la separación de CNH Industrial, una división de camiones y tractores, así como de Ferrari. También diluyó los vínculos de Fiat con Italia. Durante su gestión FCA trasladó su sede legal a Holanda y la financiera a Reino Unido. Y no es casualidad que ninguno de los gerentes que heredan sus cargos en FCA, CNH Industrial y Ferrari sea italiano.
Sin experiencia en la industria automotriz antes de su llegada a Fiat, Marchionne tomó muchas decisiones difíciles como retirarse del mercado masivo de automóviles económicos para centrarse en los SUV (todoterrenos ligeros), que arrojan mayores beneficios, en los camiones y modelos de lujo.
También cerró fábricas, se enfrentó a los sindicatos, acabó con la marca Lancia, redujo considerablemente la oferta de productos de Fiat y Chrysler y retrasó las inversiones en automóviles eléctricos por su escepticismo acerca de su futuro.
Entre sus reveses se cuenta el no haber conseguido otra fusión -lo intentó con varias firmas, entre ellas General Motors- una medida que consideraba clave para el futuro de FCA. Tampoco logró las cifras de ventas que pretendía y deja a medias el relanzamiento de Alfa Romeo, la marca que quería poner al nivel de BMW, Audi y Mercedes.
* Su sucesor
Mike Manley, presidente de Jeep, fue nombrado en sustitución de Marchionne.
El británico, de 54 años, nacido en Edenbridge (al sur de Londres), se puso al frente de Jeep en 2009, en plena tormenta en el sector del automóvil estadounidense. Desde 2015 también dirige Ram, que produce camionetas y furgonetas.
Ambas empresas automotrices están consideradas las joyas de FCA. Según Morgan Stanley, Jeep debería representar por sí solo casi el 70% de los beneficios del grupo este año.
Bajo la dirección de Manley, el constructor estadounidense pasó de 337.000 vehículos vendidos en 2008 - 80% en América del Norte -, a casi 1,4 millones en 2017, y espera vender 1,9 millones este año.
Las marcas "Premium", con Jeep a la cabeza, son una prioridad en el plan estratégico de FCA a cinco años, presentado a principios de junio por Marchionne, con el desarrollo de vehículos híbridos y eléctricos.
"Lamentablemente, sucedió lo que temíamos. Sergio Marchionne, el hombre, el amigo, se fue. Pienso que la mejor manera de honrar su memoria es seguir construyendo sobre la herencia que nos deja, cultivar sus valores de humanidad, responsabilidad y apertura moral", afirmó el presidente de Exor, John Elkann, nieto de Gianni Agnelli, la figura histórica de Fiat.
Poco después de conocerse la noticia, la cámara de Diputados de Italia celebró un minuto de silencio en homenaje a Marchionne, hospitalizado desde finales de junio en Zúrich tras someterse a una operación en un hombro.
Marchionne sufrió varias complicaciones posoperatorias y el viernes su estado de salud se deterioró bruscamente, por lo cual Fiat reunió de urgencia a sus instancias dirigentes para reemplazarlo en los puestos ejecutivos que cumplía en el grupo. Era considerado un visionario, pero también un duro negociador con los sindicatos. Su muerte es considerada por muchos en Italia como el fin de una era.
"Expreso mi pesar y de todo el gobierno por la desaparición de Sergio Marchionne. Mis sentidas condolencias a su familia y a todos sus seres queridos", afirmó en una nota el premier italiano, Giuseppe Conte.
Nacido en Chieti, hijo de un mariscal de Carabineros, Marchionne había estudiado en Canadá (tenía tres diplomas en Filosofía, Economía y Jurisprudencia y un master en Administración de empresas).
Además fue un empresario que se ubicó en el centro de las relaciones políticas mundiales, desde Barack Obama a Donald Trump. En Italia rechazó la invitación de Silvio Berlusconi para postularse con la centroderecha y tuvo una larga luna de miel con el expremier Matteo Renzi, de quien luego tomó distancia.
Designado en 2004 por la familia fundadora de Fiat, los Agnelli, al frente de la gran empresa de Turín, la saneó cuando estaba al borde de la quiebra.
Eliminó la burocracia y redujo a la mitad los tiempos de desarrollo de modelos nuevos. Luego supervisó también el rescate en 2009 de la estadounidense Chrysler, que sí había entrado en bancarrota. La fusión de Fiat y Chrysler en 2014 para formar el séptimo mayor grupo automotor del mundo se considera uno de los principales servicios prestados por el ítalo-canadiense.
Logró llevar a la Bolsa además a la prestigiosa marca Ferrari, después de suceder en 2014 a Luca di Montezemolo como presidente de la misma.
Durante sus 14 años al frente de FCA redujo las deudas, maximizó las ganancias y supervisó la separación de CNH Industrial, una división de camiones y tractores, así como de Ferrari. También diluyó los vínculos de Fiat con Italia. Durante su gestión FCA trasladó su sede legal a Holanda y la financiera a Reino Unido. Y no es casualidad que ninguno de los gerentes que heredan sus cargos en FCA, CNH Industrial y Ferrari sea italiano.
Sin experiencia en la industria automotriz antes de su llegada a Fiat, Marchionne tomó muchas decisiones difíciles como retirarse del mercado masivo de automóviles económicos para centrarse en los SUV (todoterrenos ligeros), que arrojan mayores beneficios, en los camiones y modelos de lujo.
También cerró fábricas, se enfrentó a los sindicatos, acabó con la marca Lancia, redujo considerablemente la oferta de productos de Fiat y Chrysler y retrasó las inversiones en automóviles eléctricos por su escepticismo acerca de su futuro.
Entre sus reveses se cuenta el no haber conseguido otra fusión -lo intentó con varias firmas, entre ellas General Motors- una medida que consideraba clave para el futuro de FCA. Tampoco logró las cifras de ventas que pretendía y deja a medias el relanzamiento de Alfa Romeo, la marca que quería poner al nivel de BMW, Audi y Mercedes.
* Su sucesor
Mike Manley, presidente de Jeep, fue nombrado en sustitución de Marchionne.
El británico, de 54 años, nacido en Edenbridge (al sur de Londres), se puso al frente de Jeep en 2009, en plena tormenta en el sector del automóvil estadounidense. Desde 2015 también dirige Ram, que produce camionetas y furgonetas.
Ambas empresas automotrices están consideradas las joyas de FCA. Según Morgan Stanley, Jeep debería representar por sí solo casi el 70% de los beneficios del grupo este año.
Bajo la dirección de Manley, el constructor estadounidense pasó de 337.000 vehículos vendidos en 2008 - 80% en América del Norte -, a casi 1,4 millones en 2017, y espera vender 1,9 millones este año.
Las marcas "Premium", con Jeep a la cabeza, son una prioridad en el plan estratégico de FCA a cinco años, presentado a principios de junio por Marchionne, con el desarrollo de vehículos híbridos y eléctricos.
Con información de
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