La violencia laboral en la opinión de expertas de Cuba y México
Viernes 28 de
Septiembre 2018
Este viernes la ciudad será sede del Tercer congreso sindical internacional. Ambientes de trabajo libres de violencia, que se realizará en el Centro Cultural Ate Casa España y contará con la presencia de autoridades locales, nacionales e internacionales, para debatir sobre esta problemática y definir estrategias para afrontarla.
Expertos y expertas de diferentes puntos de América ya se encuentran en esta capital para participar de actividades de capacitación e intercambio. El Litoral dialogó con dos de ellas: Lydia Guevara Ramírez (Cuba), abogada, docente universitaria e investigadora, y Florencia Peña Sain Martín, antropóloga, coordinadora de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social, investigadora y docente universitaria (México)
Ambas relataron el camino que siguió, en sus respectivos países, el reconocimiento de una problemática que, como se verá, está presente en todos los ambientes de trabajo y cuyo abordaje cobró en Santa Fe una singular importancia a partir de la firma del protocolo de actuación para casos de violencia laboral, elaborado y aprobado a instancias de la Red Sindical que integran más de 30 entidades gremiales.
PRIMER PASO: VISIBILIZAR
“En Cuba el problema con la violencia laboral es la invisibilización”, dice, categórica, Guevara Ramírez. “No es que no exista, es que no hay reconocimiento de los propios trabajadores de cuándo se encuentran bajo una situación de violencia. Lo achacan a otras cuestiones como, por ejemplo, al resultado de una evaluación de desempeño. Ellos consideran que si la evaluación es mala, es producto de un mal trabajo que han hecho, y reclaman, si tienen que hacerlo, ante la Justicia para que se repare si hubo una actuación incorrecta por parte del empleador. En otros casos, ante la finalización de la relación laboral que puede estar encubierta en un hecho de violencia, lo ven como una reducción de personal, de un cambio de la planta. En esos casos pueden existir reclamaciones ante la Justicia. pero si se hace una encuesta y se les pregunta a los trabajadores: ‘¿siente usted que ha sido sujeto de violencia?’, una gran cantidad dice no”.
“Las mujeres son las que están despertando más rápido que los hombres, porque la situación de la violencia contra la mujer se da desde los espacios domésticos a la sociedad”, advierte. Y aporta un dato propio del ambiente laboral: “Lo notan más cuando un empresario le pide un currículum y figura que tiene dos niños pequeños, entonces no es elegible porque se cree que va a faltar al trabajo. Si es muy joven piensan que en algún momento va a parir. Ahora son más elegibles las mayores de 40 años que las jóvenes que son favoritas como estereotipo de figura femenina pero no para un trabajo. Y eso sucede tanto si el empleador es el Estado o un privado”.
En este punto, reconoce que “la legislación cambió en los últimos tiempos y plantea que el empleador debe respetar la dignidad del trabajador y proteger su integridad física, psíquica y moral”. Si bien considera que “la ley no lo es todo y que hay un problema de educación y concientización”, admite que “es un primer paso ganado”.
El otro paso es la nueva Constitución que está en pleno debate e incluye algunas situaciones en las que se plantean dignidad y respeto de la integridad física, psíquica y moral del trabajador. “La situación de la violencia doméstica no se permitirá, la violencia contra niños, niñas y adolescentes en el sentido de que no pueden trabajar antes de los 17 años, y a los 15 y 16 con autorización y por determinados motivos, y la violencia contra los adultos mayores y discapacitados”.
Como secretaria de la Mujer en la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, señala que “hay violencia en todos los países, en muy pocos hay leyes” y rescata la norma que rige en Venezuela que es “la más completa y perfecta”.
DESDE LA ACADEMIA
Peña Saint Martin reconoce que este es “un fenómeno relativamente nuevo” que comenzó a principios de los ‘80 en los países nórdicos y que en su país, México, se estudia desde principios de los 2000 y dos años después fue investigado por un grupo de antropólogos que ella integró. “Fue un esfuerzo colectivo pero me da gusto ver que en la academia ya es un tema instalado y que hay grupos de trabajo que se ocupan de abordarlo”.
Para la experta, “lo primero que se debe hacer siempre es sacar el fenómeno del closet y exponer en la sociedad lo que está ocurriendo”. Pero lejos de pensar que el tema está “en pañales” en su país, destaca que la secretaría de Trabajo y Previsión Social comenzó a legislar en materia de riesgos psicosociales y publicó la norma oficial mexicana 035 que considera el acoso entre esos factores. “Me parece importante que la autoridad laboral se haya dado cuenta de la importancia de este fenómeno”. Además, “el tema está en la prensa, en programas de radio y hemos organizado congresos; el primero iberoamericano fue en la ciudad de México con un afán de darle visibilidad a este problema y el primer libro que se compiló en mi país (y que lleva, entre otras, su firma) se llama “Cuando el trabajo nos castiga, debate sobre el mobbing en México”.
Aún así, considera que “hay muchos vacíos” y que a partir del estudio del acoso grupal que es como traduce la palabra mobbing, “se empezaron a visibilizar las otras formas de violencia que están en los espacios laborales: la violencia estructural, la violencia individual, el acoso sexual que es prevalente contra mujeres pero también hemos encontrado casos hacia hombres”.
“Creo que a veces se hacen tipologías y siento que son necesarias pero no suficientes -opina-: no me parece que una violencia sexual no sea a la vez emocional y física. En los ambientes laborales tóxicos se da de todo: falta de respeto a las leyes, acosos sexuales, violencias, gritos y también acoso grupal continuado a lo largo del tiempo”. “Estas imbricaciones no se dan muy bien todavía”, advierte y en este punto propone: “Tenemos que hacer estas relaciones para conjurar los espacios tóxicos”.
La violencia no es otra cosa que un ejercicio abusivo de poder, del empresario, del grupo, de la sociedad misma”. Lydia Guevara Ramírez (Cuba).
Hay que deconstruir y generar ambientes de trabajo libres de violencia donde la cultura condene a quien es violento”. Florencia Peña Saint Martin (México).
En las comisiones se van a compartir estrategias. Como este es un flagelo general y venimos de un aprendizaje permanente, proponemos que cada persona aporte lo que sabe desde su experiencia”.Romina Carrara. Red sindical Santa Fe.
AGENDA
El III Congreso Sindical Internacional Ambientes de trabajo libres de violencia se iniciará este viernes, en la sede de Ate Casa España, a las 9 con la exposición del ministro de Trabajo y Seguridad Social Julio Genesini, representantes de la Defensoría del Pueblo y de entidades sindicales. Luego seguirá el trabajo en comisiones con la participación de expertos y expertas locales, nacionales e internacionales. A las 13 será el acto central con la presencia del gobernador Miguel Lifschitz, el defensor del Pueblo Raúl Lamberto; Pedro Furtado de Oliveira, de OIT Argentina; Patricia Sáenz, coordinadora de la Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral de la Nación; Jorge Hoffmann (CTA Nacional), y Marta Pujadas (CGT Nacional).
Para el cierre se aguarda la exposición de Manuela Tomei, Directora del Dpto. de Condiciones de Trabajo e Igualdad de OIT, y del ex presidente de Uruguay José “Pepe” Mujica.
Ambas relataron el camino que siguió, en sus respectivos países, el reconocimiento de una problemática que, como se verá, está presente en todos los ambientes de trabajo y cuyo abordaje cobró en Santa Fe una singular importancia a partir de la firma del protocolo de actuación para casos de violencia laboral, elaborado y aprobado a instancias de la Red Sindical que integran más de 30 entidades gremiales.
PRIMER PASO: VISIBILIZAR
“En Cuba el problema con la violencia laboral es la invisibilización”, dice, categórica, Guevara Ramírez. “No es que no exista, es que no hay reconocimiento de los propios trabajadores de cuándo se encuentran bajo una situación de violencia. Lo achacan a otras cuestiones como, por ejemplo, al resultado de una evaluación de desempeño. Ellos consideran que si la evaluación es mala, es producto de un mal trabajo que han hecho, y reclaman, si tienen que hacerlo, ante la Justicia para que se repare si hubo una actuación incorrecta por parte del empleador. En otros casos, ante la finalización de la relación laboral que puede estar encubierta en un hecho de violencia, lo ven como una reducción de personal, de un cambio de la planta. En esos casos pueden existir reclamaciones ante la Justicia. pero si se hace una encuesta y se les pregunta a los trabajadores: ‘¿siente usted que ha sido sujeto de violencia?’, una gran cantidad dice no”.
“Las mujeres son las que están despertando más rápido que los hombres, porque la situación de la violencia contra la mujer se da desde los espacios domésticos a la sociedad”, advierte. Y aporta un dato propio del ambiente laboral: “Lo notan más cuando un empresario le pide un currículum y figura que tiene dos niños pequeños, entonces no es elegible porque se cree que va a faltar al trabajo. Si es muy joven piensan que en algún momento va a parir. Ahora son más elegibles las mayores de 40 años que las jóvenes que son favoritas como estereotipo de figura femenina pero no para un trabajo. Y eso sucede tanto si el empleador es el Estado o un privado”.
En este punto, reconoce que “la legislación cambió en los últimos tiempos y plantea que el empleador debe respetar la dignidad del trabajador y proteger su integridad física, psíquica y moral”. Si bien considera que “la ley no lo es todo y que hay un problema de educación y concientización”, admite que “es un primer paso ganado”.
El otro paso es la nueva Constitución que está en pleno debate e incluye algunas situaciones en las que se plantean dignidad y respeto de la integridad física, psíquica y moral del trabajador. “La situación de la violencia doméstica no se permitirá, la violencia contra niños, niñas y adolescentes en el sentido de que no pueden trabajar antes de los 17 años, y a los 15 y 16 con autorización y por determinados motivos, y la violencia contra los adultos mayores y discapacitados”.
Como secretaria de la Mujer en la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, señala que “hay violencia en todos los países, en muy pocos hay leyes” y rescata la norma que rige en Venezuela que es “la más completa y perfecta”.
DESDE LA ACADEMIA
Peña Saint Martin reconoce que este es “un fenómeno relativamente nuevo” que comenzó a principios de los ‘80 en los países nórdicos y que en su país, México, se estudia desde principios de los 2000 y dos años después fue investigado por un grupo de antropólogos que ella integró. “Fue un esfuerzo colectivo pero me da gusto ver que en la academia ya es un tema instalado y que hay grupos de trabajo que se ocupan de abordarlo”.
Para la experta, “lo primero que se debe hacer siempre es sacar el fenómeno del closet y exponer en la sociedad lo que está ocurriendo”. Pero lejos de pensar que el tema está “en pañales” en su país, destaca que la secretaría de Trabajo y Previsión Social comenzó a legislar en materia de riesgos psicosociales y publicó la norma oficial mexicana 035 que considera el acoso entre esos factores. “Me parece importante que la autoridad laboral se haya dado cuenta de la importancia de este fenómeno”. Además, “el tema está en la prensa, en programas de radio y hemos organizado congresos; el primero iberoamericano fue en la ciudad de México con un afán de darle visibilidad a este problema y el primer libro que se compiló en mi país (y que lleva, entre otras, su firma) se llama “Cuando el trabajo nos castiga, debate sobre el mobbing en México”.
Aún así, considera que “hay muchos vacíos” y que a partir del estudio del acoso grupal que es como traduce la palabra mobbing, “se empezaron a visibilizar las otras formas de violencia que están en los espacios laborales: la violencia estructural, la violencia individual, el acoso sexual que es prevalente contra mujeres pero también hemos encontrado casos hacia hombres”.
“Creo que a veces se hacen tipologías y siento que son necesarias pero no suficientes -opina-: no me parece que una violencia sexual no sea a la vez emocional y física. En los ambientes laborales tóxicos se da de todo: falta de respeto a las leyes, acosos sexuales, violencias, gritos y también acoso grupal continuado a lo largo del tiempo”. “Estas imbricaciones no se dan muy bien todavía”, advierte y en este punto propone: “Tenemos que hacer estas relaciones para conjurar los espacios tóxicos”.
La violencia no es otra cosa que un ejercicio abusivo de poder, del empresario, del grupo, de la sociedad misma”. Lydia Guevara Ramírez (Cuba).
Hay que deconstruir y generar ambientes de trabajo libres de violencia donde la cultura condene a quien es violento”. Florencia Peña Saint Martin (México).
En las comisiones se van a compartir estrategias. Como este es un flagelo general y venimos de un aprendizaje permanente, proponemos que cada persona aporte lo que sabe desde su experiencia”.Romina Carrara. Red sindical Santa Fe.
AGENDA
El III Congreso Sindical Internacional Ambientes de trabajo libres de violencia se iniciará este viernes, en la sede de Ate Casa España, a las 9 con la exposición del ministro de Trabajo y Seguridad Social Julio Genesini, representantes de la Defensoría del Pueblo y de entidades sindicales. Luego seguirá el trabajo en comisiones con la participación de expertos y expertas locales, nacionales e internacionales. A las 13 será el acto central con la presencia del gobernador Miguel Lifschitz, el defensor del Pueblo Raúl Lamberto; Pedro Furtado de Oliveira, de OIT Argentina; Patricia Sáenz, coordinadora de la Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral de la Nación; Jorge Hoffmann (CTA Nacional), y Marta Pujadas (CGT Nacional).
Para el cierre se aguarda la exposición de Manuela Tomei, Directora del Dpto. de Condiciones de Trabajo e Igualdad de OIT, y del ex presidente de Uruguay José “Pepe” Mujica.
Con información de
El Litoral
