ALEMANIA
Elecciones en Baviera, claves para el futuro de Angela Merkel
Domingo 14 de
Octubre 2018
Los sondeos no favorecen al oficialismo en los comicios que se celebran hoy. La cuestión migratoria quedó en medio de la campaña, en una de las zonas más ricas del país.
Berlín. Sede de poderosas empresas como BMW, Siemens, Adidas y Allianz, el rico estado de Baviera, en el sur de Alemania, acude hoy a las urnas en unas elecciones que podrían desencadenar un cambio político en todo el país y el fin de la era de Angela Merkel.
Con sus bucólicos paisajes montañosos, castillos de cuentos de hadas, trajes regionales, como los famosos pantalones de cuero (”Lederhosen”) y su música folclórica, el feudo de la conservadora Unión Cristianosocial (CSU) lleva años forjando la imagen exterior de Alemania.
Sin embargo, en septiembre de 2015, su tranquilidad se hizo añicos al convertirse en la principal vía de entrada de los cerca de 900 mil refugiados que ese año llegaron al país.
Los bávaros evolucionaron desde una inicial acogida humanitaria a un temor por los cambios que estas personas podían generar en sus hasta ahora apacibles vidas. La cuestión migratoria se erigió en el principal caballo de batalla de la CSU a nivel nacional, como partido hermanado de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, en un intento por salvaguardar su mayoría absoluta en la segunda región más poblada de Alemania por detrás de Renania del Norte-Westfalia.
Parece que la estrategia no les salió como pensaban. Los últimos sondeos apuntan a una fuerte caída del partido liderado por Horst Seehofer, ministro del Interior alemán, con un resultado en torno al 33 por ciento, lejos del 47,7 por ciento de 2013. Esto podría hacer rodar las cabezas tanto del barón como del primer ministro bávaro, Markus Söder.
“La CSU se encamina hacia una catástrofe en las elecciones bávaras. Seehofer está luchando por algo más que su poder. Se trata de su existencia”, escribió el diario económico alemán Handelsblatt.
Las elecciones, para las que están habilitados 9,5 millones de electores, llegan en un momento de gran inestabilidad a nivel nacional, precisamente por la CSU: debido a las formas de Seehofer, el partido se convirtió en el principal rompecabezas de Merkel después de lograr formar Gobierno el pasado marzo, tras las arduas negociaciones que siguieron a las elecciones de septiembre de 2017.
Seehofer no dudó en desencadenar una crisis tras otra, como cuando dio un ultimátum para imponer sus exigencias en política migratoria, vistas por muchos como una campaña electoral.
Mucho más
De esta manera, los comicios bávaros se han convertido en mucho más que unas simples regionales: son unas elecciones que pueden golpear la torre de marfil de la canciller Angela Merkel y precipitar su caída. Un cambio en el liderazgo de la CSU podría proporcionar una excusa más al Partido Socialdemócrata (SPD) para poner fin a la coalición que tiene con los conservadores, haciendo uso de la cláusula de revisión a los dos años.
Durante más de 70 años, la CSU ha sido la encargada de velar por las tradiciones bávaras. Pero la sociedad ha cambiado. La población en este estado superó este año la marca de los 13 millones de personas, con un 12,6 por ciento de extranjeros. A ellos se suman los numerosos alemanes que acuden en busca de trabajo y de bienestar a la región, que tiene la tasa de desempleo más baja de Alemania (2,8 por ciento) y algunos de los salarios más altos del país.
La CSU se enfrenta ahora a unas elecciones muy complicadas.
Con sus bucólicos paisajes montañosos, castillos de cuentos de hadas, trajes regionales, como los famosos pantalones de cuero (”Lederhosen”) y su música folclórica, el feudo de la conservadora Unión Cristianosocial (CSU) lleva años forjando la imagen exterior de Alemania.
Sin embargo, en septiembre de 2015, su tranquilidad se hizo añicos al convertirse en la principal vía de entrada de los cerca de 900 mil refugiados que ese año llegaron al país.
Los bávaros evolucionaron desde una inicial acogida humanitaria a un temor por los cambios que estas personas podían generar en sus hasta ahora apacibles vidas. La cuestión migratoria se erigió en el principal caballo de batalla de la CSU a nivel nacional, como partido hermanado de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, en un intento por salvaguardar su mayoría absoluta en la segunda región más poblada de Alemania por detrás de Renania del Norte-Westfalia.
Parece que la estrategia no les salió como pensaban. Los últimos sondeos apuntan a una fuerte caída del partido liderado por Horst Seehofer, ministro del Interior alemán, con un resultado en torno al 33 por ciento, lejos del 47,7 por ciento de 2013. Esto podría hacer rodar las cabezas tanto del barón como del primer ministro bávaro, Markus Söder.
“La CSU se encamina hacia una catástrofe en las elecciones bávaras. Seehofer está luchando por algo más que su poder. Se trata de su existencia”, escribió el diario económico alemán Handelsblatt.
Las elecciones, para las que están habilitados 9,5 millones de electores, llegan en un momento de gran inestabilidad a nivel nacional, precisamente por la CSU: debido a las formas de Seehofer, el partido se convirtió en el principal rompecabezas de Merkel después de lograr formar Gobierno el pasado marzo, tras las arduas negociaciones que siguieron a las elecciones de septiembre de 2017.
Seehofer no dudó en desencadenar una crisis tras otra, como cuando dio un ultimátum para imponer sus exigencias en política migratoria, vistas por muchos como una campaña electoral.
Mucho más
De esta manera, los comicios bávaros se han convertido en mucho más que unas simples regionales: son unas elecciones que pueden golpear la torre de marfil de la canciller Angela Merkel y precipitar su caída. Un cambio en el liderazgo de la CSU podría proporcionar una excusa más al Partido Socialdemócrata (SPD) para poner fin a la coalición que tiene con los conservadores, haciendo uso de la cláusula de revisión a los dos años.
Durante más de 70 años, la CSU ha sido la encargada de velar por las tradiciones bávaras. Pero la sociedad ha cambiado. La población en este estado superó este año la marca de los 13 millones de personas, con un 12,6 por ciento de extranjeros. A ellos se suman los numerosos alemanes que acuden en busca de trabajo y de bienestar a la región, que tiene la tasa de desempleo más baja de Alemania (2,8 por ciento) y algunos de los salarios más altos del país.
La CSU se enfrenta ahora a unas elecciones muy complicadas.
Con información de
lavoz