Parálisis del gobierno de EEUU congela nuevas reglas financieras para los bancos
Jueves 17 de
Enero 2019
El cierre del gobierno de Estados Unidos por la petición del presidente Donald Trump al Congreso para que financie un muro que prometió construir en la frontera con México está amenazando otra promesa de campaña, la de alivianar las reglas para bancos y corporaciones impuestas tras la crisis iniciada con la caída de Lehman Brothers en 2008.
El cierre parcial, provocado por un enfrentamiento entre demócratas y republicanos sobre cómo abordar la demanda de Trump, ya es el más largo de todos al entrar el jueves en su día 27 sin señales de resolución.
La administración Trump ha diseñado planes para facilitar las reglas bancarias, revisar el gobierno corporativo e impulsar la innovación financiera, lo que generó la esperanza entre ejecutivos de que ya comenzarían a sentir los beneficios este año.
Sin embargo, ahora que los demócratas tienen el control de la Cámara de Representantes y se prevé que la campaña presidencial de 2020 obstaculizará la formulación de políticas, voceros de la industria temen que el cierre limitará aún más la estrecha ventana para que las nuevas reglas entren en acción.
Uno de los puntos que más preocupa es el destino de las reglas que están redactando los reguladores para implementar los cambios, aprobados por el Congreso entonces dominado por los republicanos en mayo pasado, que relajaron las restricciones impuestas a los bancos tras la crisis financiera.
En particular, los cambios realizados en la Dodd-Frank Act y la Volcker Rule, que restringían las inversiones especulativas que podían hacer las entidades y se habían convertido en los pilares de la reforma financiera postcrisis para evitar llegar a un derrumbe o limitar los daños.
Por ejemplo, cualquier entidad con más de u$s 50.000 millones en activos tenía que pasar el examen de la Reserva Federal para poder repartir los beneficios entre accionistas. Pero tras las modificaciones, ese límite se subió a los u$s 100.000 millones y la expectativa era llevarlos a los u$s 250.000 millones cumplidos los 18 meses.
Legisladores republicanos esperaban que muchos de esos cambios estuvieran casi listos, pero varios aún no se han hecho públicos. Este paso, entre otros, es parte de un estricto proceso de cambio de reglas dictado por la ley federal que no se puede acelerar fácilmente una vez que el gobierno reabra sus puertas.
Dado que muchos de los cambios se enfrentan a la oposición de grupos de consumidores, los abogados dicen que cualquier problema en su implementación podría exponerlos a un litigio y retrasarlos indefinidamente.
La administración Trump ha diseñado planes para facilitar las reglas bancarias, revisar el gobierno corporativo e impulsar la innovación financiera, lo que generó la esperanza entre ejecutivos de que ya comenzarían a sentir los beneficios este año.
Sin embargo, ahora que los demócratas tienen el control de la Cámara de Representantes y se prevé que la campaña presidencial de 2020 obstaculizará la formulación de políticas, voceros de la industria temen que el cierre limitará aún más la estrecha ventana para que las nuevas reglas entren en acción.
Uno de los puntos que más preocupa es el destino de las reglas que están redactando los reguladores para implementar los cambios, aprobados por el Congreso entonces dominado por los republicanos en mayo pasado, que relajaron las restricciones impuestas a los bancos tras la crisis financiera.
En particular, los cambios realizados en la Dodd-Frank Act y la Volcker Rule, que restringían las inversiones especulativas que podían hacer las entidades y se habían convertido en los pilares de la reforma financiera postcrisis para evitar llegar a un derrumbe o limitar los daños.
Por ejemplo, cualquier entidad con más de u$s 50.000 millones en activos tenía que pasar el examen de la Reserva Federal para poder repartir los beneficios entre accionistas. Pero tras las modificaciones, ese límite se subió a los u$s 100.000 millones y la expectativa era llevarlos a los u$s 250.000 millones cumplidos los 18 meses.
Legisladores republicanos esperaban que muchos de esos cambios estuvieran casi listos, pero varios aún no se han hecho públicos. Este paso, entre otros, es parte de un estricto proceso de cambio de reglas dictado por la ley federal que no se puede acelerar fácilmente una vez que el gobierno reabra sus puertas.
Dado que muchos de los cambios se enfrentan a la oposición de grupos de consumidores, los abogados dicen que cualquier problema en su implementación podría exponerlos a un litigio y retrasarlos indefinidamente.
Con información de
Ámbito