25 DE ABRIL 2024
Sube la tensión en el Gobierno: se deteriora la relación de Massa con Pesce y preocupa el nuevo salto del dólar
Viernes 23 de
Septiembre 2022
El vínculo "está roto", advierten funcionarios, y el ministro responsabiliza al banquero central por el recalentalentamiento del mercado cambiario
En el Ministerio de Economía no se esfuerzan por disimular el enojo. Un creciente malestar con Miguel Pesce, titular del Banco Central, y también con el propio Alberto Fernández. Al banquero central, los colaboradores de Sergio Massa le enrostran la medida -inconsulta, aseguran- sobre las restricciones de acceso al mercado cambiario a quienes operaron con el "dólar soja". La iniciativa tuvo una marcha atrás parcial por parte del Banco Central, pero -lo mismo- tuvo un impacto negativo en la cotización del dólar financiero, que volvió a quedar por encima de los $300.
Massa le otorga responsabilidad también al Presidente por aquel paso en falso. La medida prohibiendo el acceso al mercado del dólar contado con liquidación y del dólar MEP a quienes vendieron billetes verdes a $200 (dólar soja) se tomó en simultáneo con la confirmación de Pesce al frente del BCRA -hasta septiembre de 2028-, y en el equipo económico no pueden desligar una decisión de la otra.
El ministro de Economía escribió el miércoles a la noche un sugestivo tuit. Primero, reivindicó el acuerdo con el sector agroindustrial que le permitió cumplir con su anuncio de liquidación de u$s5.000 millones en la ventanilla del Banco Central, nueve días antes. Una medida clave para evitar una devaluación descontrolada.
Lo llamativo fue la segunda parte del hilo del tuit del Ministro: "Continuemos trabajando juntos Gobierno y sector agroindustrial para fortalecer las reservas y aumentar la participación del sector agroexportador argentino en la seguridad alimentaria global. Gracias a los que confiaron, sigamos trabajando los días que faltan".
Allí, Massa deja entrever que necesita de más acuerdos con ese sector clave en el mercado de los dólares, más allá de lo que consideren Pesce y el Presidente de la Nación.
En el equipo económico no ocultan el enojo y tampoco la preocupación por el salto en las cotizaciones de los dólares financieros -el CCL terminó el jueves en $312 mientras que el MEP trepó a $303-. Son precios que no se veían desde mediados de julio, tras la eyección del Gobierno de Martín Guzmán.
Dólar e inflación, máxima preocupación
El encuentro que ayer Massa mantuvo con los líderes de la industria quedó a la vista las máximas preocupaciones de todos: la evolución de los precios y la escasez de divisas. Ahí no hay grieta que valga; empresarios y funcionarios temen una profundización de la crisis.
La hipótesis del ministro -de que la llegada de dólares a las reservas del Banco Central- mejorarían las expectativas inflacionarias, por ahora no se dio.
Este mes está mostrando una dinámica en los precios de los alimentos similar a julio y agosto. Nada para festejar; más bien todo lo contrario. La economía se está moviendo con una inflación por arriba del 6,5% mensual. Insostenible.
El valor de la canasta familiar para no caer en la pobreza trepó en agosto a los $120.000; unos $42.000 más que a principio de año. En los últimos tres meses se encareció a un ritmo de $7.000 por mes. ¿Cómo debería hacer una familia de trabajadores para no perder poder adquisitivo bajo este proceso tan pernicioso? Luce, prácticamente, imposible.
La Unión Industrial -y las fábricas alimenticias en particular- ya le avisaron a Massa que si no abre la canilla del Banco Central y flexibiliza las importaciones, los precios de la comida van a continuar en una senda muy peligrosa.
Freno a la producción y faltantes
La gravedad del escenario ya había quedado dicha durante un encuentro en la sede de la Copal, la cámara que agrupa a las principales empresas del sector. Los ejecutivos coincidieron en que si Economía no destraba las importaciones en las próximas semanas, los faltantes de productos -algunos esenciales para la canasta básica- comenzarán a evidenciarse durante el mes de octubre.
La preocupación incluye a algunas multinacionales, que tienen acordadas exportaciones hacia sus filiales de la región y -así como están las cosas- no podrán concretar los embarques.
"Si el Gobierno no flexibiliza las importaciones, el mes que viene habrá paradas de producción", alerta el director de una de las empresas alimenticias líderes.
Dólares para empresas: octubre, un mes clave
Lo dicho más arriba: las empresas ya avisaron que si el mes que viene no mejora el acceso a los dólares, el escenario incluirá faltantes en las góndolas.
En Economía creen que el mes que viene será clave para el "mini plan" de estabilización. Ya sin los requerimientos de las importaciones de energía y con las liquidaciones de soja normalizadas, el saldo de divisas mostrará una mejora sensible. Pero hay voces más pesimistas en el mismo Gobierno. Son aquellas que avisan que la actual dinámica no se arregla con mejorar el perfil fiscal. Ni con una medida aislada, por más positiva que resulte.
Y que si en las próximas semanas no aparece otro formato, las dudas se profundizarán. Tal como ya lo demuestra el mercado cambiario.
Como ya publicó iProfesional, el empresario Antonio Aracre -CEO de Syngenta y muy cercano al Gobierno- evalúa que se trata de poner en marcha un plan de estabilización más general. Creíble.
Esa es una cuestión central: la credibilidad. Por eso mismo, Massa recorre (y trata de convencer) a los principales sectores empresarios.
Hasta ahora, logró un poco de oxígeno en un escenario muy complicado. Pero no alcanza para revertir las expectativas.
Massa le otorga responsabilidad también al Presidente por aquel paso en falso. La medida prohibiendo el acceso al mercado del dólar contado con liquidación y del dólar MEP a quienes vendieron billetes verdes a $200 (dólar soja) se tomó en simultáneo con la confirmación de Pesce al frente del BCRA -hasta septiembre de 2028-, y en el equipo económico no pueden desligar una decisión de la otra.
El ministro de Economía escribió el miércoles a la noche un sugestivo tuit. Primero, reivindicó el acuerdo con el sector agroindustrial que le permitió cumplir con su anuncio de liquidación de u$s5.000 millones en la ventanilla del Banco Central, nueve días antes. Una medida clave para evitar una devaluación descontrolada.
Lo llamativo fue la segunda parte del hilo del tuit del Ministro: "Continuemos trabajando juntos Gobierno y sector agroindustrial para fortalecer las reservas y aumentar la participación del sector agroexportador argentino en la seguridad alimentaria global. Gracias a los que confiaron, sigamos trabajando los días que faltan".
Allí, Massa deja entrever que necesita de más acuerdos con ese sector clave en el mercado de los dólares, más allá de lo que consideren Pesce y el Presidente de la Nación.
En el equipo económico no ocultan el enojo y tampoco la preocupación por el salto en las cotizaciones de los dólares financieros -el CCL terminó el jueves en $312 mientras que el MEP trepó a $303-. Son precios que no se veían desde mediados de julio, tras la eyección del Gobierno de Martín Guzmán.
Dólar e inflación, máxima preocupación
El encuentro que ayer Massa mantuvo con los líderes de la industria quedó a la vista las máximas preocupaciones de todos: la evolución de los precios y la escasez de divisas. Ahí no hay grieta que valga; empresarios y funcionarios temen una profundización de la crisis.
La hipótesis del ministro -de que la llegada de dólares a las reservas del Banco Central- mejorarían las expectativas inflacionarias, por ahora no se dio.
Este mes está mostrando una dinámica en los precios de los alimentos similar a julio y agosto. Nada para festejar; más bien todo lo contrario. La economía se está moviendo con una inflación por arriba del 6,5% mensual. Insostenible.
El valor de la canasta familiar para no caer en la pobreza trepó en agosto a los $120.000; unos $42.000 más que a principio de año. En los últimos tres meses se encareció a un ritmo de $7.000 por mes. ¿Cómo debería hacer una familia de trabajadores para no perder poder adquisitivo bajo este proceso tan pernicioso? Luce, prácticamente, imposible.
La Unión Industrial -y las fábricas alimenticias en particular- ya le avisaron a Massa que si no abre la canilla del Banco Central y flexibiliza las importaciones, los precios de la comida van a continuar en una senda muy peligrosa.
Freno a la producción y faltantes
La gravedad del escenario ya había quedado dicha durante un encuentro en la sede de la Copal, la cámara que agrupa a las principales empresas del sector. Los ejecutivos coincidieron en que si Economía no destraba las importaciones en las próximas semanas, los faltantes de productos -algunos esenciales para la canasta básica- comenzarán a evidenciarse durante el mes de octubre.
La preocupación incluye a algunas multinacionales, que tienen acordadas exportaciones hacia sus filiales de la región y -así como están las cosas- no podrán concretar los embarques.
"Si el Gobierno no flexibiliza las importaciones, el mes que viene habrá paradas de producción", alerta el director de una de las empresas alimenticias líderes.
Dólares para empresas: octubre, un mes clave
Lo dicho más arriba: las empresas ya avisaron que si el mes que viene no mejora el acceso a los dólares, el escenario incluirá faltantes en las góndolas.
En Economía creen que el mes que viene será clave para el "mini plan" de estabilización. Ya sin los requerimientos de las importaciones de energía y con las liquidaciones de soja normalizadas, el saldo de divisas mostrará una mejora sensible. Pero hay voces más pesimistas en el mismo Gobierno. Son aquellas que avisan que la actual dinámica no se arregla con mejorar el perfil fiscal. Ni con una medida aislada, por más positiva que resulte.
Y que si en las próximas semanas no aparece otro formato, las dudas se profundizarán. Tal como ya lo demuestra el mercado cambiario.
Como ya publicó iProfesional, el empresario Antonio Aracre -CEO de Syngenta y muy cercano al Gobierno- evalúa que se trata de poner en marcha un plan de estabilización más general. Creíble.
Esa es una cuestión central: la credibilidad. Por eso mismo, Massa recorre (y trata de convencer) a los principales sectores empresarios.
Hasta ahora, logró un poco de oxígeno en un escenario muy complicado. Pero no alcanza para revertir las expectativas.
Con información de
Iprofesional
